Para el medio ambiente de Medellín este año no fue particularmente bueno. El hecho más importante fue la crisis por la contaminación del aire que afrontó entre marzo y abril, contingencia ambiental que, entre otras cosas, hizo que el alcalde, Federico Gutiérrez, ordenara a los colegios públicos suspender sus actividades al aire libre.
En marzo el promedio diario de PM 2,5 de todas las estaciones de monitoreo de la calidad del aire que hay en el Área Metropolitana registraron niveles superiores a 50 microgramos por metro cúbico de aire (µg/m3), el máximo permitido por la normativa colombiana. En algunas estaciones los promedios llegaron hasta a 118 µg/m3.
Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana del valle de Aburrá, dijo que esta no es una amenaza transitoria, en parte porque el parque automotor de Medellín ha venido creciendo mucho. Las emisiones de los vehículos, especialmente aquellos que funcionan con combustible diésel, son las principales causantes del material particulado en el aire.
“Entraron una cantidad de componentes que nunca se habían presentado al mismo tiempo: tuvimos material del desierto Sahara, el Fenómeno del Niño y el cambio de una temporada seca a húmeda, y acumulación de material particulado”, dijo Carmen Zapata, directora del laboratorio de Calidad del Aire (Calaire) de la Universidad Nacional seccional Medellín.
Por otro lado, la topografía del Valle de Aburrá, que en su parte más ancha de oriente a occidente tiene siete kilómetros y en la más profunda un kilómetro, favorece que las nubes de contaminación se demoren más en salir.
“Ni la topografía ni los fenómenos climáticos se pueden cambiar, lo único en lo que podemos incidir para reducir las contingencias es reducir las emisiones”, comentó Zapata.
El director del Área Metropolitana también dijo que las medidas se deben tomar desde los factores móviles. “Lo más efectivo es el pico y placa natural”, dijo Prieto, mencionando que las mediciones del Índice de Calidad del Aire (ICA) mejoran bastante en Semana Santa con relación a las de semanas normales, esto porque hay menos vehículos en la ciudad.
Prieto dijo que además de estudiar la efectividad del pico y placa tal y como está ahora, se está haciendo una investigación con la Universidad de Antioquia para determinar las consecuencias del material particulado en menores de edad.
Igualmente se trabaja en un Acuerdo Metropolitano de Episodios Críticos, una guía para que cada alcalde sepa qué medidas tomar inmediatamente se presenta una emergencia como la de marzo y abril.
En cuanto a emergencias, el balance de Medellín y sus cinco corregimientos es muy parejo con el del año pasado. El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) y el Cuerpo Oficial de Bomberos de la ciudad habían atendido hasta la fecha un total de 1.316 incendios, siendo 531 de tipo forestal, 629 en estructuras y 156 en vehículos.
Este año el Dagrd atendió 372 deslizamientos de tierra y 966 desplomes de árboles. Pero según datos de Área Metropolitana, 284.000 personas están en riesgo de deslizamiento en las laderas.
Déficit de árbolesActualmente en el espacio público del valle de Aburrá hay sembrados 481.154 árboles. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud establece que debe haber un árbol por cada tres habitantes, y en Medellín el déficit de espacio público verde es de más de 700.000 árboles.
El director del Área Metropolitana dijo que la idea es que puedan sembrarse al menos 300.000 árboles y así subsanar cerca del 50 por ciento del déficit arbóreo que tiene la ciudad.
El río MedellínA noviembre del 2016 Área Metropolitana había realizado 863 monitoreos al río Medellín y sus afluentes, y en 139 observaron vertimientos con color.
Si bien hay controles a los vertimientos por parte de autoridades ambientales, el tratamiento de las aguas residuales se hace en la planta San Fernando, operada por Empresas Públicas de Medellín (EPM), que trata el 20 por ciento de las aguas residuales.
En el 2018 entrará en operación la planta de tratamiento Aguas Claras, ubicada en Bello; con ambas plantas EPM espera lograr un tratamiento del agua residual del Valle de Aburrá del 85 por ciento.
Hoy, en los puntos más críticos del río Medellín los niveles de oxígeno disuelto por litro de agua están entre 1 y 2 miligramos por litro (mg/lt). Se espera que con la entrada en funcionamiento de Aguas Claras esta cifra suba a 5 mg/lt de oxígeno disuelto y hasta 8 mg/lt en los puntos no crítico, comentó León Yepes, gerente de gestión de aguas residuales de EPM.
Silvicultura urbanaLa Secretaría de Ambiente iniciará el proyecto de conectividad ecológica de la estructura verde, esto pretende, por medio de corredores ecológicos, recuperar zonas verdes de la ciudad, cambiando piso duro por piso verde para recuperar algunos metros cuadrados de zona verde por habitantes.
Por otro lado, se comenzará un proyecto de siembra en edificios, construyendo terrazas y paredes verdes, “esto genera micrositios para el tema de captación de CO2, mejoramiento de microclimas, mejoramiento del paisaje y para que propiciemos mejores condiciones para la flora y la fauna”, dijo el secretario de ambiente, Óscar Hoyos.
Motos, un creciente problemaSi bien los principales causantes de la contaminación por PM 2,5 son los camiones, las motos también se han convertido en un problema ambiental.
Aunque solas no emiten muchos contaminantes, en la cantidad que hay ahora, debido al crecimiento de más del 400 por cineto en 10 años, según Área Metropolitana, aumentan la concentración de material particulado en el aire.
En ese sentido, las motos de cuatro tiempos son las que más aportan al saldo de PM 2,5 de la ciudad. “No se trata de decir que las motos son malas, son la opción de transporte económico de mucha gente, pero es nuestra responsabilidad ofrecer alternativas de transporte económico que sean más amigables con el medio ambiente”, dijo Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana.
Para este propósito, se planea fortalecer el sistema de transporte público y promover el uso de bicicletas y motos eléctricas, y se creó el Plan Maestro Metropolitano de la Bicicleta, comentó Prieto.
Para el 2017 está planeada la construcción de 130 nuevos kilómetros de ciclorutas y 90 estaciones más para el sistema de bicicletas públicas, Encicla, que actualmente tiene 51.
En enero comenzará, además, un convenio entre Empresas Públicas de Medellín (EPM) y la secretaría de Ambiente para movilidad eléctrica, comentó Óscar Hoyos, secretario de Ambiente de Medellín.
La idea es estimular el transporte sostenible, para ello EPM habilitará puntos de carga en varios puntos de Medellín para que la gente pueda recargar las motos y bicicletas, y se construirán biciparqueaderos a lo largo de la ciudad.
“Vamos a hacer unas campañas para que los ciudadanos comiencen a utilizar motos y bicicletas eléctricas y podamos hacer procesos de cambio de motos tradicionales por motos eléctricas. Esto favorece las condiciones ambientales con menos ruido y menos contaminación en el aire y esto mejora la salud de los ciudadanos”, expresó el Secretario de Medio Ambiente de la ciudad.
MARÍA ISABEL ORTIZ
Redactora de EL TIEMPO
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