Las mandalas no son algo exclusivo para los adultos, ahora los niños también pueden hacer parte de este universo espiritual y creativo, gracias al libro Animandalas, una idea original de Carolina María Suárez Hoyos.
Suárez siempre tuvo en la mente hacer un proyecto que dejara huella y que fuera útil, por esta razón se aventuró, hace casi dos años, a comenzar a trabajar en esta publicación. Entonces se tomó un tiempo para crear.
Desde un principio, gracias a un trabajo investigativo, se dio cuenta que los niños están un poco olvidados y no hay muchos libros en el mercado que sean atractivos y educativos al mismo tiempo.
Es en ese momento cuando se atrevió a llevar la magia de las mandalas al universo de los niños, y vio que la mejor forma de hacerlo era a través de los animales.
Es ahí cuando nace Animandalas, un libro lúdico, educativo y temático que va mucho más allá de las mandalas.
“Quise implementar un contenido lúdico y educativo dentro de mi trabajo. Es decir, es una herramienta que te sirve para crear, pero al mismo tiempo para aprender”, explica Carolina.
El trabajo comenzó hace casi dos años con una investigación de mercado, y estuvo acompañado por un grupo de profesionales: el diseño y las ilustraciones fueron por Fernando Rico y los textos los elaboró la sicóloga, especialista en niños, Juanita Hernández.
Suárez afirma que “es un trabajo de equipo con una creadora que estuvo presente en todo momento. En el libro está mi ADN, ese libro es lo que es Carolina María Suárez Hoyos”.
En Animandalas los niños pueden encontrarse con algunos de los animales más queridos, conociendo las características y al mismo tiempo una pequeña historia de lo que es cada animal y cuál es su significado.
Para la autora, las mandalas no son una herramienta ni de adultos ni de niños. Explica que es algo útil para todos los seres humanos: “muchas veces estamos perdidos, estamos buscando algo que nos motive en la vida, cuando en realidad todo está dentro de nosotros”.
Estos círculos sagrados, como ella dice, ayudan a concentrarse en lo que es cada persona y lo que quiere en la vida. Por ejemplo, la autora de Animandalas le han servido para no dejar escapar el alma de niña y a perseguir sus sueños.
La expectativa que tiene es dejar una semilla que florezca en el tiempo y sea útil. Ella no tiene hijos, pero es consciente de lo importante que son los menores dentro de la sociedad, por eso apostó a un proyecto enfocado en los más chicos.
“Los niños son nuestro futuro, y si nosotros en este momento les apostamos a esos chiquitos y les damos una buena educación y les alimentamos todas esas habilidades que tienen, vamos a tener niños más exitosos, más seguros y más tranquilos con respecto a todas las situaciones que se van desenlazando en la vida”, expresa Suárez.
MATEO GARCÍA
Para EL TIEMPO
Medellín
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