Antioquia es el departamento del país con más víctimas de minas antipersonal, pero también es el que más avanza en desminado humanitario, ya son cinco los municipios libres de sospecha de estos artefactos.
Se trata de Nariño, Guatapé y La Unión, declarados, el fin de semana, libres de estas trampas; asimismo, de San Francisco (2015) y San Carlos (2012). Los cinco ubicados en el oriente del departamento, donde aunque ya no hay guerrilleros ni paramilitares, las minas aún dejan víctimas, la cifra (1990-2015) llega a 800, de esas, 370 son civiles.
Para el experto en conflicto y desminado humanitario de la Universidad de Antioquia, Jorge Iván López, entregar esos municipios libres de trampas mortales significa un avance importante, pero es solo la ‘cuota inicial’, la dinámica debe mantenerse.
Igualmente, el Gobierno debe implementar tecnologías acordes a la topografía del territorio y al tipo de minas, fabricadas cada vez con menos metales, más plásticos y agroquímicos, lo que hace difícil identificarlas con detectores. “Seguimos sin tecnología aplicable al contexto colombiano para avanzar más rápido”, agregó López.
Los tres últimos municipios certificados libres de artefactos explosivos fueron intervenidos por 152 desminadores de la organización británica de desminado civil The Halo Trust.
La declaración fue realizada el pasado sábado por el presidente del país, Juan Manuel Santos: “Ustedes han sido víctimas de la huella más dolorosa de la guerra, las minas antipersonal. En un país minado, la paz no es posible, se frenan los cultivos, la inversión, la restitución de tierras, la sustitución de cultivos ilícitos, se frena todo”.
Por ello, explicó el mandatario, se propusieron una meta: entregar un país limpio de minas en el 2021. “Estamos llevando la tarea inicialmente a 48 municipios, que son los más afectados. Pero nuestro propósito es limpiar 21 millones de metros cuadrados de los 52 que tenemos contaminados en el territorio”, agregó.
También dijo que es una meta muy ambiciosa porque colocar una mina es muy fácil, pero removerla es muy difícil. “Además de destruir estas trampas, las intervenciones restituyen los derechos a la movilidad, al uso de la tierra, al esparcimiento y a vivir sin miedo”, añadió.
Santos recordó que Colombia es el segundo país más minado del mundo, después de Afganistán, y que las minas han dejado más de 2.500 víctimas en Antioquia y afectado más de 650 municipios en Colombia.
En Nariño, la organización civil trabajó en 37 áreas peligrosas, despejó más de 113.000 metros cuadrados en los que destruyó 127 artefactos explosivos. Dicha operación duró tres años y benefició a 4.023 personas.
En La Unión, se verificaron 25 eventos y al examinar, los expertos no encontraron contaminación. La labor benefició a 1.513 personas. En cambio, en Guatapé se hicieron unos Estudios No Técnicos (ENT) en los que se analizaron 22 eventos, tampoco se encontraron amenazas.
Entre tanto, en el 2012, SanCarlos fue el primer municipio de Colombia libre de minas, tras un trabajo de cuatro años, tiempo en el que el Ejército desactivó más de 600 artefactos en 30 veredas.
Tres años después llegó la certificación a San Francisco (2015), luego de siete años de limpieza de parte de 70 hombres, también del Ejército, quienes desactivaron 293 minas.
Con esto, Colombia completa ocho municipios declarados libres de sospecha de minas antipersonal y municiones sin explosionar, los otros son El Dorado (Meta), Zambrano (Bolívar) y San Vicente de Chucuri (Santander).
DEICY JOHANA PAREJA M.
Redactora de EL TIEMPO
MEDELLÍN
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