Aoibheann O’Brien recuerda la primera caja de comida hace cinco años. Ella y la cofundadora de FoodCloud, Iseult Ward, la recogieron en un mercado de agricultores y la dejaron en un centro juvenil en Dublín (Irlanda).
La entrega fue parte de un proyecto universitario que se convirtió en una empresa tecnológica emergente que conectó a las organizaciones que tenían excedentes de alimentos con organizaciones benéficas que necesitaban comida a través de una aplicación móvil. Cinco años después, unas 8.300 toneladas de alimentos y más de 18 millones de comidas se han salvado de terminar en los vertederos y FoodCloud emplea ahora a 30 personas que gestionan los desechos alimentarios de casi 2.000 empresas en Irlanda y el Reino Unido.
En su nueva sede de Dublín, el libro de visitas se encuentra en un estante hecho de palets de madera (cargamento para agrupar alimentos); un guiño a la idea de reutilizar residuos. Una central de llamadas en el piso superior está en contacto con supermercados del Reino Unido, donde más de 1.600 sucursales de Tesco y tres tiendas Waitrose donan alimentos.

274 minoristas irlandeses se conectan con 303 organizaciones benéficas.
Cortesía: Food Cloud
Hasta finales de 2016, las transacciones de FoodCloud implicaban pequeños envíos de alimentos recolectados por organizaciones benéficas para atender a los más desfavorecidas. Ahora, en su gran almacén, FoodCloud Hubs es visible. “Hay mucho desperdicio a nivel minorista pero hay enormes volúmenes que se pierden antes de que lleguen a un supermercado”, explica O'Brien. Así, este almacén y otros en Cork y Galway llevan los palets de empresas irlandesas y los entregan a organizaciones benéficas.
Thanks to all at the BWG Foods day who are generously donating surplus stock to over 300 Irish charities. No good food is going to waste. pic.twitter.com/tqBqbEt7ZA
— FoodCloud (@FoodCloud) 30 de mayo de 2017
O'Brien se interesó por primera vez por la comida y la sostenibilidad cuando vivía en Londres haciendo un posgrado en el banco de inversión JP Morgan. Graduada en derecho y contabilidad, regresó a Dublín para realizar un master y decidió trabajar como voluntaria en un pequeño proyecto de residuos de alimentos.
Puedes empezar algo pero necesitas que mucha gente se esfuerce para mantenerlo en marcha
La idea le gustó a Iseult Ward, una estudiante de negocios de la universidad Trinity College. Para el 2013, pasaron de una a 13 tiendas. Para el 2014 tuvieron un lanzamiento nacional con Tesco y contrataron a su primer personal. Hoy, 274 minoristas irlandeses se conectan con 303 organizaciones benéficas.
Ambas dicen que les gustaría ver todos los residuos de alimentos eliminados. Mientras tanto, tratan de asegurar que los excedentes de alimentos lleguen a quienes los necesitan. “Hay mucha energía y un montón de gente detrás. Puedes empezar algo pero necesitas que mucha gente se esfuerce para mantenerlo en marcha”.
CATHERINE CLEARY
THE IRISH TIMES
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