El parque Tayrona es una de las áreas protegidas más visitadas del país tanto por nacionales como extranjeros, quienes llegan atraídos por las bellezas de sus playas, pero este lugar es más que un destino de sol y playa. Sus 15.000 hectáreas son el hábitat de 59 especies de mamíferos, una amplia variedad de aves, reptiles y especies marinas.
Algunos de estos animales, como el caimán aguja y el jaguar, cuya presencia en el parque Tayrona es un indicador del grado de conservación del área protegida, representan un peligro para los visitantes si hacen caso omiso a las recomendaciones que les dan al ingresar y a los avisos de advertencia.
El caimán aguja está en estado crítico en Colombia y en el parque Tayrona se encuentra en los sectores de Los Naranjos, Cañaveral, Arrecife, Cinto, Gairaca y Chengue. Estos reptiles pasan la noche casi siempre en el agua y por la mañana se trasladan a los márgenes de los cuerpos de agua para calentarse bajo los rayos del sol.
“Ellos son muy comunes en zona de lagunas, en la salida de ríos y zonas estuarinas como el sector de Los Naranjos y a veces los notan nadando dentro del mar, pero usan el mar para transportarse, de medio mecánico para llegar a otra fuente hídrica. Su mayor actividad es de noche”, dijo Elkin Hernández, profesional de monitoreo e investigación del parque Tayrona.
Entre el 2013 y el 2014, la población estimada del caimán aguja dentro del parque Tayrona era de unos 18 individuos. Sin embargo, en el 2015 se evidenció la presencia de neonatos en el área de Cañaveral, que es una zona de eclosión, por lo que se cree que la población puede ser mayor.
Los caimanes son territoriales y llegan a ser agresivos, principalmente en la época reproductiva (diciembre y enero), de anidación y eclosión (abril y mayo). Esta especie tiene conductas de cuidado parental, lo que hace que siempre proteja y vigile los nidos y los neonatos.
Aunque dentro del área protegida no se han reportado ataques a los humanos, el pasado 26 de abril ocurrió un incidente con un niño de 8 años que estaba bañándose en la desembocadura del río Piedras, en la vereda Los Naranjos, límites con el parque Tayrona. El menor se lanzó de una piedra y al caer al agua, según versiones de la comunidad, fue atrapado y sumergido por un caimán aguja. Horas después fue hallado sin vida en la orilla del río por los organismos de socorro.
Las recomendaciones a los visitantes si ven un caimán aguja, según Hernández, son mantener una distancia mínima de 20 metros, no tomarle fotos con flash, evitar alterarlo lanzándole objetos y no nadar en las zonas donde se evidencia su presencia o donde haya registro de estos animales, como las lagunas y la desembocadura de ríos, quebradas y cuerpos de agua.
Para advertir sobre la presencia de esta especie, Parques Naturales y la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) dictan charlas informativas a la comunidad, entregan folletos y han instalado letreros en algunos sectores del parque Tayrona.

Los caimanes son territoriales y llegan a ser agresivos, principalmente en la época reproductiva de anidación y eclosión.
Prensa Parques Nacionales
El jaguar es el felino más grande de América y una especie amenazada, por lo que está protegido por la legislación colombiana al estar incluido entre las especies sujetas a veda. Se encuentra en toda la Sierra Nevada de Santa Marta, y el parque Tayrona es uno de los lugares a donde llega en busca de presa y de refugio.
Durante el cierre que se hizo entre el 28 de enero y el 28 de febrero pasado, se detectó la presencia de estos felinos no solo con las cámaras trampa, sino también por el hallazgo de huellas en los sectores de Neguanje y Cañaveral. “Parece ser que tenemos a una hembra con dos crías porque aparece caminando dentro del área protegida”, dijo Hernández.
Agregó que la importancia de este felino es que regula la población de sus presas, por ejemplo, las guartinajas y los ñeques, y su presencia denota el buen estado de conservación del bosque húmedo del parque Tayrona, que es donde se han visto.
Dentro del parque no se ha registrado ningún incidente con estos felinos, pero Hernández recordó las recomendaciones a los visitantes: transitar por los senderos delimitados, las zonas de camping y las playas que hacen parte de la zona de recreación general del área protegida. “Por fuera de estos sectores no pueden caminar para evitar el contacto humano-felino”, expresó.
Estos animales, por lo general, salen en las noches cuando está prohibido caminar por los senderos y las playas. Sin embargo, en caso de encontrarse con algún ejemplar de esta especie, lo más recomendable es tratar de alejarse, no correr ni gritar porque esto podría alterarlo. “Si ellos creen que su vida está en riesgo, su respuesta es atacar, pero los humanos no somos presas para ellos, simplemente atacan para cuidarse”, dijo Hernández.
Otros animales que representan un peligro para los visitantes son las serpientes venenosas del género bothrops como Talla X y corales, que se pueden encontrar en cualquier parte del parque, sobre todo en las zonas boscosas. La importancia de estos reptiles es que regulan las poblaciones de insectos y ratones.
Aunque en los últimos años no se han registrado incidentes de picaduras de serpiente en el Tayrona, según Hernández, en todas las zonas de control y vigilancia hay suero antiofídico.

El pez león tiene espinas dorsales que son venenosas.
Prensa Parques Nacionales
En el área marina también hay riesgos como el pez león, una especie invasora que no solo es una amenaza para los ecosistemas marinos porque consume los peces juveniles primordiales para la vida de los arrecifes de coral, sino para los bañistas, porque sus espinas dorsales son venenosas.
La punción más común es en las manos y aunque no representa un peligro mortal, puede causar hinchazón, adormecimiento y dolor, por lo que se recomienda sumergir la zona afectada en agua dulce y caliente, limpiar la herida y buscar asistencia médica.
En el parque Tayrona se han realizado torneos de captura de pez león, con la colaboración de las escuelas de buceo de la región, y también jornadas de captura internas para disminuir la presencia de esta especie en el mar Caribe.
“El visitante debe tener muy claro que está en un área protegida, donde se conservan los ecosistemas representativos del país como el bosque seco y el bosque húmedo y hay una gran biodiversidad de animales. La principal recomendación es que siempre estén dentro de las zonas destinadas para la prestación de los servicios ecoturísticos y la recreación para evitar inconvenientes”, concluyó Hernández.
PAOLA BENJUMEA BRITO
Redactora de EL TIEMPO
Santa Marta
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