David Londoño es la viva demostración de que para saber sobre informática y software no se necesita ser un ingeniero. Con la motivación, las ganas, el estudio empírico y la disciplina, este joven de 16 años ha logrado crear dos aplicaciones para dispositivos móviles y un juego que está disponible a nivel mundial.
Su último logro lo consiguió de la mano de tres compañeros de su colegio, el Fray Julio Tobón Betancur de El Carmen de Viboral (Oriente antioqueño).
Turicarmen es el nombre del proyecto que construyeron, ganador en el Innovalab en la categoría ‘Mejor Interfaz’. La aplicación la presentó con solo dos de sus compañeros: Michael Andrés Jiménez Hernández y Andrés Arbeláez Martínez.
La aplicación móvil, que actualmente solo está disponible para Android, fue creada con el fin de informar al turista que llegue al Carmen de Viboral acerca de los lugares turísticos y representativos que tiene el municipio.
“Queríamos que el visitante supiera qué es la Torre Bicentenaria que está en el nuevo parque principal, por qué existe, cómo nacieron las fábricas de cerámica, hablar de la calle de la cerámica y los demás atractivos que hacen que el Carmen sea uno de los destinos más visitados de Antioquia”, explicó Londoño.
El público que buscan alcanzar son los 250 turistas que cada fin de semana visitan al pueblo. La cifra se duplica los fines de semana que tienen puente y en junio y diciembre pueden llegar a ser hasta 1.500 turistas.
David está en noveno de bachillerato y aprendió a desarrollar aplicaciones gracias a un curso virtual gratuito que hizo con Google sobre desarrollo de aplicaciones móviles y software para Windows en 2015. En ese curso, David ocupó el primer lugar y por esto le hicieron llegar sin costo el diploma de certificación y un computador como premio por tener el mejor desempeño.
Gracias a ese logro fue contactado por la Gobernación de Antioquia para que recibiera capacitación y así tuviera la oportunidad de clasificar a Innovalab.
En Innovalab pudo exponer su proyecto Turicarmen que es fruto de su interés e inquietud por aprender sobre tecnología, ya que desde los 10 años empezó a querer descubrir cómo funcionaban los juguetes y aparatos que tenía cerca.
“Comencé desbaratando robots, aviones de juguete y me empezó a interesar la tecnología y la informática. Cuando tuve mi primer computador me encargué de hacerlo funcionar como yo quería, entonces me metí en temas de programación de software”, cuenta.
Todo ese aprendizaje que ha logrado con su esfuerzo y dedicación le permite ahora tener su propia empresa, a la que llama K-nuclear.
Por medio de ella, David y su equipo están desarrollando el modelo de negocio de Turicarmen que consiste en vender publicidad dentro de la plataforma para que hoteles, restaurantes y agencias de viaje se alíen con ellos. También quieren hacer una versión premium que tendría un valor de descarga.
Otro mercado que se abre para la app es el sector público, pues podría ser utilizada por las alcaldías de los municipios para promover el turismo.
Por esto también contemplan visitar otros municipios para ofrecer el desarrollo de la aplicación ajustado a los lugares representativos de cada lugar.
DIANA SOFÍA VILLA M.
MEDELLÍN
diavil@eltiempo.com