“Estoy convencido de que la paz del país depende de Antioquia, el departamento tiene la capacidad creativa, la fuerza económica y el entusiasmo colectivo para poner a Colombia en los caminos de una transformación frontal hacia la convivencia y la reconciliación”.
Con estas palabras, el padre Francisco de Roux explicó la importancia de la ‘Cátedra itinerante para la paz’, una iniciativa que busca promover el diálogo y la reflexión en entornos académicos alrededor del proceso de paz y que es desarrollada por el G7, el cual agrupa a siete instituciones de educación superior del valle de Aburrá.
La primera charla se inició ayer en el Colegio Mayor de Antioquia, con la participación de aproximadamente 400 personas.
Estudiantes, docentes y rectores dejaron las actividades académicas cotidianas para asistir a la charla inaugural ‘¿Y qué decir de la pedagogía de paz en la Colombia de hoy? Retos y posibilidades de entidades de educación superior’, que estuvo a cargo del padre De Roux, actual director del Centro de Fe y Culturas.
Del G7 hacen parte el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, el Tecnológico de Antioquia, la Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango, la Institución Universitaria de Envigado, el Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM), la Institución Universitaria Pascual Bravo y el Colegio Mayor de Antioquia.
Todas ellas, indicó Lorenzo Portocarrero, rector del Tecnológico de Antioquia, en líneas generales apoyan el proceso de paz.
“Los temas propios del posconflicto los consideramos un compromiso muy serio y por eso se ha nombrado un grupo de académicos en cada una de las instituciones para que sean voceros ante los estudiantes y la comunidad en general en aspectos relacionados con la paz”, sostuvo.
En este sentido, se busca que estudiantes, docentes, directivos y egresados puedan llevar también a otros espacios de la academia discusiones que permitan encontrar puntos acertados para resolver los conflictos, en tanto que conciben la paz no solo como la firma de un acuerdo entre el Gobierno y las Farc, sino también como una construcción colectiva enfocada en la tolerancia, el diálogo y el respeto por el otro.
Asimismo, quieren poner sobre la mesa otros procesos de violencia que se han vivido en el país, como el paramilitarismo y la delincuencia común. Para María Victoria Mejía, rectora del ITM, se pretende que las actividades que se realicen en las instituciones del G7 puedan trascender en el tiempo y se repliquen en otros escenarios de ciudad.
“De una u otra forma, los colombianos ya cotizamos las semanas suficientes para llegar a la paz y queremos hacer por lo menos una campaña de pedagogía de cómo llegar a acuerdos que faciliten la convivencia desde lo personal, desde lo institucional y desde los retos del país”, manifestó, y agregó que con las cátedras se busca que los asistentes tengan un mayor conocimiento sobre los diálogos de paz.
Proceso para sensibilizarSandra Peña, estudiante de Gestión Turística, en el Colegio Mayor de Antioquia, considera que iniciativas como esta son importantes para los jóvenes, pues aportan a su formación en el reto que tienen por construir un mejor futuro para el país y la apropiación que deben hacer de la etapa del posconflicto.
Al respecto, Morales expresó que muchos de los jóvenes se sienten un tanto alejados de estos temas, pues no han vivido en carne propia el conflicto armado, sino que lo han seguido a través de los medios de comunicación.
“Traer a los estudiantes de la ciudad que no han vivido el conflicto guerrillero es muy importante para mostrarles lo que está pasando, compartirles experiencias y el porqué de la paz e invitarlos a que reflexionemos, porque no es el problema de Caucasia, de Ituango o de Remedios, es un problema que nos compete a todos”, anotó.
Por ello, las cátedras se enfocan en temas que pretenden poner en marcha la crítica de los estudiantes, que solo en las instituciones universitarias tecnológicas del G7 llegan a alrededor de 60.000 en el departamento.
Por su lado, Laura Builes, estudiante de Arquitectura, en el Colegio Mayor, asistió a la cátedra porque considera que los jóvenes no están siendo realmente informados sobre los avances del proceso de paz y otros temas fundamentales para el país. Indicó que aunque hoy en día hay mayor acceso a las redes sociales, muchas veces circulan datos mentirosos o que no corresponden con la realidad.
Añadió que ella hace parte de una generación que está en el intermedio de una generación con mayor conocimiento de la realidad del país y una más nueva, por lo cual tienen el reto de romper paradigmas y darles ejemplo a los más pequeños.
Para el padre De Roux, estos espacios son vitales, en tanto que en territorios de guerra, las víctimas claman por el fin del conflicto con las Farc, algo que no se entiende mucho en las ciudades, donde no se comprende muy bien el significado del dolor que causa la guerra. Y esta es una de las cosas que se busca que entiendan los jóvenes que asistirán a las distintas cátedras.
Por otro lado, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, aseguró ayer que desde la Secretaría de Educación del Departamento se están realizando unas reuniones periódicas con los rectores de todas las universidades e instituciones de educación superior de Antioquia, para diseñar estrategias que permitan la capacitación a los docentes y el mejoramiento de los planes de estudio con base en temas relacionados con la paz.
Añadió que hasta la fecha ha recibido algunos informes de instituciones como la Universidad de Antioquia y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, así como de algunas privadas, sobre los avances que se han hecho en las distintas reuniones.
U. de A., entre las universidades de pazEn días pasados también la Universidad de Antioquia fue vinculada a la iniciativa ‘Universidades de Paz’, desarrollada por el Gobierno Nacional, que busca que jóvenes de las zonas más afectadas por el conflicto accedan a programas de educación superior.
En el país se eligieron siete universidades públicas. En el caso de Antioquia, el programa empezará en El Carmen de Viboral, Oriente antioqueño, indicó Mauricio Alviar Ramírez, rector de la institución.
Asimismo, agregó que los estudiantes que se beneficien van a recibir una beca de 1,3 salarios mínimos semestrales por parte del Gobierno Nacional. En el departamento, se privilegiaron tres programas de Ingeniería: Civil, Ambiental y Urbana.
El rector explicó que se tendrán 20 cupos adicionales en cada uno de los tres programas y que no se va a esperar hasta el próximo semestre, sino que se hará con quienes presentaron el último examen de admisión.
“Vamos a llamar a los estudiantes que pasaron el examen de admisión en mayo, en orden descendente de puntaje, para llenar esos 20 cupos en cada programa”, afirmó. Y es que hay varios estudiantes que pasaron el examen pero no alcanzaron un cupo.
La beca para ellos es durante los primeros dos años que dura el ciclo básico desarrollado en la Facultad de Ingeniería y que cursarán en la sede de El Carmen del Viboral. Después de ese tiempo, los estudiantes podrán continuar la carrera allí o, si lo desean, en la sede de Medellín.
Alviar manifestó que se eligió la sede del Oriente, en tanto que se quería privilegiar a los estudiantes de esa subregión que ha sido tan afectada por el conflicto armado, que es una de las líneas características de este programa nacional, que también se desarrolla en los departamentos del Cauca, Valle del Cauca, Caldas, Putumayo, Bolívar y Risaralda.
En 13 municipios de esos siete departamentos se distribuirán 1.000 cupos para programas de Ingeniería. La razón, explicó el rector, es que estas carreras cobran gran importancia para el futuro del país, pues contribuye al desarrollo de las zonas rurales que han sido golpeadas por la guerra, desde aspectos como medio ambiente y urbanismo.
Aun así, se espera que en el futuro se den las condiciones presupuestales que permitan ampliar la oferta a otros pregrados. La inversión inicial que hace el Gobierno para sacar adelante este proyecto es de 17.500 millones de pesos.
Si las condiciones de presupuesto lo permiten, añadió Alviar, la idea también es que el programa llegue a las demás subregiones de Antioquia. Por el momento, desde días pasados se empezó a llamar a los jóvenes beneficiados en el departamento, para que pudieran iniciar el semestre académico.
“Alrededor de 48 jóvenes cumplen las condiciones para acceder al programa. Una de ellas es que los estudiantes sean de municipios por fuera de Medellín, tienen que demostrar que viven en zonas distintas a las ciudades capitales”, anotó Alviar.
Además de haber sido escogida por el Gobierno para participar del programa, la Universidad de Antioquia viene desarrollando otras iniciativas en pro de la construcción de paz.
Desde varias de sus seccionales, la Universidad trabaja desde el año 2015 en la ‘Red de Territorios por la Paz’, la cual busca que los jóvenes se movilicen a partir de distintas actividades por la construcción de paz y la búsqueda de la reconciliación en los territorios.
Por otro lado, la institución realiza las ‘Cátedras Abiertas Regionales’, que promueven iniciativas que permiten debatir, reflexionar y hacer propuestas, de la mano de los gobiernos municipales, alrededor del posconflicto.
La oferta actual de la U. de A. busca también, en el mediano plazo, brindar formación en el contexto del posconflicto, por lo cual adelanta programas con un enfoque de inclusión que vayan dirigidos a las poblaciones vulnerables y a las personas que se reintegren a la sociedad, tras la desmovilización que se logre con la firma de un acuerdo final en las negociaciones de paz que se adelantan.
HEIDI TAMAYO ORTIZ
Redactora de EL TIEMPO
@HeidiTamayo