A dos años de la construcción del tranvía de Ayacucho, que recorre la ciudad desde el centro hasta Buenos Aires, moradores aseguran que hasta el momento no han sido reparados por completo por los daños que, aducen, les causó la construcción del tranvía a sus viviendas.
Aunque 110 familias han desalojado, aún quedan 62 que se niegan a salir de sus casas y del barrio en donde crecieron, según datos del Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín (Isvimed).
Es el caso de Ángela Castaño, una de las habitantes de San Luis, el más afectado por los trabajos. “Este es mi lugar, en donde crecí, en donde vive toda mi familia. Nos dicen que estamos en eminente riesgo pero ha habido temblores y no ha pasado nada”, contó. Ella reconoce que personas del Metro han estado pendientes de los daños en las casas pero “para pagarnos un arriendo de 700.000 pesos, ¿dónde va a conseguir uno algo así de grande con esa plata?”, dice, señalando que su casa es amplia.
Éramos una comunidad, crecimos juntos y casi todos tuvieron que desalojar e irse para otro lado. El barrio quedó prácticamente solo desde que nos separaron
Lo que menos quieren es abandonar sus vidas en el sector, expresó Castaño. Su mamá, una mujer de 84 años, tuvo que irse debido a los daños. “Desde eso se enfermó, mi papá le había dejado esa casita. Él la construyó, ahí crió a sus seis hijos. Ella está depresiva, porque sabe que nunca va a poder volver”, contó Castaño.
“Éramos una comunidad, crecimos juntos y casi todos tuvieron que desalojar e irse para otro lado. El barrio quedó prácticamente solo, nos separaron”, añadió Carlos Ocampo, quien lleva 50 años viviendo en San Luis.
Por presuntos deterioros en viviendas, Tranvía ha atendido 577 solicitudes. Luego de la revisión, determinó que 237 no tenían relación directa con el proyecto, comentó Antonio Toro, profesional 1 de la Gerencia de Planeación del Metro.
En el momento, el Metro paga subsidios de arrendamiento a 45 familias que habitaban allí y tuvieron que desalojar, y 65 cánones de arriendo dejados de percibir (cuando la subsistencia de una familia dependía del arriendo que cobraba por algún inmueble).
Toro aclaró que las familias no son desalojadas, aunque varias han recibido recomendación de evacuación, sino que son ellas las que deciden si salen; las primeras fueron ubicadas en arrendamientos en el 2015.
El director del Isvimed, Sergio Gaviria, añadió que son 172 viviendas y 8 lotes en San Luis los que deben ser desalojados y demolidos. Hacia finales de este año, Isvimed terminará la gestión predial que entregará a la Alcaldía para que el municipio produzca una oferta de compra de estos predios a las familias.
Gaviria pidió a las personas que tengan confianza en que los avalúos se realizan cuidadosamente, teniendo en cuenta el precio del metro cuadrado en el sector que ha aumentado, en parte, precisamente debido a la construcción del tranvía. El terreno que quede, agregó el funcionario, se convertirá en espacio público, “seguramente será un parque”.
María Isabel Ortiz Fonnegra
Redactora de EL TIEMPO
En Twitter: @M_I_O_F
MEDELLÍN