Cuando las burbujas de jabón se acercan a las sábanas, los niños olvidan que están en una cama hospitalaria y el dolor de las inyecciones se pierde con las sonrisas que causa un personaje lleno de color. Y es que la visita de un payaso hospitalario hace que también los adultos sientan alivio porque detrás de los trajes cómicos hay una persona dispuesta a ayudar.
Cada dos años una ‘Caravana de la Alegría’, con payasos de varios países, llega a los barrios de Medellín para abrazar a los vecinos, visitar a los enfermos y jugar con los niños en una labor conocida como ‘El arte de hacer feliz a la gente’.
Esta vez, el Octavo Encuentro Internacional ‘La Sonrisa Mágica’ hizo posible 19 intervenciones de este equipo en el Hogar Geriátrico el Edén, clínica León XIII, Zamora, (Bello), el barrio El Pacífico (comuna 8) el Hospital General y el Manuel Uribe Ángel.
De Palma de Mallorca, en España, vino María del Pilar Gimeno, miembro de la Asociación Sonrisa Médica, que lleva 23 años en los hospitales.
“Los niños son tan vulnerables ante un procedimiento médico que es normal que sientan miedo, pero con la visita nuestra entran en las fantasías de los personajes y el pinchazo de una aguja puede asemejarse al mordisco pícaro de un animal”, dijo Gimeno.

Adrenalina y humor no pueden faltar en las terapias de un buen payaso hospitalario. Fotos: Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Como los enfermos no están solo en los hospitales, los payasos recorren las calles y fácilmente se encuentran con quienes hace rato no ríen.
“La risoterapia es mágica porque hace que la gente sane y olvide las situaciones tristes. Nosotros damos alegría pero recibimos el triple”, concluyó Castelán, miembro de la Asosiación Fábrica de Sonrisas, de Guatemala. Con su trabajo, los payasos hospitalarios constatan que lo emocional repercute en lo físico y por eso acuden a los juegos y las actividades lúdicas para que el cuerpo
En Guatemala, al igual que en Colombia, esta labor es voluntaria, mientras que en varios lugares de España, según Gimeno, tiene buen respaldo económico. “Es casi inconcebible que en Colombia no sea un oficio remunerado porque nosotros tenemos formación sanitaria, conocemos los códigos antes de entrar a las habitaciones y estamos atentos a la situación de cada persona”, afirmó.
La Fundación Mediclaun realiza este encuentro cada dos años para que el color y las terapias de los ‘clown’ estimule la alegría, sin importar las clases sociales, niños, jóvenes o adultos, la labor de estos payasos hospitalarios será siempre llevar sonrisas sorpresa a quienes no lo esperaban, carcajadas que salen del corazón.
El encuentro reunió a payasos de varios países convocados
El objetivo de los payasos terapéuticos es bajar el estrés de las personas y sus familias sea en los hospitales o en las calles.
Sonrisa Médica, de España; Fábrica de Sonrisas, de Guatemala; Jarabe de Risas, Khlan Payasos, Cuento con Tu Risa, Tropa S.O.S y Risa Terapia, de México; Caliclown, de Cali; Titiriclaun, de Manizales y MediClaun de Medellín, todo un grupo de artistas profesionales que se sometieron a un riguroso programa de entrenamiento antes de trabajar en los diferentes hospitales públicos de sus países.
LUISA ARIAS
Para EL TIEMPO
Comentar