Los hombres usaban trajes de paño, corbatas, corbatines, pañuelo en el bolsillo de la chaqueta y sombreros como el que lucía Carlos Gardel.
Las mujeres, por su parte, llevaban vestidos de seda con aplicaciones y elegantes mallas, otras se destacaban por sus sombreros con plumas. El ambiente parecía una escena de la antigua Medellín, como aquellas que se ven en las fotos viejas de la ciudad.
Pero, no. El cuadro sucedía en el escenario del Teatro Lido donde con un exclusivo concierto, acompañado por la Banda Sinfónica Universidad de Antioquia, el Salón Málaga celebró los 60 años de su existencia.
El icónico teatro se quedó corto para recibir a los más de 1.100 personas que asistieron a la gala del concierto: ‘Málaga Sinfónico’.
Con temas como el Cuartito Azul y El Cristo de la Pared, de los Romanceros de América, que suenan comúnmente en las rocolas o pianos eléctricos del Málaga, y con un espectáculo de baile en los estrechos pasillos del teatro, fueron complacidos los asistentes encabezados por el mismo fundador del tradicional bar, Gustavo Arteaga, quien en compañía de su familia y colaboradores, vio cómo se cumplía parte de su sueño.
Este se remonta a 1957. Arteaga no dejaba de pensar en el lugar que anhelaba en el Centro. Para entonces era propietario de una cafetería y quería tener un establecimiento para escuchar música de calidad, como él la describe.
El siguiente paso es que el Málaga tenga un reconocimiento oficial como Patrimonio Cultural e Intangible de los medellinenses, que no esperen a que sea destruido
Un amigo vio una vez un sitio en la calle Maturín con Abejorral que estaba en venta y tenía el nombre de Bar Málaga, no dudó en avisarle y de inmediato comenzó todo.
Luego de una difícil negociación entre el propietario,Carlos Sánchez, Artega cerró la transacción por 750 pesos.
De inmediato, consiguió un piano traganíquel que trabajaba con monedas de apenas 5 centavos. Lo llenó con los discos que venía coleccionando durante años. Esto ocasionó, en su primer día, el de apertura, y por 15 años más, que tuviera visitantes asiduos.
“Recuerdo que cuando se abría el local en las mañanas, para trapear, comenzaba a ingresar la gente y había que trapear el pedacito de la mesa de los que llegaban, porque los clientes insistían en entrar”, contó, con una sonrisa, Arteaga.
Hasta que llegó la modernidad y con ella la remodelación del Parque San Antonio, que lo obligó a trasladar el Málaga para darle paso a las obras de transformación del sector.

Además de la música y el ambiente del lugar, los asistentes pueden disfrutar de ‘shows’ de baile.
Esneyder Gutiérrez
Entonces de nuevo comenzó la búsqueda de un local por las calles del centro del viejo Medellín, hasta que en noviembre de 1972 reinició con el nombre Salón Málaga, justo en la calle Bolívar, en los bajos de la estación San Antonio del Metro.
Allí está ubicado hace ya 45 años, salvaguardando parte de la cultura de la ciudad, adornado con fotografías antiguas, rocolas y objetos añejos que logran que los visitantes se sientan por un momento atrapados en el pasado.
En seis décadas son incontables las historias que se han tejido escuchando la música de Carlos Gardel, Valente y Cáceres y Margarita Cueto, entre otros.

Amigos y familias han disfrutado del ambiente bohemio durante décadas.
Esneyder Gutiérrez
“En el Málaga se concentra todo lo que somos los paisas, especialmente el tema emocional. Este lugar es un espacio multi generacional, llegan jóvenes y adultos a compartir entre amigos o en familia, luego vemos a personas que se sientan solas, y nos enteramos de que el padre o la madre, con los que frecuentaban el Salón, fallecieron y regresan para rememorar esos momentos. El tema, repito, es lo emocional”, dijo César Arteaga, administrador del Salón Málaga e hijo del fundador.
En estos 60 años también se destacan los homenajes que le han hecho a artistas como al maestro José Barros, a Guillermo Vanegas, a Estercita Forero y a Noel Ramírez, músicos que marcaron grandes logros en el pentagrama nacional.
Hasta el día que yo viva, sigo disfrutando poniendo mi música y el día que yo falte, quedan mis tres hijos
A propósito de esto, en el evento del Lido, le rindieron un homenaje al recién fallecido Carlos Pinto, uno de los coleccionistas de musica más importante del país y un gran amigo del Málaga.
Precisamente, uno de los activos principales, hoy considerado como parte del Patrimonio Cultural de la Ciudad, son los archivos musicales del Málaga con más de 7.000 discos de 78 revoluciones, además de los Long Play y los discos de 45, acompañados con el gusto y el tacto de l Dj más viejo de la ciudad que deleita con su programación a las personas que llegan al lugar, que tiene aforo hasta para 300 personas.
Hoy 6 pm #MálagaSinfónico @TeatroLido #Málaga60años @SalonMalaga de legado cultural en Medellín. @AlcaldiadeMed pic.twitter.com/b0NFMotdum
— Maxiaz (@MaxiazPrensa) 16 de noviembre de 2017
Angela Gallego, una joven de 27 años, asistente al certamen, aseguró que disfrutó el concierto sinfónico como nunca: “Tener la oportunidad de escuchar los discos que le gustan a mi papá, que está lejos, me pone pensativa y melancólica, se me aguan los ojos”.
Al final, artistas, bailarines, amigos de la casa, propietarios y clientes del Salón Málaga dieron un monumental aplauso en agradecimiento a los 60 años que, para muchos, es más que un bar y se ha convertido en un lugar de recuerdos familiares y de grandes momentos entre amigos.
Esneyder Gutiérrez
Para EL TIEMPO
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