Mientras a Caldas entraron 660.000 botellas de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) para la temporada de Feria de Manizales y Carnaval de Riosucio, en sentido contrario se fueron 1,2 millones de unidades de la industria local. (También: Comenzó primer 'round' entre Caldas y Antioquia por venta de licores).
Las cifras son de la Secretaría de Hacienda de Caldas. Aunque el jefe de esta cartera en el departamento, Alexánder Pineda, aclaró que los números corresponden a lo encargado por los distribuidores de lado y lado para abastecerse desde diciembre y no necesariamente reflejan las ventas a consumidores finales.
Las últimas festividades de 2016 y los primeros días de 2017 eran el primer gran pulso entre las dos licoreras departamentales, tras el acuerdo que liberó el comercio de sus productos entre ambos entes territoriales. Sobre todo, era clave lo que pasara en Caldas, donde pasaron la Feria y el Carnaval.
En el caso de Manizales, la competencia fue evidente. Junto a los bares con avisos del aguardiente Cristal de la Industria Licorera de Caldas (ILC), patrocinadora oficial de la Feria, otros negocios tenían impulsadoras que ofrecían degustaciones de Antioqueño. (Además: Antioquia y Caldas 'abren fronteras' para el comercio de licores).
Pero, según el dueño de un reconocido establecimiento de venta de licor en el sector de El Cable, Juan de Jesús Niño, sus ventas todavía son 20 a 1 a favor de la empresa caldense. Tras el mostrador de Zona Refrescante, dijo que “los paisas todavía no pegan tan duro, así hayan hecho tanta promoción. ¡Porque, eso sí, llegaron con toda! Son muy peligrosos”.
Señaló que el dominio de la ILC se mantuvo sobre todo en los rones. “Mire, compré una paca de 30 medias (de ron Medellín) y todavía tengo 20”, aseguró. Sin embargo, considera que la historia con los aguardientes podría ser menos alentadora porque “poco a poco, (los antioqueños) se pueden tomar todo el mercado”.
Esa tendencia fue mucho más clara en el Carnaval de Riosucio, municipio fronterizo con Antioquia donde antes era común conseguir aguardientes de la FLA de contrabando. Ahora que son legales, se comercializan con gran facilidad.
“El (Antioqueño) azul se nos agotó porque se vendió mucho, a pesar de que apenas estaban empezando a promocionarlo”, reportó Marleny Restrepo, vendedora del estanquillo Avenida, ubicado en esa población. Pero también aseguró que el Ron Viejo de Caldas sí lidera su segmento frente a un Medellín ausente.
Pineda rescató que las ventas de la FLA en Caldas “pagaron casi 4.700 millones de pesos en impuestos que antes no percibíamos, porque entraba vía contrabando” y defendió que la apertura no golpeó las ventas de la ILC en su propio departamento como sus críticos preveían. Fueron 6,4 millones de botellas frente a 6,1 millones de 2015. Pero el impacto real se verá este año, pues el comercio solo se liberó en el último trimestre del anterior.
No obstante, secretario y comerciantes coincidieron en que las ventas de la empresa a principios de 2017 podrían ser menos de las esperadas porque los distribuidores se inventariaron en diciembre para evitar los aumentos que trae normalmente un año nuevo, más el del IVA por la reforma tributaria y otros, propios de la nueva Ley de Licores.
MANIZALES