La muerte del sacerdote Javier Eduardo González Pertuz, ocurrida este sábado 4 de febrero en un bar en la carrera 70A con calle 42, en el sector de Laureles, en Medellín, ha causado misterio por las incógnitas que la rodean.
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Según las primeras versiones que se conocieron, el hombre se dirigió al lugar tras salir del Seminario Misionero San José, donde trabajaba como formador, para ver el partido de la Selección Colombia sub-20. Allí habría llegado con otro sujeto, con quien se ubicó en una de las mesas del fondo del local, donde departieron unas horas.
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La persona que lo acompañaba salió del lugar con sus pertenencias (celular, billetera y chaqueta) y el sacerdote quedó desplomado sobre la mesa. El administrador del lugar creyó que estaba borracho y dormido, por lo que se disponía a sacarlo a la calle a la hora del cierre cuando notó que estaba sin vida.
El coronel José Miranda, comandante de Policía en Medellín, contó en 'Blu Radio' nuevos detalles sobre la investigación de la muerte del sacerdote que amplían el panorama sobre lo que habría ocurrido esa noche.
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Nuevas pistas
Una de las hipótesis que se manejaban indicaba que el sacerdote habría acudido al bar el viernes en la noche con la intención de ver el partido de la Selección Colombia sub-20 contra Paraguay, sin embargo, esta fue desvirtuada por el coronel Miranda, quien señaló que el religioso entró al establecimiento a la 1 de la mañana del sábado en compañía de otro hombre.
“El administrador del bar nos dice que él llegó en compañía de otra persona, que consumen algunas bebidas y que la persona que se encontraba con él se retira media hora después. Los hechos se presentan entre una y una y media de la mañana. La persona se va más o menos a las 2 de la mañana”, explicó en 'Blu Radio' el coronel.
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No obstante, hay una hipótesis que se mantiene y es la que señala al acompañante como el principal sospechoso. Aunque el hombre no ha sido identificado por las autoridades, el coronel Miranda indicó que lo que se tiene establecido es que sería una persona de 35 a 40 años de edad, que aunque llegaron juntos al bar, este le hurtó varios elementos y se fue del lugar.
El comandante de la Policía Metropolitana de Medellín confirmó que, tras verificar que el sacerdote sí fue víctima de un hurto, se estableció que el robo fue dentro del bar y los objetos robados fueron su celular, documentos y un reloj.
Mientras tanto, las autoridades están a la espera del informe de toxicología que permita esclarecer si al sacerdote le fue suministrada alguna sustancia extraña que provocara su muerte, pues el cuerpo no presentó ningún signo de violencia.