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Medellín

En el Bajo Cauca pasan de la fiebre del oro al dulce sabor de la miel

La cultura apícola en el Bajo Cauca no es nueva. Allí, hace más de 10 años, como es el caso de Olga Marina Olmos, viene produciendo miel.

La cultura apícola en el Bajo Cauca no es nueva. Allí, hace más de 10 años, como es el caso de Olga Marina Olmos, viene produciendo miel.

Foto:Esneyder Gutiérrez

Esta subregión, marcada por la minería, le apuesta a otras actividades como la apicultura.

Esneyder Gutiérrez
La historia del Bajo Cauca antioqueño, integrado por Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá, Cáceres y Zaragoza, ha estado atada, para bien y para mal, al oro.
Esta fue una de las primeras regiones en ser colonizadas por los españoles como puestos de avanzada hacia la conquista del interior de Antioquia y de la explotación del oro de la zona. La riqueza de su territorio es explicada, en parte, por su ubicación estratégica sobre la cuenca de los ríos Cauca y Nechí.
Sin dejar de desconocer que el principal renglón de su economía sigue siendo la explotación de minerales, oro y plata, la agrícultura, la ganadería y la piscícultura son otras actividades económicas tradicionales de la región.
Pero, ahora, es la apícultura la que viene tomando fuerza y, al igual que las otras ocupaciones productivas, tiende a convertirse en una oportunidad para las comunidades que antes estaban condenadas a otros oficios y labores.
La cultura apícola en el Bajo Cauca no es nueva. En el territorio hace más de 10 años que se viene produciendo miel.
Sin embargo, el reto actual escomplementar dicha tarea desde la parte productiva, ayudándoles a los emprendedores a fortalecerse en lo comercial y convertirse en empresarios.
El plan impacta alrededor de 340 agroempresarios y 13 asociaciones de diversas cadenas que han logrado un desarrollo.

El plan impacta alrededor de 340 agroempresarios y 13 asociaciones de diversas cadenas que han logrado un desarrollo.

Foto:Esneyder Gutiérrez

Olga Marina Olmos es una de las emprendedoras apícolas de la región. Ella vive en la vereda La Esperanza, del municipio de Nechí, a unos 15 minutos en lancha por el río aguas arriba entre Nechí y El Bagre.
Olga Marina se ha convertido en toda una matrona de las abejas y, a la vez, reina de su propio colmenar representado en su finca donde cuida 25 colmenas como su más preciado tesoro.
Esto, gracias, en primer lugar, a que lleva más de una década de experiencia como apicultora y, en segundo lugar, a que es beneficiaria de una de las unidades productivas de la Alianza Avancemos Bajo Cauca.
Esta fue creada con el objetivo de fortalecer el desarrollo económico de la región desde el 2019, por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), la Corporación Interactuar, Comfama, Mineros S.A. y Fundación Mineros. La Alianza trabaja en el Bajo Cauca antioqueño impulsando el crecimiento económico a través del fortalecimiento empresarial, agrícola y no agrícola.
“Formando un pensamiento y una visión empresarial, que ellos adquieran habilidades y capacidades para poder potencializar sus negocios en el largo plazo, pues el conocimiento es la principal herramienta para que los emprendedores se sientan agentes de cambio y transformación del Bajo Cauca”, aseguró Diana Arizmendi, gerente de la Alianza.
Agregó que lo hacen especialmente en el agro, la cadena apícola y la piscicultura porque en la región hay mucho potencial.
Precisamente, uno de las apuestas que más se destaca es la apícola, ya que es una actividad que no requiere grandes extensiones de tierra para la instalación de colmenas y sacar producción.

El conocimiento es la principal herramienta para que los emprendedores se sientan agentes de cambio y transformación del Bajo Cauc

El proceso de Olga Marina comenzó con siete abejas reinas mejoradas genéticamente que les fueron entregadas. Después, recibió capacitación para lograr la tecnificación de su apiario.
Como ella, una mujer referente en el cuidado de las abejas, Arneyder Mejía Peña es también productor, pero en el municipio de Zaragoza. Él es propietario del apiario La Fé. Tiene 26 años y ya se ha posicionado como un joven líder apícola de su región.
Con su esfuerzo sostiene a su familia, compuesta por su esposa y un hijo que está a punto de nacer. Dice sentirse satisfecho de aportarle al medio ambiente mediante una actividad económica en la cual, al inicio, no creía.
Todo comenzó cuando el SENA le regaló dos colmenas y luego vino el trabajo y apoyo constante recibido por la Alianza. En la actualidad cuenta con 70 colmenas y asesora a todo aquel que quiera dedicarse a este hermoso oficio.
La Alianza no son solo capacitaciones, es también una especie de consultoría o acompañamiento personalizado en el que a los apicultores se les hacen diagnósticos de sus posibles desarrollos y procesos para así identificar las oportunidades de mejora en un ciclo completo que abarca productividad, gestión ambiental, desarrollo, habilidades empresariales y de gestión comercial.
La cultura apícola en el Bajo Cauca no es nueva. Allí, hace más de 10 años, como es el caso de Olga Marina Olmos, viene produciendo miel.

La cultura apícola en el Bajo Cauca no es nueva. Allí, hace más de 10 años, como es el caso de Olga Marina Olmos, viene produciendo miel.

Foto:Esneyder Gutiérrez

Igualmente, hay apoyo para tejer las redes de comercialización y de oportunidades de negocios para la venta de sus productos.
Todo un proceso que garantice que cuando el proyecto termine, para septiembre de 2023 está contemplado el cierre de la Alianza, ellos por sí solos y de manera autónoma puedan seguir creciendo y manejando sus negocios.
La Alianza pretende, además, apoyar a los productores de la región en el aumento de su producción de miel con métodos más eficientes que garantizan una vida más larga en las abejas, que sean menos defensivas, que puedan convivir con el ser humano.
Igualmente, buscan potenciar este renglón de la economía de la zona que ya ha llegado al quinto lugar de su PIB y que ayuda a recuperar las tierras degeneradas por la minería.
La oportunidad clave es no seguir viendo a la comunidad como víctimas, sino que todos son agentes de cambio, que crean en ellos para poder crear y transformar, seguir incentivando en la comunidad la importancia de regresar al agro y al campo y que ellos vean que se puede a través de dichas labores, tener crecimiento y desarrollo económico”, agregó la gerente Arismendi.
ESNEYDER GUTIÉRREZ
Para EL TIEMPO
Medellín
Esneyder Gutiérrez
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