Seis canecas, una que llevaba a la cabeza, una que cargaba a pulso y cuatro más que montaba ‘a lomo’ de burro, eran los medios con los que, luego de varios kilómetros de recorrido a pie, Elezi Parodi lograba llevar agua hasta su casa en Zapayán, uno de los municipios más apartados del Magdalena que se alza sobre la margen derecha de la Ciénaga que lleva el mismo nombre.
A este pueblo de pescadores, reconocido geográficamente por ser una zona inundable, el agua potable llegó hasta hace algunos días.
“Ahora solo tengo que abrir la llave”, reconoce Elezi quien ya no se lleva las pesadas cargas de ropa sucia para lavarlas en las piedras del río ni tiene que almacenar el agua del consumo diario en tanques de latas oxidadas.

Obras de acueducto en la zona bananera.
Es una situación similar que experimentan con agrado los cerca de 5.000 habitantes de Zapayán desde que Aguas del Magdalena entregó las obras de acueducto en esa zona. Un logro que, según la población de este y de otros municipios beneficiados como Salamina, San Sebastián de Buenavista, Santa Bárbara de Pinto, El piñón, Aracataca, Fundación, El retén, Tenerife y Concordia, entre otros, les ayudará a reducir la alta incidencia de enfermedades diarreicas agudas, infecciones en la piel y problemas de bajo peso y talla en los niños como consecuencia de la baja calidad del agua que hasta hace poco consumían.
Con estas obras, Aguas del Magdalena, a través del Plan Departamental de Aguas, llegó al 96% del cubrimiento en infraestructura de acueducto y a un 70% en cubrimiento de alcantarillado en zonas rurales.
De hecho, en días pasados, la empresa firmó un convenio de cooperación con AcuaValle para fortalecer la construcción de acueductos en los municipios y corregimientos apartados que aún están pendientes en el Magdalena y el Valle del Cauca que contará con el respaldo de Brabant Water, la empresa prestadora de servicios de acueducto más importante del Reino de los Países Bajos y con la que ya se está trabajando en la formulación de un modelo de abastecimiento de agua para los pueblos palafitos de la Ciénaga Grande de Santa Marta.
“Estamos aunando esfuerzos para intercambiar conocimientos y experiencias exitosas que se han logrado durante estos años en ambas empresas. Nuestro propósito es mejorar la calidad de vida de los habitantes del Magdalena y del Valle del Cauca porque sabemos que el acceso al agua potable contribuye al progreso del país”, afirmó Sara Cervantes, gerente de Aguas del Magdalena.

Planta de tratamiento en Concordia, Magdalena.
Por su parte, en los próximos meses las comunidades de Ciénaga, la Zona Bananera, Pivijay, Pueblo Viejo y Ariguaní también se beneficiarán de la entrega de obras de acueducto mientras que en varios de los municipios donde ya se disfruta del agua potable se inaugurarán los proyectos de alcantarillado prestar un servicio integral.
EL TIEMPO
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