Cuando cae la tarde en Medellín, desde cualquiera de los siete cerros tutelares se ve que la ciudad empieza a alumbrar, pero el Centro se apaga, la mayoría de sus visitantes se van y la inseguridad empeora.
La razón radica en que en ese lado de la capital antioqueña hay pocas viviendas, a las seis de la tarde cierra gran parte del comercio y, una vez oscurece, los transeúntes solo quieren irse a sus barrios.
El arquitecto, urbanista y director de Proyectos Urbanos de Medellín, Alejandro Restrepo, dijo que para recuperar el Centro de noche se necesitan más viviendas.
“Que los ojos de las ventanas no se apaguen a las seis de la tarde sino a la media noche. Eso lo logran más habitantes, visitantes y negocios. Necesitamos ir al centro de noche, ir al teatro, a comer, a caminar, eso queremos”, agregó Restrepo.
Por ello, en el Plan de Desarrollo quedó trazado construir 5.000 viviendas en el corazón de Medellín, de 20.000 que se proponen, en este cuatrienio, en la ciudad.
En el Centro hay más de 30.300 viviendas que suman 85.000 habitantes, pero allí no se construyen casas ni apartamentos desde hace una década. Dejó de ser atractivo para vivir porque es la zona más peligrosa, más contaminada, con más caos vehicular y menos espacio público.
Además, el antiguo Plan de Ordenamiento Territorial (2006) congeló la construcción de edificios en esa zona para conservar el patrimonio arquitectónico.
Pero qué hacer para que el corazón de la capital antioqueña sea atractivo. No será suficiente con la actualización de ese POT (2014) que activó la edificación de vivienda. Los retos son recuperar la seguridad, el medio ambiente y el espacio público.
El director contó que construyeron un plan urbano y ambiental con cinco principios ordenadores. El primero es la calidad de vida, entendida como el disfrute y la posibilidad de construir vivienda, de volver a habitar este sector.
El segundo es el espacio público, la conexión entre edificios importantes, plazas, parques y lugares de encuentro.
Seguido de la educación. Un centro pedagógico, donde el espacio entre aula y aula sean los corredores urbanos. También incluye la cultura como foco que se conecte con los principales ejes viales y con el comercio, y por último, la movilidad segura y tranquila con más corredores peatonales y menos vehículos.
Una propuesta de la Administración es peatonalizar los ejes históricos: la avenida La Playa, Juan del Corral, Galería Bolívar y terminar Junín hasta el parque de San Antonio.
“Eso nos permitiría tener menos tráfico vehicular, generar espacios para peatones, recuperar 37 parques que hay en el centro y tener una red patrimonial que con una malla urbana nos lleve al patrimonio y se articule con la cultura y edificios importantes”, aseguró el urbanista.
El arquitecto además dijo que eso traerá orden en el comercio, más edificios, una red hacia los ejes viales principales, mejoren la calidad de vida y hace más atractivo el centro. “Queremos que la empresa privada llegue, que los inversionistas se interesen en ese sector y que las grandes oficinas vuelvan”, agregó.
Los estudios muestran que La Playa resiste una combinación de tráfico vehicular y peatonal; Junín, que hoy está peatonalizado hasta la avenida La Playa, podría llegar hasta el Parque de San Antonio para conectarlo con el Parque Bolívar y por qué no articularlo con el barrio Prado, uno de los patrimonios más importantes.
"Es mirar cómo podemos salvar ese paso a través de la avenida Oriental para acercar el barrio Prado al Centro, aunque es del centro, el barrio está desarticulado”, dijo.
Precisamente, Pilar Velilla, gerente del Centro, dijo que el corazón de Medellín necesita de forma urgente recuperar el espacio público, invadido y congestionado por el comercio informal.
La directora explicó que el urbanismo entra con sus corredores peatonales y espacios públicos de calidad para bajar el uso del vehículo particular, y así disminuir la contaminación ambiental, con eso se logra que esta zona sea más agradable y caminable.
“Debemos hacer que el Centro no sea solo un polígono sino un lugar de barrios y de vecinos, que las personas no solo lo visiten de día sino también de noche. El Centro tiene oferta, pero el Estado debe garantizar la seguridad para que se puedan recorrer estos espacios.
La peatonalización de La Playa, que sería en esta Administración, es una de las obras urbanísticas que más necesita ese lado de Medellín, pero por ahora sería un proyecto piloto, sin hacer intervenciones físicas para que los visitantes opinen, critiquen, aleguen y propongan.
“Lo que pensamos con la peatonalización es recordar que debajo de La Playa está la quebrada Santa Elena, que la convertimos en una cloaca”, dijo.
Aunque los estudios muestran que la apertura quebrada es compleja por sus altos costos y teimpo, la funcionaria aseguró que es una deuda con la ciudad, y que tarde o temprano, será destapada.
DEICY JOHANA PAREJA M.
Redactora de EL TIEMPO
Medellín
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