No se necesita avanzar mucho por las vías que llevan al oriente antioqueño para empezar a ver un tapete de flores color naranja que reviste el paisaje. Ha cubierto, en su mayoría, lo que antes era un bosque nativo. Los árboles y la vegetación ahora no son más que formas bajo un manto verde lleno de capullos color cálido.
En el corregimiento de Santa Elena, el parque Arví y en los municipios del oriente, se ven árboles completamente envueltos por esta llamativa planta, la Thunbergia alata, más conocida como Ojo de poeta, una letal especie invasora que avanza con voracidad en esta zona, matando el bosque nativo.

En algunas zonas la invasión de esta planta ha llegado a niveles críticos, hasta árboles frutales han sido sus víctimas.
Guillermo Ossa/EL TIEMPO
“Esa planta me ha tumbado hasta árboles frutales”, comentó Omaira Simanca, dueña de una finca en Santa Elena. En su hogar, la Thunbergia alata ha colonizado hasta el poste de la luz.
Hay zonas completamente invadidas. El corregimiento Perico, al oriente de Envigado, es una de esas zonas. Hasta se ven en cercos naturales, utilizados por su rápido crecimiento para encerrar fincas. En sus bosques ya predomina el color anaranjado sobre los tonos verdes del monte.

Tras su belleza natural y su lírico nombre se esconde una plaga voraz que está ahogando las especies de la selva nativa.
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Esta especie, originaria de África Oriental, fue introducida a Colombia con fines ornamentales en la primera mitad del siglo XX. No se tienen registros de cómo llegó a Antioquia.
Esta invasora coloniza áreas abiertas, con cobertura boscosa, donde la humedad relativa es alta, disminuyendo los espacios disponibles para la regeneración de las especies nativas. Crea una cobertura continua y densa donde no penetra el sol, dificultando la germinación y el crecimiento de otras especies.
En Colombia, ha sido descrita por el Instituto Von Humboldt como una de las especies invasoras con mayor peligro para los ecosistemas nativos colombianos

Tras su belleza natural y su lírico nombre se esconde una plaga voraz que está ahogando las especies de la selva nativa.
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“Al ser una especie introducida, proveniente incluso de otro continente, no existen controladores naturales de la especie, ni poblaciones de animales que se alimenten de esta y puedan realizar un control natural de la misma”, comentó Diana Milena Amaya Pérez, subdirectora de Sustentabilidad Ambiental y Cultural del parque Arví. Añadió que un metro cuadrado de suelo colonizado por el Ojo de poeta puede tener más de mil semillas que germinan rápidamente en uno o dos días.
Daniel Herrera Echeverri, profesional Forestal, también del parque Arví, detalló que el Ojo de poeta tiene un gran poder dispersor: “Cuando las vainas que contienen las semillas revientan, pueden lanzarlas hasta once metros de distancia. Además, puede rebrotar también a partir de estolones (tallos rastreros), que hayan quedado después de realizar un control manual”.

Tras su belleza natural y su lírico nombre se esconde una plaga voraz que está ahogando las especies de la selva nativa.
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El biólogo profesional especializado en el grupo de bosques y biodiversidad de Cornare, David Echeverri López, comentó que “esta planta ha sido catalogada como una de las 100 especies más invasoras del mundo. En Colombia, ha sido descrita por el Instituto Von Humboldt como una de las especies invasoras con mayor peligro para los ecosistemas nativos colombianos”.
Antioquia no es la única zona del país con esta problemática ambiental. En el Altiplano Cundiboyancense ya se tienen registros de presencia de la letal planta. Se encuentra también fuertemente establecida en el departamento de Caldas.

Esta planta no permite que las demás especies realicen su proceso de fotosíntesis llevándolos a la muerte.
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Se le ha encontrado a lo largo de la cordillera central, incluyendo reportes en Santa Isabel (Tolima) y Sibundoy (Putumayo/Nariño), siempre con mayor abundancia y vigor en alturas por encima de los 1500 metros sobre el nivel del mar. Esta plaga está presente en casi todo el territorio nacional.
La Corporación Parque Arví realizó en 2016, en convenio con la Alcaldía de Medellín y la Universidad EAFIT, la primera fase de la investigación ‘Incidencia y perspectivas de control de la especie invasiva Thunbergia alata en el Parque Arví’, en la cual se determinaron los puntos afectados por esta especie dentro del Parque Arví y se hicieron ensayos para determinar la forma más adecuada de realizar el control de esta especie.

En el recorrido de la vía que de Medellín lleva a su corregimiento de Santa Elena puede verse el daño ambiental que ha causado está planta.
Guillermo Ossa/EL TIEMPO
Uno de los productos de este estudio fue la realización de un plegable con el fin de sensibilizar a los habitantes de la zona y visitantes en general sobre las características de la especie y la forma más eficiente de controlarla. Por otro lado, desde 2016 se viene adelantando en convenio con EPM el Plan Integral de Manejo Forestal, dentro del cual una de las actividades que se desarrollan es el control de especies invasoras como el Ojo de poeta.

Poco a poco las especies nativas quedan cubiertas por el Ojo de poeta.
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Cornare también realiza campañas de sensibilización con los habitantes del oriente antioqueño para que eviten cultivarla y sepan cuáles son los métodos para su correcta disposición luego de hacer su poda manual.
Esta recomendación aplica para quienes tengan esta planta cerca, pues el desconocimiento de sus implicaciones ha llevado a cultivarla como planta ornamental o cercado de fácil decoración.
GUILLERMO OSSA RIAÑO
Fotoperiodista de EL TIEMPO
@GuillermoOssa
Medellín
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