‘La Ciudad de la Eterna Primavera’; ‘La Tacita de Plata’; ‘La Bella Villa’; ‘la más innovadora del mundo’.
Son muchos los nombres o apelativos que tiene Medellín, pero la sensación de arraigo es la misma. Tan variados como sus nombres es su clima, sus habitantes, su cultura. Un mosaico de posibilidades que hace que quienes vivan allí la enaltezcan y quienes la visiten queden con ganas de volver.
Renovación en espacios públicos, inversión en innovación, apuesta en cultura y educación y en fomentar los espacios verdes son las características con las que Medellín enamora al mundo. Todo eso, sin perder las costumbres e idiosincrasia características de los paisas.
En este mes del amor y la amistad, EL TIEMPO recopiló esas acciones, lugares y particularidades de la capital antioqueña que le han valido ganarse reconocimientos como ‘el mejor destino de escapada’ de Latinoamérica 2016; o el Lee Kuan Yew World City Prize (Premio mundial de las ciudades), también conocido como el ‘Nobel de las ciudades’.
Desde las Gordas de Botero hasta las modelos de Colombiamoda. Del distrito de innovación Ruta N hasta el Pueblito Paisa, desde la variedad gastronómica que ofrece ‘Medellín Sí Sabe’ hasta los tradicionales fríjoles con chicharrón y carne molida.
La capital de Antioquia es una sinergia del pasado y el futuro. Una ciudad que pasó la página de la violencia, pero sin olvidarla para no repetirla.
Pero más allá del edificio Coltejer, del metro, con su tranvía y sus cables, o de Parques del Río es su gente la que hace grande a la capital de Antioquia.
El corredor del tranvía de Ayacucho, un espacio nuevoLas casitas de colores vivos, los grafitis, así como pinturas en las paredes, contrastados con el tranvía –que comparte vía con los peatones–es lo que más enamora a los vecinos y visitantes de este tradicional corredor.
Todo el tiempo este sector es perfecto para una fotografía con el tren detrás y las obras de arte que lo integran, en las que resaltan los rostros del escritor Fernando González, el silletero Óscar Atehortúa; guacamayas multicolores y de niños felices.
La construcción del corredor tranviario cambió la cara de ese sector que en el pasado era conocido como la vía de la Amargura. Era un lugar caótico, con alto tráfico vehicular, en el que el peatón no tenía cabida.
En octubre de 2015, cuando se inauguró el Tranvía, este no solo llegó como una solución de transporte, que beneficia los 350.000 habitantes de las comunas Buenos Aires, La Candelaria y Villa Hermosa sino que también es un corredor turístico para el disfrute.
Por allí hay sitios agradables como el café Amador, un lugar de tertulias literarias, que deja que las personas se queden allí conversando, compartiendo una copa de vino o simplemente, contemplando el paisaje de noche, que torna tranquilo y bonito.
En los siete cerros tutelares está el encanto de la ciudadEn medio de una gran mancha de cemento y vías, sobresalen los siete míticos guardianes, unos graciosos relieves que se encuentran amenazados por la expansión urbana.
Se destacan en este valle de colinas sobre la cordillera central de los Andes y son puntos de referencia de importancia ecológica y paisajística. El cerro Nutibara y El Volador, ubicados en la parte central del valle.
Entre sus montañas El Picacho, en la vertiente occidental, y el Pan de Azúcar, Santo Domingo, La Asomadera y El Salvador, en la vertiente oriental.
El más extenso, El Volador, fue centro ceremonial de los indígenas que habitaron el valle de Aburrá. En él habita diversidad de flora y fauna, por lo que está considerado como patrimonio histórico y natural de la nación.
En el más alto, el Pan de Azúcar, la ciudad se observa espléndida y diminuta, un panorama que deleita. El Santo
Domingo, comprende un área aproximada de 34 hectáreas, de las cuales solamente 6,5 tienen cobertura vegetal. Allí fue construido el Parque Biblioteca España, ha sido invadido por casas y calles.
Cada uno de los siete cerros es refugio de la naturaleza y un gran potencial para ofrecer ambientes amables y de recreación para el ciudadano.
El seductor clima que la hace ‘la eterna primavera’Ni tan fría como la capital ni tan cálida como la región Caribe o el Pacífico, Medellín es, indudablemente, una de las ciudades con el mejor clima de Colombia.
Que el sol esté en el cielo paisa casi todo el año alegra a sus ciudadanos, que parecen siempre llenos de felicidad, gozo y regocijo.
Según Medellín Cómo Vamos, el clima promedio de la ciudad, durante el 2015, fue de 24 grados centígrados, con poca variación durante el año, favorecido por su ubicación entre montañas a 1.538 metros sobre el nivel del mar.
Por eso, los turistas extranjeros de Europa, Estados Unidos o Argentina suelen fascinarse con el clima de esta ciudad, que les recuerda la acogedora primavera, cuando los árboles reflorecen y los pájaros vuelven a cantar.
Eventos como la Feria de las Flores recuerdan el privilegio de vivir en un lugar donde la temperatura templada ayuda a hacer un suelo fértil.
A pesar de los cambios en el clima de los últimos 10 años, en Medellín las jardineras públicas, jardines privados y árboles florecen casi todo el año.
Todo tipo de flores y plantas decoran las calles, jardines y terrazas con su aroma y su olor. El clima de esta ciudad seduce y atrapa. Por eso, la temperatura de Medellín enamora.
Lectura y cultura, en todas partesTras años de ser considerada una de las ciudades más violentas del mundo, Medellín empezó una transformación que incluye la inclusión de todos los ciudadanos en procesos culturales.
Varios expertos consideran que la llegada de equipamientos comunitarios de Comfama, por ejemplo, a los barrios más vulnerables conocidos como albergue de los sicarios de Pablo Escobar, fue un gran paso, ya que permitió el acceso a la cultura, el deporte y la educación.
Hoy, varios años después, la oportunidad de acceder a programas culturales se ha extendido por todas las comunas de la ciudad y el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín cumple un papel importante.
Actualmente, 32 bibliotecas hacen parte de este y no solo promueven la lectura sino que es casi un laboratorio social donde las personas pueden experimentar, crear, construir conocimiento y conectarse con el territorio.
Esa característica hace de Medellín un lugar en el que los habitantes han tenido la oportunidad de contribuir a la construcción de tejido social. Se promueve la lectura, hay espacio para la conversación y el debate, hay acceso a la tecnología y a programas educativos.
Las bibliotecas públicas son hoy el espacio en el que desde los 0 años hasta la adultez los paisas puedan conectarse con la cultura y el hábito de la lectura.
Una ciudad ‘vagabunda’ y musical¡Ay mi Medallo! que enamoras al mundo con tu ‘pinta’ innovadora, tus premios de urbanismo y tu ejemplar sistema de transporte masivo integrado. Pero más allá de esa capa de maquillaje moderno, no puedes ocultar el olor a pueblo, la berraquera y la pujanza campesina que te hizo grande.
Y eso es lo que me enamora de vos. Porque sos hasta vagabunda. En tu inmenso valle tienes cabida para todos. En medio de ritmos modernos, por tus calles aún lloran los tiples de una buena guasca que se acompañan con aguardiente en bares y fondas.
En lugares como Homero Manzi, el Patio del Tango, o el barrio Manrique, aún perdura el gemido de los lunfardos pesarosos de Gardel, el ‘Zorzal Criollo’, acompañados de la melodía de un bandoneón. ¿Como no quererte? si en 10 días de agosto eres capaz de revivir más de cuatro siglos de vida. La ciudad se viste de flores.
Los sombreros aguadeños se desempolvan; los carrieles y ponchos vuelven a colgarse del cuerpo; la trova toma un nuevo aire y más que eso, el orgullo de quienes nacimos y vivimos bajo tu seno se multiplica. Por eso, quienes te visitan se encuentran con 2,5 millones de anfitriones enamorados de vos.
MEDELLÍN