La casa de Ana María Bernal Vanegas tiene salas y espacios amplios, pero algunos no son para lo que todas las familias los usan.Buena parte de esa casa vive repleta de trajes típicos, cintas, adornos, encajes, rollos de lentejuelas, piedras de colores, lienzos, pinturas, sombreros, telas y máquinas de coser Singer.
En ese mundo mágico de la avenida La Toma, en Neiva, ha pasado buena parte de sus 57 años Ana María Bernal, una de las más destacadas fabricantes del traje del Sanjuanero huilense, que en cada celebración del San Pedro es uno de los elementos más importantes de la fiesta.
En esta tierra de bambucos y rajaleñas, el sentido de la celebración es esa prenda. Ana María, viuda y madre de tres hijos, diseña y elabora el traje típico.
La vena artística le viene de su abuela Raquel Castro de Vanegas, y de su mamá, Lulú Vanegas, otra artista creadora de trajes típicos.
En sus máquinas, Lulú elaboraba el traje del Sanjuanero huilense con faldas largas, enaguas o polleras, y a mano les pintaba rosas, orquídeas y margaritas. La tradición no se apagó ni siquiera en 1973, cuando la familia vivió en Barranquilla, pues, según dice, “a la casa de mi madre llegaban las reinas de Atlántico, Magdalena, Bolívar, Córdoba y Sucre, los departamentos de la Costa que cada año disputan el cetro del Reinado Nacional del Bambuco, a buscar sus vestidos”.

Ana María Bernal trabaja el mundo de la confección en su casa en Neiva.
Fabio Arenas
A diario, Ana María habla de su madre. La ve pedaleando las máquinas Pfaff en las que le daba vida a cada una de sus obras. Muchos en Neiva creen que esas manos prodigiosas, así como su mente creadora, fueron heredadas de su mamá, quien le enseñó a elaborar vestidos para sus muñecas.
“Siempre me ha fascinado diseñar, adoro todo lo que tenga que ver con moda y confección”, asegura Ana María, quien elabora sus prendas cada vez que le da por estrenar.
“La pintura y la confección de trajes típicos son mi vida”, afirma.
Animada por amantes del folclor, que veían en ella la sucesora de una tradición familiar, asumió las riendas de este oficio y en el 2001 montó el taller en su casa. Desde entonces, cada reina quiere lucir sus vestidos.
Le ayudan 10 operarias y los meses previos a las fiestas vive metida de lleno en la elaboración del traje del Sanjuanero huilense, que está compuesto de falda con corte rotonda en plato y en tela satín que termina con arandelas de encaje y tul.
“La falda lleva un marco en millaré de lentejuelas y va pintada a mano, está adornada de flores troqueladas en tonos degradé”, dice, y agrega que la blusa va en escote bandeja con arandelas de encaje y millaré de lentejuelas en sus bordes.
“Una buena confección del pollerín o enagua es fundamental porque da volumen a la falda y se elabora en tela almidonada”, agrega, y muestra un tocado en flores que exalta el rostro de la reina.
Este año, la venta de trajes típicos ha sido productiva. En Neiva, muchas mujeres quieren lucir este traje que le da sentido a la tradición, y pagan hasta 1’200.000 pesos, mientras que para las reinas del bambuco cuestan 2’000.000 de pesos.
“Los materiales son muy costosos para cada prenda y el trabajo es arduo, casi que día y noche, pero todo es en equipo con mis operarias”, dice.
La mayoría usa los vestidos en la apertura de las fiestas y en los desfiles con las reinas por las calles de Neiva.
“El traje del Sanjuanero huilense es mágico; la mujer que lo usa se siente reina”, asegura, y eso mismo dicen las candidatas que lo llevan.
En su casa le ayudan mujeres encargadas de la costura de blusas y faldas. Otras pegan el millaré al traje, recortan y arman las flores del traje y el tocado que va en la cabeza.
Algunas son las encargadas de almidonar, teñir y troquelar todas las flores para las faldas.
Todo lo anterior ayuda a conservar una celebración que pone al baile como eje principal de la fiesta.
El domingo 2 de julio a las 8 p. m. empieza la velada de elección y coronación de la nueva reina nacional del bambuco.
Este año, 22 concursantes compiten por la corona y como lo normal es que una candidata sea bonita, su fuerte debe ser el baile del ‘Sanjuanero huilense’, que tiene ocho pasos.
Y, para el baile, Corposanpedro, entidad organizadora de la fiesta, tiene establecido un reglamento especial para los parejos que acompañan a las reinas.
Transmisión por Señal Colombia a las 10 a. m. (desfile) y 8 p. m. (reinado).
Hasta el 3 de julio en Neiva, Huila. A 6 horas de Bogotá en carro y media hora en avión. Informes: corposanpedro.org.
FABIO ARENAS JAIMES
Corresponsal de EL TIEMPO
Neiva