“Esta es una apuesta del país, pero más que eso es un piloto que tiene el oriente antioqueño para prepararse en función de que los entes territoriales, empresas y personas entendamos que al 2070 tendremos dos grados más de temperatura y 10 por ciento más de precipitaciones”, explicó Carlos Mario Zuluaga, director de la Corporación Autonoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare).
Este plan de crecimiento verde y desarrollo compatible con el clima es un lineamiento para que los municipios definan su planeación territorial con una mirada hacia el futuro y que se adapte a las características que plantea el cambio climático.
El director de Cornare destacó la importancia de este plan para “no estar toda la vida atendiendo emergencias en lugar de estar planificando el territorio y definiendo en dónde construir y dónde no”.
Ejecución de proyectosPara llevar a cabo el plan propuesto en el oriente de Antioquia se tienen definidos 21 proyectos estratégicos, entre ellos, la gestión del agua y una ejecución de procesos productivos industriales y empresariales que sean compatibles con el clima y más amigables con el medio ambiente.
“La responsabilidad de las empresas también va hacia afuera, ¿cuál es la responsabilidad con su entorno? ¿Cómo incorporan a los ciudadanos y territorios cercanos en sus procesos de desarrollo? ¿Cómo aplican una sostenibilidad no solo económica y social sino también ambiental?”, comentó Zuluaga.
En cuanto a la inversión necesaria para la puesta en práctica de este plan, se estima que inicialmente hacia el año 2019 sea de cerca de 200.000 millones de pesos entre aportes de Cornare, los municipios y algunas empresas privadas.
“Hay empresas que están haciendo inversiones altísimas en procesos de reconversión industrial para tener procesos productivos amigables con el medio ambiente y disminuir su huella de carbono”, dijo el director de esta corporación.

En el 2012, el espacio verde por habitante del valle de Aburrá era de 4.5 m2, la directriz mundial es que esta cifra debe ser en promedio entre 10 y 15 m2.
Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Zuluaga también destacó la importancia de acciones encaminadas a la protección de las zonas verdes.
En el oriente antioqueño aún hay suficientes bosques, a diferencia de Medellín que tiene un déficit de más de 700.000 árboles, sin embargo, “pero al paso que va terminarán siendo zonas grises por las construcciones”, dijo Zuluaga.
También deben protegerse las especies de flora nativa, ya que, según advierte el director de Cornare, la proliferación de cultivos como las hortensias están generando un gran desplazamiento de lo que es la agricultura tradicional.
“Ya no vemos en el Carmen de Viboral producción de frijol y otras hortalizas, ya no somos esa gran despensa que fuimos para Medellín”, indicó.
Por último, durante la presentación del plan de crecimiento verde se destacó también la importancia de que los ciudadanos sean conscientes de que la responsabilidad para afrontar los retos del cambio climático también es individual.
“Es un asunto de cultura ciudadana, de no arrojar basuras, de cuidar el ambiente”, concluyó Zuluaga.
MEDELLÍN
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