La embarcación ‘Mapalé’, fabricada por el grupo de investigación Hydrometra de la Universidad Nacional sede Medellín, recibió tres reconocimientos en la competencia internacional de ingeniería naval, Hydrocontest 2017.
A la bahía de Saint Tropez, Francia, llegaron ocho estudiantes de los pregrados de Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Control, a participar de la cuarta edición del concurso naval europeo.
El navío ‘Mapalé’, logró el primer puesto en la prueba de larga distancia (eficiencia), un segundo reconocimiento por ser el mejor diseño, otro por haber dictado la mejor charla técnica del evento y, finalmente, uno por ser el barco más liviano de toda la competencia, superando así a 24 equipos de varios países como Francia, Noruega, Suiza, Perú y Brasil.
Además de haber sido catalogados como uno de los equipos más importantes de esta versión, según comentó Mateo Carmona Marín, director de Hydrometra, los jóvenes paisas lograron sumar a su proyecto 5.500 francos suizos, alrededor de 15 millones de pesos colombianos.
El equipo, que nació en el 2014 gracias a la pasión de varios estudiantes por áreas académicas como la investigación y el desarrollo de la industria naval, ha participado en cuatro ocasiones del certamen que convoca la Universidad de Lustana, Suiza, e Hydro Foundation.
Para Carmona, quien pronto será egresado del programa de Ingeniería Mecánica de la U. Nacional, el deseo de construir barcos, que se originó en los laboratorios de su alma máter, busca aportarle a la industria naval de Colombia.
“Cada año aprendemos cosas nuevas. Estos conocimientos que hemos adquirido queremos aplicarlos a otros proyectos en el país, como por ejemplo el poder adquirir equipos especializados para suplir las necesidades nacionales”, dijo el director.
Sin embargo, el propósito del grupo se ha visto nublado en muchas ocasiones, debido a los sobrecostos que trae consigo investigar y realizar embarcaciones.
Carmona comentó que el apoyo siempre llega de la universidad. Sin embargo, han logrado conseguir descuentos y asesorías en materiales con algunas empresas y ayudas de amigos y familiares.
Estos conocimientos que hemos adquirido queremos aplicarlos a otros proyectos en el país, como por ejemplo el poder adquirir equipos especializados para suplir las necesidades nacionales
Pero eso no ha sido suficiente. El proyecto de Hydrometra cuesta alrededor de 100 millones de pesos, cifra que se divide entre la compra de materiales, unos 30 millones de pesos, 30 millones más para la movilidad del barco a Europa, y 5 millones por pasajes de ocho estudiantes que viajan al concurso, pues no hay dinero para que asistan todos.
Sin ningún patrocinador que cubra los gastos que conlleva el barco, los jóvenes se han visto a gatas para financiar su sueño que hoy es reconocido por países que son líderes en la industria naval.
“La Universidad Nacional nos regala un 60 por ciento del dinero, sin embargo, nos toca conseguirnos el otro 40”, aseguró Carmona.
Cada año tocan las puertas del semillero estudiantes nuevos que desean sumarse al desafío de pertenecer a un grupo de investigación de una de las universidades públicas más prestigiosas del país.
Para el director del grupo es muy importante que las nuevas generaciones de ingenieros se unan a Hydrometra, pues es necesario “renovar los conocimientos y abrir las oportunidades de viajar y participar del concurso en el que han logrado posicionar al país”.
Laura Cristina Montoya, estudiante de Mecánica y quien pertenece al equipo Hydrometra, recordó las palabras de Jeremy Lagarrigue, cofundador de la Corporación Hydros, durante la charla técnica de la competencia llevada a cabo en el 2016: “Uno de los momentos más gratificantes fue cuando el señor se acercó y nos dijo que habíamos recorrido un largo camino desde el 2014, cuando nos presentamos con una embarcación muy rústica”.
Finalmente, Carmona enfatizó que “aunque el proceso de aprendizaje sobre diseño y construcción naval fue difícil porque la universidad no tiene líneas de investigación en el área, este resultado ha sido muy importante para el grupo, ya que lo motiva a seguir trabajando”.
MARÍA CAMILA SALAZAR RUIZ
Para EL TIEMPO
camsal@eltiempo.com
MEDELLÍN
Comentar