Rocky, un ‘cocker spaniel’ dorado, se pasea por todos los puestos de trabajo de la oficina de su amo, va de un lado a otro, olfatea y saluda a las personas en busca de galletas: sabe que alguien le dará una. De vez en cuando se detiene para que le acaricien su largo pelaje y la cabeza. Él la inclina mientras le hablan.
Ese no es el único perro para consentir en Arkix, una agencia digital ubicada en la avenida Las Palmas, de Medellín, que permite a los empleados llevar sus animales de compañía al trabajo para mejorar el clima laboral y aumentar la productividad.
Desde hace más de un año, esta compañía piensa en oficinas amigables con las mascotas, conocidas en todo el mundo como ‘pet friendly’. Cada día, unos 15 de los 185 trabajadores hacen uso de esta prerrogativa, mientras que otros lo hacen de forma esporádica.
Laura Salazar, la dueña de Rocky, trabaja junto a él desde hace diez meses. “Es increíble estar al lado del mejor amigo. Saber que juega cerca me da tranquilidad y felicidad”, cuenta.
Todos los días, la ejecutiva de cuenta llega en su carro, con Rocky, a las 7:30 a. m. Una vez la mascota pone las patas en tierra, corre y entra a la oficina antes que su dueña para saludar. Cuando Salazar inicia su día laboral, él se sienta a su lado y la observa.
Mientras la gente de Arkix revisa proyectos, organizan cuentas, diseñan ideas y teclean en el computador, los perros juegan libremente por los pasillos y cerca de los escritorios.
Jacob, un ‘husky’ siberiano de pelo café con blanco, es otro de los cachorros que se roban la atención de todos. En las mañanas no se separa de su dueño, Sergio Giraldo. Espera que lo saque a pasear y le dé comida, y lo invita a jugar.
“Con Jacob al lado se me van rápido las horas; me inspira a tener nuevas ideas. Lo saco a pasear dos veces al día, y ese descanso despeja mi mente”, asegura su amo.
En la agencia nadie es alérgico a los canes; todos toleran si ladran, hacen pipí o dejan huellas de lodo, siempre y cuando los dueños se hagan responsables.
“Los animales que vienen están vacunados, son limpios, tranquilos y educados y avisan cuando tienen necesidades. Pero si alguna vez las hacen dentro de las instalaciones, la compañía entiende y ayuda con la limpieza”, dice Salazar.
Para Giraldo, que se desempeña como diseñador web, tener a las mascotas al lado no representa una distracción, mientras que los beneficios son muchos: armonizan el trabajo, desestresan y logran romper tensiones entre compañeros.
María Virginia Pereyra, directora de gestión humana de Arkix, asegura que el programa ‘pet friendly’ ha mejorado el clima organizacional porque hace a las personas más felices, activas, productivas, innovadoras y tranquilas.
Hasta las pausas activas son distintas. Las personas salen a pasear a los perros y les lanzan pelotas, huesos y aros en las zonas verdes. En esas actividades participan muchos, independientemente de si son dueños de las mascotas o no.
“Antes de esta oportunidad, éramos una agencia tradicional: había momentos de estrés, como en todas las empresas de este tipo, y el tiempo pasaba lento”, describe Salazar.
Aunque no tiene perro, a Verónica Muñoz le parece divertido verlos correr por la oficina. “Ellos hacen más dinámicos los días, hacen parte de nuestro trabajo y cuando alguno no viene, lo extrañamos”, afirma.
En las tardes, después de que las mascotas han corrido y jugado, duermen debajo de los escritorios, a los pies de sus amos. “Empleados y perros están felices. Y el resultado en el trabajo es mejor”, resume la directora de gestión humana.
Por eso, otras empresas de Medellín, como Valor Percibido, especialista en gestión del servicio, y Team IT, de servicios tecnológicos, adoptaron la filosofía ‘pet friendly’. En estas firmas, al igual que en Arkix, los pisos están hechos de melamina PVC y hay tapetes con texturas agradables para las mascotas.
En Arkix, la jornada laboral termina a las 5:30 p. m. Rocky está cansado y quiere irse a casa. Mira hacia afuera y arrastra a su dueña. Se sienta y levanta la cabeza para que le ponga el collar; se sube al carro y duerme mientras ella conduce.
“Siento que hago lo que amo con el ser que amo, una mezcla de amor y pasión que me permite dar lo mejor de mí. Esa es la razón por la que amo esta compañía: no solo me quieren a mí, también a mi perro”, concluye Salazar.
Academia estudia el temaUn estudio llevado a cabo por la Universidad de Virginia Commonwealth en una empresa con más de 550 trabajadores, y publicado hace cuatro años en la revista ‘International Journal of Workplace Health Management’, estableció que “los perros en el lugar de trabajo pueden hacer una diferencia positiva (...)”.
De acuerdo con el investigador principal, Randolph T. Barker, profesor de gestión en la escuela de negocios de ese centro de estudios, “hubo diferencias significativas en la percepción del estrés entre los días que los perros estuvieron presentes y las jornadas en las que no estuvieron. En el primer caso, los empleados en su conjunto tuvieron una mayor satisfacción en el trabajo”.
Sin embargo, aclaró Barker, no hubo cambios relevantes en los niveles de la hormona del estrés, que se midió mediante muestras de saliva.
DEICY JOHANA PAREJA M.
Corresponsal de EL TIEMPO
Medellín