El ‘edificio saludable’, catalogado como el proyecto de infraestructura más grande que ha tenido la Universidad de Antioquia en los últimos 50 años, reunirá no solo a cinco pregrados de la Alma Mater, sino que permitirá que la estructura científica, cultural, de innovación y tecnológica, sea la puerta de integración del claustro con la ciudad.
En el nuevo inmueble, que tuvo un presupuesto cercano a los 220.000 millones de pesos para la construcción y dotación de aulas, laboratorios, auditorios y clínicas, confluirán las facultades de Odontología, Enfermería, Salud Pública, Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, y las Escuelas de Microbiología y Nutrición, espacios que se venían desarrollando en otros lugares cercanos a la ciudadela universitaria.
El rector de la institución, Mauricio Alviar, anunció que con el complejo de salud, planeado para ejecutarse en un plazo de tres años, se espera que alrededor de 4.000 estudiantes adicionales puedan ingresar a los pregrados que se desarrollan en Medellín y que la edificación nueva logre albergar en total a 6.000 personas, entre alumnos, profesores y trabajadores.
“Cuando se inauguró la ciudad universitaria, la U. de A. tenía 3.500 estudiantes. Se pensó en un campus para 12.000 y hoy estamos, diariamente, con 28.000 personas. Eso da una idea del grado de saturación de la ciudadela”, aseguró el rector.
Cuando se inauguró la ciudad universitaria, la U. de A. tenía 3.500 estudiantes. Se pensó en un campus para 12.000 y hoy estamos, diariamente, con 28.000 personas
La idea de llevar a cabo el ambicioso proyecto surgió como respuesta a las diversas necesidades de la institución, entre las que se cuenta la carencia de espacio físico, y la cual fue plasmada en el Plan de Desarrollo 2017-2027 de la universidad.
Sin embargo, el edificio no solo se pensó para cumplirle al sector estudiantil, sino también para prestarle mejor servicio a la ciudadanía, pues pasará de tener 165 cubículos odontológicos a 250, y permitirá la integración con la ciudadanía a través de la abolición de las mallas que separan al campus universitario con los barrios aledaños.
“La idea es mejorar las condiciones académicas de la universidad, promover más la investigación, integrarnos al campus de la ciudad universitaria y generar un impacto urbanístico y académico en este sector de la ciudad”, detalló Alviar.
Por medio de un concurso, en el que se presentaron siete propuestas de diseño a nivel de preproyecto (pues continuarán las reuniones para definir la propuesta), siete jurados seleccionaron la semana pasada al grupo ‘La Unión Temporal SM + Síntesis’ como los encargados de llevar a cabo el diseño arquitectónico y urbanístico.
Respecto al tema de financiación, el rector detalló que la Alma Mater aportará 120.000 millones de pesos, provenientes de recursos de inversión, créditos y ventas de bienes inmuebles que no se encuentran en uso, como lo son la hacienda El Progreso en el municipio de Barbosa, un lote en el barrio Villa Hermosa y predios ubicados en el centro de la ciudad.
La otra parte del dinero se encuentra en gestión con la alcaldía de Medellín y la gobernación de Antioquia, pues según comentó Alviar, la estructura será además una apuesta de ciudad en la zona norte.
Otro de los valores agregados será el de lograr una edificación que cumpla con los criterios de sostenibilidad ambiental, utilización de aguas lluvia y energía solar para la iluminación, detalles que tuvo el comité de jueces en cuenta al momento de anunciar el anteproyecto ganador, además de calificar la estética y la captación del mensaje de integración con la sociedad que quiere transmitir la institución.
De acuerdo con el cronograma que tienen las directivas de la U. de A., el proyecto comenzará en los próximos nueve meses y se ubicaría al lado del edificio de Extensión de la Alma Mater, con la construcción de un área estimada de 51.000 metros cuadrados.
Sobre el futuro de las edificaciones en las que funcionaban los pregrados antes mencionados, la universidad no ha tomado la decisión de venderlos o repotenciarlos para ser ofertados en el sector de innovación que se desarrolla en la zona norte.
MARÍA CAMILA SALAZAR RUIZ
Para EL TIEMPO
camsal@eltiempo.com
MEDELLÍN