Mientras en el 2005, la capital antioqueña albergaba 2’208.077 habitantes, la cifra para 2018 incrementó a 2’376.337 según el Dane (7 por ciento más) y la tendencia tiende a crecer.
Un incremento que hizo que el verde de las laderas de este valle rodeado por montañas cambiara por el naranja y el gris de los nuevos barrios ya asentados en las zonas periféricas y que se convirtieron en un reto para los sistemas de transporte.
Y el Metro no fue ajeno a esta realidad. En 2004, la empresa de transporte masivo le apostó a los cables aéreos para llegar a estas zonas recónditas para facilitarles la conexión a estas poblaciones con las zonas céntricas de la ciudad. Un modelo que tres lustros después resultó siendo un éxito y logrando, a la fecha, seis líneas de este tipo en la capital de antioquia, cinco operando y una en construcción.
Línea K
En total, estos sistemas de transporte abarcan 11,82 km, pero movilizan más de 11.500 pasajeros hora sentido en un día.
Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Línea K (Santo Domingo) fue la primera. En agosto del 2004 alzó vuelo para conectar, desde Acevedo, a las comunidades del nororiente de la ciudad.
En su momento, benefició a unos 120.000 habitantes de los barrios populares Santo Domingo Savio, Popular I y II, La Francia, Andalucía, Villa del Socorro, Granizal, La Esperanza y Carpinelo, en el nororiente de Medellín, quienes se sintieron parte de la ciudad por medio de este sistema.
Para Carlos Cadena Gaitán, coordinador Académico de Urbam, Universidad Eafit, los cables son una gran innovación en movilidad urbana y referentes en el mundo.
“Su entrada en operación con la llegada del Proyecto Urbano Integral (PUI) de la comuna nororiental generó unos impactos sociales, económicos y ambientales muy importantes, resaltando, además, que el metrocable Línea K fue el primero en su tipo en el mundo, pues estaba articulado física y tarifariamente a un sistema Metro, lo que ya es replicado en otros lugares”, expresó Cadena.
Línea K fue el primero en su tipo en el mundo, pues estaba articulado física y tarifariamente a un sistema Metro, lo que ya es replicado en otros lugares
Dicha Línea, próxima a cumplir 15 años, tiene más de 100.000 horas de operación siendo el que más horas de servicio tiene en el mundo, según la gerencia del Metro.
Actualmente, en un día típico laboral, Línea K moviliza a 45.000 ciudadanos consolidándose como el cable más utilizado en Medellín, seguido de Línea J (La Aurora) con 32.000, Línea M (Miraflores) con 6.800, Oriente (Línea H) con 5.000 y Arví (Línea L) con 2.800.
Desde la Empresa explicaron que estos sistemas se construyen con una proyección de capacidad de 15 a 20 años, calculando la población. En el caso de Línea K, son cada vez mayores las filas de usuarios que necesitan usar el transporte lo que ha planteado la necesidad de buscar otra solución.

Línea K acercó a los habitantes del nororiente con la centralidad de Medellín.
Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Se ha barajado la posibilidad de hacer un cable paralelo, de usar cabinas de mayor capacidad, como la que tendrá cable Picacho con capacidad para 12 personas (las actuales son para 10) o plantear otro cable que llegue a Santo Domingo pero saliendo de otra estación diferente a Acevedo.
Lo cierto es que ninguna de estas alternativas hace parte del Plan Rector de Expansión del Metro para 2030, que incluye 16 líneas nuevas.
Para Cadena, además de un posible cable paralelo, también se ha propuesto la expansión de la línea 1 de Metroplús hacia el norte, que reduciría la presión sobre este cable y haría al sistema más eficiente.
“Pero en lugar de depender de una solución o una tecnología, se requieren diferentes estrategias articuladas a micro, meso y macro escala de diferentes modos de transporte”, opinó el experto.
Cuatro años después de Santo Domingo llegó Línea J (La Aurora), que buscó hacer lo propio con las comunas del occidente, desde San Javier.
Luego, en marzo de 2010, llegó la Línea L, que sirvió de extensión a la Línea K para llevar el cable hasta el Parque Arví, en el corregimiento Santa Elena.
Tuvieron que pasar seis años para que la capital de Antioquia planeara nuevos cables aéreos. Con la llegada del Tranvía de Ayacucho, en 2016, se plantearon dos cables más que sirvieran de complemento: Línea H y Línea M. El primero se entregó en diciembre de ese año, pero el segundo, por varios problemas constructivos, se inauguró en marzo de este 2019.
¿Sabías que si juntamos los 240 coches de tren 🚉, las 498 telecabinas🚡, los 31 buses articulados, los 47 buses padrones🚌 y los 12 vehículos tranviarios🚋 movilizaríamos simultáneamente 89.584 pasajeros? Los mismos 90.000 espectadores que caben en Wembley 🏟⚽. #MiMetroEnDatos pic.twitter.com/lfwOhE7lhM
— Metro de Medellín (@metrodemedellin) July 9, 2019
Precisamente, en marzo de este año, Tomás Elejalde, gerente del Metro, indicó que los cuatro cables que operaban a la fecha, habían alcanzado los 144 millones de viajes.
Actualmente, está en construcción Línea P o Cable Picacho, que sería el sexto metrocable y estaría listo para diciembre de este año. Su avance es casi del 70 por ciento.
En total, estos sistemas de transporte -sin contar Cable Picacho- abarcan 11,82 kilómetros, pero movilizan más de 11.500 pasajeros hora sentido en un día, que se suma que con un solo pasaje, un viajero puede moverse por las 10 líneas del Metro (2 de trenes, 2 de buses, 1 de tranvía y de 5 de cables) con un solo pasaje, si su trayecto no supere los 90 minutos.
DAVID ALEJANDRO MERCADO
Redactor de EL TIEMPO@AlejoMercado10