En la entrada al Salón Restrepo, del Jardín Botánico, se ve claro un nombre en mayúsculas: ‘Sherlock Holmes’. Lo que se ve adentro es una aproximación al mito literario y cultural que se ha tejido en torno al detective más perspicaz y agudo de todos los tiempos.
En la puerta, es posible que lo reciba un señor de abrigo, pantalón, chaleco de dril y gafas redondas, aunque el clima templado, contrario al de Londres, lo haga ver absurdo. Si le gusta el atuendo, adentro del salón encontrará un gabán y una pipa, para que se lleve una foto con el vestuario detectivesco.
La exposición, creada por Comfenalco que estará abierta al público durante toda la Fiesta, es una reiteración de que el mito de Sherlock eclipsó la obra de su creador Arthur Conan Doyle.
Conan Doyle escribió en su vida literaria sobre política, historia, héroes, patriotismo sobre medio ambiente, espiritismo pero es indudable que Sherlock Holmes es su más icónico personaje y que el mundo del crimen en Londres de finales del siglo XIX, es el tema que siguen aclamando los lectores de este clásico.
La Londres que habitó Sherlock se ubica en la época victoriana, en el esplendor de esa sociedad imperial. Es una ciudad que para esa época pudo contar con cinco millones de habitantes y estaba en un proceso de revolución industrial.
Esta muestra quiere conectar el ambiente de Londres y su contexto, con las aventuras de este gigante de la literatura que ha transportado a sus lectores a esta época y a estos lugares, desde su literatura envolvente. Por esto, allí está el Big Ben, el emblema de la capital inglesa, al lado de la habitación 221B, el cuarto donde vivía Sherlock y su amigo Watson y desde la cual investigaban.
Este sitio no existió, pero ante la fuerza literaria en 1990 crearon un museo en el lugar que fue descrito en la literatura.
César Augusto Bermúdez, promotor de lectura de Comfenalco, explicó que una de las cosas más fascinantes del mundo holmesiano es la forma en que lanza el anzuelo para que el lector siga las pistas por medio del método del investigador.
“La deducción, la observación, la suma de los datos es lo que encanta de Sherlock, son las características que él brinda para dar un buen resultado”, aseguró Bermúdez.
Estas características se evidencian en el ‘Canon Holmesiano’, compuesto por cuatro novelas: Estudio en escarlata, El signo de los cuatro, El sabueso de los Baskerville y El Valle del terror y más de 56 relatos, que en la época salían en el periódico The Strand Magazine.
Pero si los libros no son la predilección del visitante, encontrará una ruleta y una pantalla con información sobre las 226 adaptaciones a cine que ha tenido esta historia, desde 1900, cuando se hizo el primer cortometraje.
Escritores frente al lenteLa cámara de Daniel Mordsinsky ha capturado a los principales escritores contemporáneos.
A lo largo de 40 años han desfilado centenares de hombres y mujeres de letras, que en paisajes y escenografías diversas, dan cuenta de rostros no conocidos por su aspecto sino por sus letras.

También se pueden ver escritores como García Márquez, Mutis y Cortázar.
En las 60 fotografías se ven, en su mayoría, autores que participaron en ediciones anteriores de la Fiesta del Libro y la Cultura.
Un joven Santiago Gamboa al lado de una escultura de Batmán en Gijon 1997; Juan Gabriel Vásquez empujando un escarabajo verde en una playa; Alberto Salcedo Ramos recostado en una pared y sin camisa, rodeado de boxeadores, y muchos otros escritores reciben a los visitantes de la Fiesta, para introducirlos a un ambiente lleno de letras y de “otros mundos”.
A partir de la intimidad y de situaciones únicas, las imágenes dejan ver otras facetas de escritores que marcan el presente literario del mundo hispanohablante.
DIANA SOFÍA VILLA M.
EL TIEMPO
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