El 2016 fue de nuevo un bueno año para el cine colombiano. Cerrará con el estreno de 37 largometrajes. El país está lejos de industrias con tradición como las de Argentina, México y Brasil, con una producción anual de 166, 127 y 126 largos respectivamente.
Pero la industria nacional, en ciernes, está dando los pasos adecuados y los esfuerzos creativos continúan encontrando el reconocimiento internacional.
Cabe destacar la importancia de las coproducciones para buena parte de la producción actual, así como también el diálogo entre lo urbano y lo rural y entre la ficción y el documental.
El acontecimiento del año corrió por cuenta de la nominación al Oscar para El abrazo de la serpiente por primera vez para una cinta colombiana y los múltiples reconocimientos obtenidos en los premios Ariel y Platino del cine iberoamericano. Además, con su lanzamiento en Estados Unidos, la revista Esquire la acaba de catalogar como una de las mejores del 2016.
A continuación, una selección de los cinco mejores estrenos del cine nacional en el año que termina y que tienen en común ser óperas primas, su riesgo y originalidad expresiva y abordar temas importantes de la realidad colombiana:
1. Pariente. Los cortos de Iván D. Gaona ya daban cuenta de su fuerza narrativa y estilo propio. Pariente, su ópera prima es el esperado debut de este realizador santandereano. Confirma la importancia y necesidad de un cine regional en el buen sentido. Es un western de hombres rudos y, al mismo tiempo, personajes auténticos. Son excelentes los actores naturales. La película está rodada en Güepsa, de donde es oriundo el director y la historia se ubica en 2005, cuando se anunciaba con gran despliegue la desmovilización de los grupos paramilitares. Como lo explica el director: “Nunca habíamos visto el acento y el carácter de los santandereanos en las pantallas de cine. Pariente es la primera película santandereana que llega a la cartelera nacional. Es como el primer espacio real de memoria que se plasma en Santander”. Participó en la sección Venice Days del Festival de Venecia.
2. Los Nadie. La cinta filmada en Medellín y dirigida por el paisa Juan Sebastián Mesa es una ópera prima que respira libertad, rebeldía y amor por el cine. Guiados por el espíritu punk de autogestión y trabajo colaborativo, un grupo de jóvenes de la ciudad logró el milagro de un largometraje vibrante y cargado de sinceridad. Con el espíritu guerrero del cine independiente asumieron todos los riesgos. Los Nadie tiene como protagonistas a cinco jóvenes que se ganan la vida como malabaristas, artistas callejeros, tatuadores y músicos en un entorno marginal.
Se resisten a la violencia y al control territorial de las bandas criminales. Lo mejor de la película es la espontaneidad del grupo de amigos -todos ellos debutantes en la pantalla-, la calidez de las relaciones, las presencias frescas y tiernas de estos protagonistas y las excelentes figuras femeninas.
Los Nadie confirma que hay un nuevo cine paisa deseoso de expresarse. Es la primera película colombiana en competir en la Semana de la crítica del Festival de Cine de Venecia y también la primera en recibir el premio del público (Circolo del Cinema di Verona).
3. Siembra. Es la ópera prima de los caleños Ángela Osorio y Santiago Lozano. Toca temas muy sensibles de nuestra historia reciente, el destierro, el desarraigo y, al mismo tiempo, habla de la posibilidad de echar raíces, de la necesidad de hacer el duelo para continuar.
Si bien la película es ficción construida a partir de historias reales, no oculta su conexión con lo documental en su mirada atenta a los ritos y a la cotidianidad, a la música y al propio tiempo y lenguaje de los personajes. Ganó el gran premio del Festival Cinelatino de Toulouse, en Francia, el de Mejor Ópera Prima en Tarragona (España) 2015, el de la Crítica Independiente a Mejor Dirección en Locarno (Suiza) 2015.
4. La selva inflada. Ópera prima del joven realizador bogotano Alejandro Naranjo. Este conmovedor documental sobre el suicidio de los jóvenes indígenas del Vaupés- rodado en la misma región de El abrazo de la serpiente -con un pequeño equipo de realización, se aleja del exotismo asociado con la Amazonía. Con un tono poético, evita la sensiblería e indaga de manera delicada en la generación actual que sobrevive en medio de grandes carencias materiales.
Muestra cómo- siendo aún niños -deben abandonar a sus familias para estudiar el bachillerato y vivir en un internado, muy lejos de sus lugares de origen. Y cómo se enfrentan a la soledad y el desarraigo. El documental también aborda el impacto de la civilización en las vidas de estos muchachos, las expectativas que les crea y los contrastes y contradicciones que experimentan. La película compitió en el festival Vision Du Reel en Suiza y en el Munich DoK Fest donde obtuvo Mención especial.
5. Oscuro animal. Ópera prima de Felipe Guerrero, documentalista y editor caleño radicado en Argentina. La cinta, con gran contención, da visibilidad a las mujeres víctimas de la guerra. Arriesgada y radical propone una experiencia distinta al espectador.
Utiliza un camino prácticamente inexplorado por el cine argumental colombiano. No usa diálogos y su forma narrativa aspira a superar la anécdota, la historia. Esta construcción por omisión es una de los aspectos más atractivos y fuertes de la obra.
Además de proporcionar una experiencia sensorial, lo más importante es la indagación en los efectos de la violencia. La guerra no se muestra directamente, pero sí sus consecuencias y su impacto. Excelentes las actrices de teatro Marleyda Soto (La tierra y la sombra), Jocelyn Meneses y Luisa Vides, premiadas en Guadalajara. La película también ganó en los festivales de Lima, San Sebastián, Polonia y Croacia.
MARTHA LIGIA PARRA
EL TIEMPO
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