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En escuelas de Medellín hacen simulacros para cuidarse de balaceras
Altavista Medellín

En el sector Los Chivos delinque el combo con el mismo nombre, que se enfrenta con integrantes de ‘los pájaros’, lo que pone en riesgo a los habitantes.

Foto:

Esneyder Guitiérrez

En escuelas de Medellín hacen simulacros para cuidarse de balaceras

La Personería verificará en Altavista esta medida que busca proteger la vida de los estudiantes.

En pleno recreo del mediodía, 163 estudiantes de primaria de la Institución Educativa Débora Arango del corregimiento de Altavista se tiraron al piso para protegerse de las balas.

Estaban en medio de un enfrentamiento entre ‘los chivos’ y ‘los pájaros’, combos que históricamente han estado asentados en ese corregimiento de Medellín

Los niños corrieron a los salones, unos se extendieron en el piso y otros se escondieron debajo de los pupitres. Ahí estuvieron por lo menos 15 minutos, mientras pasaba la balacera.

Ese evento se registró el pasado 13 de julio y, al día siguiente, 104 alumnos no asistieron a clases. Hubo deserciones escolares por miedo a enfrentamientos, por las "fronteras invisibles" que hay en el corregimiento y por desplazamientos de familias que huyen de la violencia.

Directivas de  la I. E. Débora Arango contaron que por estos días hay más tranquilidad y que esta semana solo han faltado 30 estudiantes. 

El enfrentamiento de hace dos semanas atemorizó a muchos niños, aunque ellos ya sabían qué hacer porque en esa institución los simulacros no son sobre cómo reaccionar a emergencias como incendios, temblores de tierra u otros desastres naturales, sino acerca cómo refugiarse y protegerse cuando hay balaceras entre bandas.

Representantes del colegio dijeron que los profesores saben que en los descansos no pueden dejar los salones cerrados porque en cualquier momento hay enfrentamientos de grupos y las aulas son sitios seguros.

Altavista Medellín

En las dos sedes de la Institución Educativa Débora Arango están matriculados 504 estudiantes.

Foto:

Esneyder Guitiérrez

Los simulacros incluyen prácticas como tirarse al suelo, esconderse debajo de escritorios y abstenerse de asomarse a ventanas, cuando escuchen disparos, así como brindar primeros auxilios.

Las directivas afirmaron que “cuando los profesores dicen ‘pecho a tierra’, los niños saben que deben extenderse en el piso para salvar sus vidas. Cuando es real, como hace dos semanas, ellos actúan bien, pero tenemos que mantener la calma, unos lloran y otros rezan”,.

La I.E. Débora Arango no es el único colegio donde hay temor y deserción escolar por enfrentamientos entre bandas criminales en Altavista. En la Institución Educativa Pedro Octavio Amado, este lunes faltaron 50 estudiantes, según la coordinadora Luz Ester Guzmán, quien contó que cuando hay problemas entre combos, los padres no envían a los niños a la escuela y que la jornada más afectada es la de la tarde.

Mario*, un niño de sexto grado de esa institución, escuchó la última balacera en el corregimiento el pasado domingo. Cada vez que hay una, si él no está en la casa, se mete a cualquier vivienda o tienda para resguardarse.

El estudiante ya sabe qué hacer en caso de un enfrentamiento entre combos: tirarse al piso y cubrirse la cabeza con las manos. Eso lo practica en la calle, en la casa y en el colegio.

Ellos actúan bien, pero tenemos que mantener la calma, unos lloran y otros rezan.

Martha*, la madre de Mario, comparte que en la escuela le enseñen a su hijo a proteger su vida porque en casa ella también lo hace. “Cada que hay bala, mi hijo sabe que corre hacia la última habitación y que no puede abrir la puerta ni asomarse a la ventana”, describió.

La madre aseguró que ella prefiere que su hijo se esconda debajo de la cama o de un pupitre, como le indica su maestra, a que resulte herido con una bala perdida.

El personero delegado para los Derechos Humanos de Medellín, Juan Fernando Gómez, dijo que el Ministerio Público verificará esos simulacros en las escuelas porque aunque si bien la violencia es una realidad en el territorio, eso puede generar temor en los niños, así como perturbación mental.

“Esto causaría aún más caos, generaría mayor zozobra en la comunidad académica. Hacemos un llamado a ser responsables, atacar el problema de manera integral y con acompañamiento psicosocial”, agregó el personero delegado.

Luis Guillermo Patiño, secretario de Educación de Medellín, indicó que está bien que los profesores y directivas de las instituciones salvaguarden la vida de los niños en realidades que son complejas en los barrios, pero que la Administración no hace apología a esos simulacros ni ha dado ninguna instrucción al respecto.

El funcionario explicó que la estrategia de la Secretaría es ofrecer entornos protectores, por eso llegan a la zona con artistas, psicólogos y con sentido pedagógico para no causar más temor en los niños, asimismo, hacen reuniones con padres de familia.

En la I. E Débora Arango esos simulacros se hacen con niños entre los 7 y los 15 años. Las directivas aseguraron que para implementar esta medida, que protege la vida de los niños, se apoyan de acompañamiento psicosocial y que esta se realiza de acuerdo a la realidad del territorio, donde hay alto riesgo. * Nombres cambiado por seguridad.

Cada que hay bala, mi hijo sabe que corre hacia la última habitación y que no puede abrir la puerta ni asomarse a la ventana.

Guerra entre combos causó deserción

El personero delegado para los Derechos Humanos explicó que en la semana del 13 de julio, 183 estudiantes de Altavista desertaron de la escuela por enfrentamiento entre combos y que otros 18 alumnos pidieron traslado de colegio porque sus familias huyeron de la violencia.

Gómez agregó que, incluso, los planteles educativos decidieron recortar las jornadas laborales, debido a enfrentamientos entre grupos armados. “Este año se han registrado 43 familias desplazadas, de las cuales, 13 corresponden a lo que va de julio”, advirtió.

A lo que se le suma que la Personería recibió denuncias de conductores de las rutas de buses 172 y 178 por extorsiones.

El personero contó que después de las denuncias hay mayor presencia institucional, lo que logró disminuir enfrentamientos, pero que la zozobra sigue.

En este momento, en la zona hay 200 efectivos de la Policía y 80 soldados para brindar seguridad a los habitantes.

Julio Rengifo, líder de Derechos Humanos de Altavista, explicó que en la zona hay cuatro grupos armados: ‘los pájaros’, ‘los chivos’, ‘mano de Dios’ y los ‘gaitanistas’, que extorsionan tanto a conductores de buses como del transporte informal y de volquetas.

Asimismo, contó que la confrontación es por el territorio y por el control de las rentas ilegales y denunció que hay fronteras invisibles para adolescentes y jóvenes, constantes desplazamientos, reclutamiento infantil y que este año van nueve asesinatos, cifra que coincide con la oficial.

DEICY JOHANA PAREJA M.
Redactora de EL TIEMPO
En Twitter: @johapareja
MEDELLÍN

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