En la pirámide de movilidad sostenible, el peatón debe ir primero. Así quedó definido en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que implementó Medellín en el 2014.
Le siguen: los ciclistas, el transporte público, el transporte de carga, y los carros y motos. Pero ¿qué tanto se ha privilegiado a los protagonistas de este cambio piramidal?
El año pasado se presentaron 47.391 accidentes según un informe del Observatorio de Políticas Públicas del Concejo. En esos, 190 personas fallecieron en las vías de Medellín acorde a cifras de la secretaría de Movilidad de la ciudad. Del total, 86 fueron peatones y 10 ciclistas.La situación no parece mejorar, pues en lo que va corrido del año, la cifra de fallecimientos en las vías ya llega a los 90 peatones. En los primeros siete meses del año, agosto fue el mes más álgido con 16 muertes. Es decir, cada dos días falleció un peatón.
Hay que meterse en la cabeza que el peatón es el actor más frágil en la cadena de movilidad. De lo contrario seguirán acudiendo a intervenciones más drásticas y sanciones más severas
Cambiar las ‘estrellas negras’ en las calles por llamativos colores y elementos de gran tamaño es una de las estrategias que ha implementado la actual administración municipal en lo que se ha denominado ‘urbanismo táctico’.
Parque Lleras (El Poblado), Carrera 70 (Estadio), Carlos E. Restrepo (Estadio), Avenida La Playa (Centro) y Conquistadores (Laureles) son las zonas en las que se ha implementado este mecanismo que busca controlar el mal estacionamiento, mejorar la señalización en el suelo y generar cruces seguros recuperando el espacio público para peatones y ciclistas.
¿Pero han funcionado? Daniel Carvalho, magister en Urbanismo y concejal de Medellín, opinó que esta herramienta sirve en el sentido de redistribuir el equilibrio entre los actores en la vía, pero es algo que no tiene carácter de ser permanente por lo que se necesita una futura intervención física más fuerte.

En El Poblado instalaron pasos seguros en zonas de semaforización.
Cortesía Secretaría de Movilidad
“Necesitamos implementar medidas más tradicionales como semaforización y demarcación de cebras, y otras más radicales como la peatonalización parciales de vías, la ampliación de andenes quitándole espacio a los vehículos”, contó el corporado.
Culminó que la pirámide en movilidad sostenible sigue siendo un ideal que falta por cumplir. Pero más allá que inversiones, el gran déficit que tiene la ciudad, según Carvalho, es la cultura.
“Hay que meterse en la cabeza que el peatón es el actor más frágil en la cadena de movilidad. De lo contrario seguirán acudiendo a intervenciones más drásticas y sanciones más severas”, precisó el urbanista.
Por su parte, Víctor Gabriel Valencia, docente de la Universidad Nacional en Vías y transporte, ingeniería de tránsito y seguridad vial, opinó que el ‘urbanismo táctico’ estéticamente puede ser llamativo pero funcionalmente no ha marcado mucho la diferencia.
“Por lo general cuando se quieren aumentar las condiciones de seguridad vial, se bajan las de movilidad. Es como una balanza en la que la decisión tiene que ser tomada con esos dos criterios”, opinó Valencia, quien añadió que es posible mejorar ambas, pero eso implicaría que la vía tuviera carácter perdonador, es decir, secciones transversales de las vías amplias e importantes inversiones en infraestructura.
Cuando se quieren aumentar las condiciones de seguridad vial, se bajan las de movilidad. Es como una balanza en la que la decisión tiene que ser tomada con esos dos criterios
Para el experto, la ubicación de estos amoblamientos urbanos, como materas y más, están muy cercanos a las áreas de circulación de los vehículos y podrían considerase obstáculos, algunos de ellos muy contundentes que podrían ocasionar accidentes fatales dependiendo de la velocidad del trayecto.
“Lo que se gana para los peatones, que no es seguro, se pierde para los conductores. El efecto adicional que tiene es la reducción de la movilidad, porque sicológicamente el conductor se siente estrecho en la circulación y disminuye la velocidad”, manifestó.
Según la Secretaría de Movilidad las tres vías con mayor accidentalidad son: calle 78 con carrera 64C (176 accidentes); calle 44 con carrera 57 (174 accidentes) y calle 67 con carrera 64C (140 accidentes).
Valencia expuso que cada vía tiene una problemática diferente por lo que no se puede aplicar una misma solución. Para él, lo más importante es determinar el problema de cada vía para aplicarle su respectiva solución.
En el Plan de Desarrollo 2016-2019, se contempla una inversión de 1,5 billones de pesos en Movilidad sostenible. Una de las acciones es la construcción de 35.000 metros cuadrados de redes camineras. Humberto Iglesias, secretario de Seguridad, explicó que este proyecto comenzará el próximo año e irá de la mano con las acciones que ya han adelantado.
“Estos kilómetros de andenes se interconectarán con modos multimodales de transporte público para privilegiar al peatón”, explicó el funcionario.
Otra de las acciones realizadas a favor de los transeúntes ha sido la instalación de cruces seguros en zonas de semaforización. La última se realizó el pasado viernes en El Poblado, más específicamente en la carrera 43ª con calle 16 Sur.
Una zona crítica, donde en los últimos 3 años han ocurrido 78 accidentes de tránsito acorde a cifras de Secretaría de Movilidad. Entre esas, sobresalen 46 choques solo daños, 11 choques con heridos, 4 volcamientos y una muerte por atropellamiento. Además, 9 peatones fueron lesionados.
David Alejandro Mercado
Redactor de EL TIEMPO
davmer@eltiempo.com
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