Los libros, más allá de un negocio, deben ser un hecho social, un hecho democrático, en el que todos los ciudadanos puedan acceder al conocimiento que estos brindan.
Actualmente varias entidades trabajan en la ciudad para brindar material de lectura a las personas, teniendo muy pocas condiciones: donar un libro o, simplemente devolverlo cuando sea leído.
De igual manera, facilitar el acceso a los distintos materiales, será clave para incentivar la lectura.
La Casita de los Libros Libres, en la Universidad Eafit, es un espacio que nació de la mano del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas con el objetivo de promover la lectura.
Aquí, los lectores pueden encontrar diferente material con libre acceso, sin necesidad de registrarse. La única condición es que al momento de tomar un libro es indispensable dejar otro, para que de esta manera el lugar pueda seguir funcionando.
Fue una idea de Héctor Abad Faciolince, director del Centro Cultural.
En un principio contó con una base de 700 libros. Sin embargo, el proyecto que se materializó en septiembre de 2015, solo funcionó hasta agosto del año pasado, debido a que los libros se acabaron.
Aseguran que toda apuesta para la promoción de lectura debe prevalecer. A principios de marzo volvieron con 200 libros, todos, como en la ocasión anterior, donaciones a la Biblioteca.
Son muy pocas reglas las que tiene la Casita, aparte de reemplazar el ejemplar, el nuevo debe estar en buen estado y por ningún motivo puede ser ‘pirata’. Para esto, desde el Centro Cultura hacen un chequeo y así evitar esos dos aspectos.

La Casita de los Libros se une a otros esfuerzos de la Biblioteca para incentivar la lectura, como el trueque literario, que en abril cumplirá ocho años.
Mateo García
Aunque el lugar está ubicado en una universidad privada, cualquiera puede participar de la actividad sin necesidad de tener un carnet que lo identifique como miembro de la comunidad universitaria.
El programa será exitoso mientras haya flujo de libros dicen los promotores, porque no serviría de nada si ellos ofrecen volúmenes y se queden ahí esperando un lector.
Juan Carlos Restrepo, encargado de la Casita de los Libros, se atreve a asegurar que sí hay lectores que verdaderamente se benefician de este espacio, ahí es cuando es exitoso, sin importar que solo hubiera uno.
“Con esto habría que crear una cultural que desafortunadamente no tenemos en la ciudad, entonces es una apuesta a ofrecer unos libros bajo muy pocas reglas, con la intención de promocionar la lectura, y que las mismas personas también se adhieran a esa misma dinámica”, señaló Restrepo.
‘El Principito’ llegó a la Tierra desde el asteroide B612. Con su llegada inspiró a unas personas a crear Proyectos B612, un grupo que busca ayudar a fortalecer procesos educativos, sociales y culturales. Entre sus diferentes trabajos se encuentra el Trueque Literario, una actividad con la que promueven la lectura, la literatura y un apropiado uso del espacio público.
Es un trueque itinerante que se hace en Casa Museo Otraparte y en Casa Teatro El Poblado, donde las personas pueden intercambiar máximo cinco ejemplares. Las condiciones son básicamente que los libros estén en buen estado y que no sean ‘piratas’.
Es un evento que se apropia de los espacios de una manera sana y verdaderamente cultural.
A parte de crear lectores “es un evento que se apropia de los espacios de una manera sana y verdaderamente cultural. Además, propicia el encuentro entre el ciudadano”, explicó Adriana Vieira, líder de proyectos culturales en Proyectos B612.
Estas iniciativas son privadas, sin embargo, pueden ser la base para que sean proyectos ejecutables en toda la ciudad.
MATEO GARCÍA
Para EL TIEMPO