El deterioro de la seguridad en el Urabá antioqueño preocupa a la Iglesia Católica, tanto que denunció la alta violencia que se vive en la región.
El obispo de la Diócesis de Apartadó, Monseñor Hugo Alberto Torres Marín, dijo a través de un comunicado, que la iglesia alza su voz para expresar su asombro ante las situaciones de orden público que tienen conmocionada a los habitantes.
Entre las preocupaciones está “el asesinato de líderes sociales y personas que, en un país democrático, empiezan a formar parte de los nuevos movimientos políticos independientes”.
El religioso advirtió sobre “el preagrupamiento acelerado y el aumento del paramilitarismo, cuyos grupos ingresan súbitamente a las zonas que abandonan integrantes de las Farc en su proceso de desmovilización e implementación de los Acuerdos logrados en la Habana”.
Asimismo expresó su preocupación sobre el modo atroz como silencian a reclamantes de tierras, ya que en la última semana van ocho despojados la zona, según él de forma fraudulenta y criminal.
El religioso además contó que “el control bélico de las tierras vinculadas con el fenómeno de las rutas del narcotráfico, unido a todo un sistema de delincuencia organizada alrededor de los cultivos ilícitos y el apoderamiento, a la vista de todo el mundo, de las regalías y del pago de impuestos. Control que sirve de aprestamiento para la explotación de la minería ilegal”.
En Urabá, según explicó, también hay incremento de pandillas juveniles, que están invadiendo los grandes centros urbanos en Urabá, como Turbo, Apartadó, Nueva Colonia y Currulao.
“Indice inequívoco de que estamos entrando en una macabra dinámica de delincuencia organizada que gira en torno al microtráfico y la extorsión a comerciantes, empresarios, personas de a pie y que acude a la justicia particular, al asesinato y a la limpieza social, generando desconcierto y pánico en todos los pobladores urabaenses”, agregó el obispo.
En el comunicado cuestionan la crisis. “No entendemos por qué se da esta situación, estos lamentables vacíos de autoridad. El Gobierno Nacional debe pronunciarse con claridad sobre estos asuntos que tanto daño hacen y que son causa fundante del descrédito que viene en aumento vertiginoso. Por lo menos la sospecha salta de inmediato”.
MEDELLÍN