La Policía halló este martes a monseñor José Fortunato Bedoya, de 91 años, desmayado en una acera de las calles de Rionegro, en el oriente de Antioquia.
El religioso, aunque alcanzó a llegar vivo a a la clínica San Juan de Dios de ese municipio, murió en extrañas circunstancias, al parecer, luego de ser inyectado con una sustancia venenosa.
El obispo de la Diócesis Sonsón-Rionegro, monseñor Fidel León Cadavid Marín, explicó que los primeros exámenes arrojaron que falleció por una sustancia desconocida.
Sin embargo, el comandante del Distrito seis de la Policía, el coronel Luis Fernando Muñoz Martínez, aseguró que hasta ahora no hay una hipótesis sobre la muerte del religioso.
Mientras tanto, agregó el oficial, los uniformados analizan videos en las cámaras de seguridad del sector y la Fiscalía investiga el caso para descartar o confirmar cualquier ataque contra el sacerdote.
El oficial, además, explicó que en el momento en que los uniformados encontraron a monseñor no observaron ningún tipo de violencia como disparos, heridas, contusiones o golpes. Las investigaciones de la Policía muestran que el religioso no tenía amenazas de muerte ni enemigos notorios.
De acuerdo con la Diócesis Sonsó-Rionegro, el padre Bedoya perteneció a los Misioneros Javerianos de Yarumal y fue ordenado allí el 29 de junio de 1952.
“Ha sido Vicario Cooperador de El Peñol, Granada, La Unión, Abejorral, Marinilla y San Judas Tadeo. Sus últimos años estuvo en la Casa Sacerdotal la Transfiguración de Rionegro”, dice la entidad en su página de internet.
Las exequias se realizarán este miércoles a las 10:00 a. m. en la catedral San Nicolás el Magno de Rionegro.
MEDELLÍN