Vacas, vacas y más vacas. Quienes conocen a Jenaro Pérez dicen que el hombre de 73 años no puede pasar 15 minutos sin hablar de ese bovino. No importa el tema, de alguna manera logra conducir la conversación hacia ese tema que no solo domina, sino que lo apasiona.
Desde su natal Entrerríos, al norte de Antioquia, Pérez ha vivido entre vacas. En las dos fincas que tenía su padre con cerca de 40 reses, el hoy exgerente de Colanta creció ayudando a ordeñar vacas antes de irse a la escuela.
Una de las fincas la recibió como herencia tras la muerte de su padre y luego terminó comprándoles las reses a su madre y a su hermano.
Estudió en la Universidad Nacional de Colombia y se graduó como médico veterinario y zootecnista. En 1973, antes de ingresar a la entonces Cooperativa Coolechera que había sufrido tres quiebras en menos de 10 años, Pérez se había desempeñado en los cargos de secretario de Agricultura de Antioquia, director del Centro de Diagnóstico Veterinario del Instituto Zooprofiláctico Colombiano, y catedrático de la Universidad de Antioquia.
“En pocas palabras, Jenaro Pérez tenía el perfil ideal, y además, era ampliamente conocido entre ganaderos y entidades del gobierno”, dice Colanta en su historia.
Uno de sus primeros actos fue cambiar el nombre de la Cooperativa a Colanta (Cooperativa Lechera de Antioquia). Allí, con la premisa “hago todo lo que deba, aunque deba todo lo que haga”, se fue convirtiendo en el vocero de los productores de leche y de los intereses de cárnicos, desde que se construyó la planta de beneficio y desposte: Frigocolanta, única con cuatro líneas para ganado bovino, porcino, caprino y ovino.
Desde entonces, fueron 43 años al frente de la empresa y se convirtió en el único dirigente que durante cuatro décadas ha liderado el sector lechero de Colombia.
Y en ese tiempo, aunque el sector cambió, su pasión por las vacas no lo hizo. Tiene vacas en juguetes, adornos y hasta en corbatas. Quienes lo conocen dice que hace símiles de estos animales con las mujeres que le gustan. También cuentan que en sus dos fincas en Santa Rosa de Osos y Belmira experimenta con nuevas razas. En uno de esos cruces sacó un animal negro y grande al que bautizó F-1.
Sin dejar a un lado su labor empresarial, Pérez también incursionó en la política. “El que no hace la política, la padece”, solía decir.
Fue concejal de Medellín, diputado de la Asamblea Departamental de Antioquia por varios períodos y concejal en cerca de diez municipios del Norte antioqueño. Además, fue representante a la Cámara hasta la Constituyente de 1991.
A mediados de marzo de este año, su hermano y actual gobernador, Luis Pérez Gutiérrez, le impuso el escudo de Antioquia categoría oro, por su trayectoria y liderazgo en el país y el departamento durante más de 43 años.
Aún no se han ampliado las razones de la renuncia de Pérez a la gerencia de Colanta, que fue informada el pasado martes 1 de noviembre, pero sí queda claro que no quedará desligado de la entidad, pues fungirá como Asesor del Consejo de Administración. Es decir, aún le queda mucho pasto.
MEDELLÍN
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