Después de cabalgar durante dos días, 70 personas de Mandé fueron los primeros en llegar a Vagaez, a orillas del río Arquía, en Vigía del Fuerte, donde el frente 34 de las Farc montó un campamento de preconcentración en el que organizó una vigilia por la paz.
La idea de la vigilia surgió en la pasada décima conferencia de la organización con el objetivo de reafirmar la voluntad de paz. “Al contrario de lo que piensan la mayoría de las personas, nosotros no somos guerreristas, no amamos la guerra, queremos la paz y estamos convencidos desde las bases hasta nuestra dirigencia que la salida es negociada”, dijo Pedro Baracutao, comandante del frente 34.
“Iglesia de Mandé está presente y si reina la paz la guerra se va”, entonaban animados y al unísono los caminantes al llegar.

Los guerrilleros hacen todos los preparativos para la vigilia que durará 16 horas, comienza a las 2:00 p. m. de este lunes y termina a las 6:00 a.m. del martes. Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO.
Además de las comunidades afro, indígena y colona de Mandé, en Urrao, arribaron también unas 700 personas más en representación de las organizaciones sociales, juveniles, campesinas e iglesias evangélicas, cristianas, católicas y de otras denominaciones asentadas en la zona que comprende a Antioquia y Chocó como Murindó, Vigía del Fuerte, Medio Atrato, Quibdó y Carmen del Darién.
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Bombas blancas, las banderas de Colombia, Antioquia y de la paz, mesas decoradas con manteles blancos y verdes adornan las estructuras de madera que servirán para el encuentro que está programado para comenzar a las 2 p. m. de este lunes y finalizar a las 6 a. m de este martes.

El campamento, un conjunto de 120 cambuches o caletas construidas con palos, costales verdes y plásticos negros, está levantado en una extensión de unos 400 metros cuadrados. Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO.
Benkos Biojo, el responsable político de las Farc, quien estuvo en La Habana, y Pedro Baracutao, comandante del 34, solo hablarán al inicio y al final de la vigilia. Los representantes de la comunidad serán los que tendrán la palabra un máximo de 5 a 10 minutos para expresar los sentimientos y pensamientos en torno al momento que el país vive o sobre lo que quieran expresarse.
Llovió toda la noche y, aunque se siente el bochorno, la mañana es un poco fría. El piso está pantanoso y el cielo gris. Sin embargo, en el lugar todo es animación. Primero suena una música religiosa, después un vallenato.

Los integrantes del frente 34 de las Farc están ocupados en diversas tareas como arreglar pescados, asear el campamento y preparar alimentos. Foto: Jaiver Nieto /EL TIEMPO
Algunos de los guerrilleros llevan sus fusiles terciados, pero la mayoría “tenemos las armas guardaditas”, dice uno de ellos. Ninguno, eso sí, luce uniforme. Caminan despreocupados, ocupados en diversas tareas como arreglar pescados, asear el campamento, preparar alimentos, nadar en el río o capacitándose en el manejo de redes sociales.
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El campamento, un conjunto de 120 cambuches o caletas construidas con palos, costales verdes y plásticos negros, está levantado en una extensión de unos 400 metros cuadrados. Un total de 130 guerrilleros están allí preconcentrados en espera de que se defina cuándo podrán trasladarse al que será el sitio de concentración.

El campamento está perfectamente organizado con un almacén y enfermería y con una inmensa cocina donde prepararán alimentos. Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Además de los dormitorios, el campamento está perfectamente equipado con un almacén y enfermería y con una inmensa cocina donde prepararán alimentos suficientes para los invitados. Cuatro reses y 20 cerdos fueron sacrificados y 500 peces, entre bagres y tilapias rojas, fritas con plátano.
“El sueño es construir la paz, seguirnos reafirmando en la voluntad de la paz que no es la de las Farc, sino la de todo el país”, dice Pedro Baracutao.
El mismo acto de vigilia en Antioquia tendrá lugar en Ituango y Urabá.
JORGE IVÁN GARCÍA
Enviado Especial de EL TIEMPO
Vigía del Fuerte (Urabá)