La suspensión del servicio de abastecimiento en el sector centro oriente de Medellín, responde a una disminución del caudal en la quebrada Santa Elena. Así lo explicó Empresas Públicas de Medellín (EPM), además de que las demás fuentes hídricas que surten al Área Metropolitana se encuentran condicionadas para enfrentar la época de disminución de lluvias que está comenzando.
Juan Carlos González Ramírez, director de operación y calidad de aguas y saneamiento de EPM, sostuvo que los niveles a la baja del nivel de agua en la planta La Cascada (que proviene de la quebrada ya mencionada) se deben a un aumento en la densidad poblacional de la ladera oriental del Valle de Aburrá, lo que implica que “hay más actores compitiendo por el recurso”.
En el momento, la entidad adelanta la búsqueda de soluciones en infraestructura para poder cubrir las necesidades de la población.
Ramírez explicó que en los últimos días, los niveles del agua tratada en la Planta, han bajado exponencialmente. Normalmente, el caudal es de 90 litros por segundo. Sin embargo, este miércoles apenas alcanza los 40 litros por segundo.
Entretanto, la interrupción en el servicio de acueducto está afectando por lo menos a 11.000 personas en los barrios Villa Liliam, Las Estancias, Villa Turbay, Villatina, Caicedo, La Sierra y La Cruz. En días anteriores, la empresa de servicios le había pedido a la comunidad que racionalizará el consumo, puesto que se preveía que los niveles bajarían.
La comunidad bloqueó la vía a Santa Elena, corregimiento de Medellín.
Jaiver Nieto. EL TIEMPO
Sobre el kilómetro 3 de la vía Santa Elena, la comunidad del sector bloqueó el flujo vehicular a manera de protesta en la mañana de este miércoles, por la falta de agua potable. Las familias afirman que los grandes afectados son los menores de edad, pues algunos ya presentan cuadros de diarrea y vómito por la deshidratación; además, no han podido asistir a sus escuelas.
Lucely Hernández, habitante del sector explica que desde hace un mes el agua solo llega a una pequeña porción de los hogares de su barrio. “Nos toca ir hasta los tanques a recoger, porque cómo se va a quedar uno sin con qué comer”, narra. Añade que aunque en su familia pagan cumplidamente los servicios, en los últimos días no llega este recurso, ni siquiera en los horarios establecidos por EPM.
Otro de los afectados por la escasez de este recurso es la región del Urabá antioqueño, donde la sequía afecta a 16.000 habitantes, según medios locales. Un claro ejemplo es el municipio de Arboletes, que tiene una grave afectación por la falta de lluvias, tras el descenso en la cuenca de los ríos Jobo y El Bote desde el pasado 25 de enero. La alcaldesa del municipio, Diana Stella Garrido, ha declarado el municipio en calamidad pública.
En el mismo estado se encuentran los afluentes de la cuenca del río León, que afecta el servicio en 6 veredas de la zona rural de Chigorodó. Además del desabastecimiento del líquido, se conoce que hay cerca de diez casos de malaria y dengue, resultado de la condiciones hídricas.
MARIANA POSADA
Para EL TIEMPO