Muchas niñas dejan de jugar con muñecas para ser el juguete sexual de los hombres. A corta edad son forzadas a estar en el mundo de la prostitución.
Eso le pasó a Diana*, quien a los 12 años dejó de vestir muñecas para convertirse en una. Su propio novio la vendía, contra su voluntad, a señores que buscaban diversión con su pequeño cuerpo.
Ese delincuente primero le hizo creer que era su pareja y su protector, pero le robó su virginidad y la utilizó durante cinco años para ganar dinero, que ella nunca veía.
Cada que Diana se negaba a tener sexo con sus clientes, él la golpeaba brutalmente hasta dejarla inconsciente. Así la sometió durante cinco años, hasta que ella sacó valor y lo denunció ante la Policía, finalmente, lo capturaron en Moravia, el pasado 18 de julio.
Como ella hay muchas menores de edad víctimas de este delito en la capital antioqueña. De hecho, el Sistema para la Información y Convivencia (Sisc), de la Alcaldía de Medellín, identificó seis formas distintas de explotación sexual en la ciudad.
En la lista están: pornografía, prostitución, trata de personas, turismo sexual, explotación por parte de grupos armados ilegales y matrimonio servil.
Las investigaciones revelan que las redes de pornografía infantil seducen a las jovencitas por medio de Facebook, a través de engaños y sobornos. Primero les hacen creer que hablan con chicos de la misma edad, intercambian fotos eróticas y luego las amenazan con publicarlas si no siguen el juego.
Igualmente, los investigadores descubrieron que estos delincuentes usan casas en barrios periféricos. En cada habitación tienen una niña al frente de un computador, complaciendo a clientes, generalmente a extranjeros, que compran paquetes de sexo en vivo por internet.
En cuanto a la trata de personas para explotación sexual, el Sisc identificó que los fines de semana, las niñas son trasladadas desde Medellín hasta el occidente del departamento y a la zona minera del nordeste, donde delinquen grupos armados. En estos casos hay un agravante, las menores son sometidas a torturas.
En el turismo sexual, los principales clientes son extranjeros, a quienes las redes les venden un paquete completo que incluye hospedaje en un apartamento amoblado, droga y sexo. La Policía, incluso, encontró niñas de 10 años, víctimas de estos casos.
La coronel Martha Ligia Herrera, comandante de la Seccional de Protección y Servicios Especiales del Área Metropolitana, explicó que las niñas también distribuyen drogas. Esta modalidad es común en El Poblado, donde el pasado 7 de julio las autoridades capturaron a un estadounidense, conocido como ‘Jake’, que ofrecía paquetes turísticos con menores de edad.
Para las autoridades es muy complejo detectar estas redes de explotación porque usan páginas de internet con IPS internacionales (software que ejerce el control de acceso en una red informática), desde las que no se puede acceder en Colombia, entonces, el rastreo es más díficil.
Pero además, camuflan la explotación en un catálogo que solo tiene mujeres mayores de 18 años, que pasan desapercibidas porque no se trataría de un delito.
Otra de las dificultades es que en ese negocio hay muchas personas involucradas que reciben comisión económica por guardar silencio, recomendar y facilitar el ‘trabajo’ como los taxistas, botones de hoteles, administradores y empleados de bares y restaurantes.
En los casos de matrimonio servil, las autoridades no tienen denuncias formales pero saben que este fenómeno, aunque es silencioso, se da en la ciudad.
Para Iván Felipe Muñoz, experto de la Universidad de Antioquia y coordinador de la Mesa contra la Explotación Sexual, las investigaciones se concentran en la prostitución infantil, pero hay muy poca información de las otras modalidades de explotación.
A lo que se le suma, dijo, que los análisis son en el Centro y en El Poblado, pero no en los corregimientos ni en barrios populares, donde también hay explotación, pero hay pocas denuncias porque las niñas tienen miedo de hablar o no se consideran víctimas.
El experto explicó que los hombres menores también explotados, pero por el mismo machismo de la ciudad, hace que sea mucho más invisible.
Crimen organizadoLos combos se vinculan al negocio de la explotación sexual de tres formas. La primera tiene que ver con la extorsión. El Sistema de Información identificó que grupos como las ‘Convivir’ les cobran a las jovencitas por brindarles seguridad, sobretodo, a las que trabajan debajo de las estaciones y las líneas del metro.
Estos grupos también actúan como intermediarios, hay un proxenetismo más directo y ellos mismos reclutan niñas para explotarlas. Por último, ganan con la prostitución y comercialización de drogas. La niña además de prestar sus servicios sexuales vende alucinógenos.
Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia, los grupos reclutan a las niñas, principalmente, en las comunas Popular, Manrique y Aranjuez, en el nororiente de Medellín, zonas con condiciones económicas bajas y pocas oportunidades.
En este momento, la Policía le sigue el rastro a varias bandas de la ciudad que se dedican a utilizar a las pequeñas, asimismo, tiene bajo la mira a una red de extranjeros.
No en todos los casos actúan las redes, también los padres están involucrados. Investigaciones revelan que en algunas familias, tanto la abuela como la madre y las hijas han estado inmersas en el mundo de la prostitución, desde los 12 años de edad.
La coronel Herrera dijo que en este momento, la Policía tiene 135 investigaciones de explotación sexual, que pueden llevar a capturas, entre estas, 12 por trata de personas.
Sin embargo, el Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de la Fiscalía solo recibió 18 denuncias de explotación sexual entre enero y julio. De las cuales, 13 fueron de mujeres y cinco hombres. En todo el año pasado, la entidad recibió 68 declaraciones de este tipo.
En lo corrido de2016, la Policía ha capturado en Medellín a 117 explotadores sexuales y adelanta la extinción de dominio de 21 hoteles, usados para comercialización de droga y prostitución infantil.
Entre las capturas está la del victimario de Diana. Ella tuvo suerte de salir de ese mundo, pero en otros casos, la explotación no termina con la captura de miembros de la red o del combo.
Redes dan drogas a víctimasEn El Poblado hay explotación sexual hace muchos años, pero hoy es más visible porque muchas niñas se desplazaron del Centro hasta la zona rosa.
Investigaciones del Sistema para la Seguridad y Convivencia (Sisc) muestran que en El Poblado, los extranjeros pagan por servicios sexuales con menores de edad entre 50 y 700 dólares, mientras que en el Centro, entre 5 y 20 dólares.
Sin embargo, en ambos sitios las niñas son obligadas a vender drogas a sus clientes porque el negocio es más rentable y el delito menos visible. “La niña se le acerca al cliente y le ofrece el servicio sexual y un pase”, contó un investigador del Sisc.
A los proxenetas les interese que las niñas sean adictas a las drogas, consideran que generar la adicción es parte fundamental para que la chica esté más dócil y sea más fácil tenerla en el negocio. "Por medio de los alucinógenos están más dispuestas a estar con los clientes no preguntar ni quejarse. En el caso del paruqe Lleras(El Poblado), las chicas consuman marihuana, cocaína y drogas sintéticas.
No obstante, con las drogas se complica la ruta de restablecimiento de derechos para una menor explotada sexualmente porque no se reconoce como víctimay en muchos casos, las niñas terminan en el Sistema de Responsabilidad Social para Adolescenets por delitos como porte y tráfico de estupefacientes.
Deicy Johana Pareja M.
Redactora de EL TIEMPO
Medellín