El sabor que adquieren las comidas cuando son cocinadas en leña es especial, sin embargo, a esa práctica se asocian 2.286 muertes y 1,2 millones de enfermedades en Colombia en el 2015, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), que en un informe presentado este año dijo que el 17 por ciento de las muertes asociadas a la degradación ambiental se deben a la contaminación del aire interior.
Esto porque cocinar con combustibles sólidos, como carbón, leña o residuos agrícolas, produce elevados niveles de contaminación del aire en interiores, ya que se liberan elementos peligrosos para la salud como partículas de hollín que penetran profundamente en los pulmones, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En viviendas mal ventiladas el humo puede producir concentraciones de partículas finas 100 veces superiores a las aceptables
“En viviendas mal ventiladas el humo puede producir concentraciones de partículas finas 100 veces superiores a las aceptables”, dice un informe de esa organización, que agrega que al menos 3.000 millones de personas en el mundo aún cocinan y calientan sus hogares con combustibles sólidos, “en su mayoría son personas pobres que viven en países de ingresos bajos y medios”, añade la OMS.
Los costos por mortalidad prematura y atención de enfermedades relacionadas a la degradación del aire interior superaron en el 2015 los 3 billones de pesos, equivalentes al 0,38 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia del 2015, dice el DNP.
Antioquia no es lejana a esa problemática. Un estudio realizado en el 2011 por la Universidad de Antioquia en cuatro municipios del oriente del departamento revela que el 41,9 por ciento de las personas estudiadas expuestas a cocinas en leña tienen alterada su capacidad vital forzada, uno de los parámetros medidos para determinar cómo estaba su capacidad pulmonar.
Relacionado con esa y otras alteraciones respiratorias, el 33,8 de las personas estudiadas manifestaron toser frecuentemente, el 36,5 por ciento dijo tener silbidos cuando les da gripa y un 43,2 por ciento expresó que les falta el aire cuando suben una loma.
De acuerdo con la OMS, la exposición al humo afecta particularmente a mujeres y niños, que son quienes pasan la mayor parte del tiempo cerca del hogar.

Los fogones tradicionales consumen 55 por ciento más madera que las estufas eficientes.
Cortesía: Cornare
Para cambiar la situación de la calidad del aire y la tala de bosques en las zonas rurales, afectada en gran parte por el común uso de fogones de leña, la Corporación Autónoma Regional de las cuencas del río Negro y Nare (Cornare) inició hace 25 años el proyecto Huella, que busca la implementación de estufas eficientes para remplazar los fogones tradicionales.
Estas estufas eficientes, que también funcionan con madera, reducen las emisiones de material particulado en un 59 por ciento y disminuye la concentración de estos contaminantes en la zona donde se realiza la cocción de alimentos (interiores) en un 86 por ciento. Por otro lado, consumen un 55 por ciento menos madera y disminuyen el humo dentro de la cocina en un 98 por ciento, según el estudio realizado por la Universidad de Antioquia.
Los habitantes del campo tienen que estar todo el día en función del fogón respirando los humos, la meta es que en el 100% de los hogares que consumen leña cuenten con una estufa eficiente
Cornare ya ha logrado llegar a 28.000 hogares de Antioquia con estas estufas eficientes, además, el proyecto Huellas también contempla un huerto leñero con especies que sean de rápido crecimiento para que los campesinos tengan una despensa de leña y no tengan que talar de bosques.
“Los habitantes del campo tienen que estar todo el día en función del fogón respirando los humos y las cenizas que este genera, por eso la meta de la Corporación es que en el 100 por ciento de los hogares de estratos 1 y 2 que consumen leña cuenten con una estufa eficiente”, manifestó Ana Isabel López, jefe de la oficina de Crecimiento Verde y Cambio Climático de Cornare.
Por otro lado, Cornare realizará un estudio para determinar la morbimortalidad por la contaminación por aire rural, concluyó Carlos Mario Zuluaga, director de la corporación.
MARÍA ISABEL ORTIZ FONNEGRA
Redactora de EL TIEMPO
MEDELLÍN