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Medellín

Luto por víctimas de avión, otra razón para no hacer la alborada

La alborada cada año en Medellín pone en riesgo a los niños, también a los animales de compañía y la fauna silvestre.

La alborada cada año en Medellín pone en riesgo a los niños, también a los animales de compañía y la fauna silvestre.

Foto:Archivo/EL TIEMPO

Rechazan esta tradicional celebración, impuesta por 'paras' por respeto a las víctimas.

Redacción El Tiempo
Año tras año, hay una razón para pedir no realizar la tradicional alborada en Medellín: los niños que resultan quemados, las mascotas con traumas y el daño a la fauna silvestre.
Este 2016, el llamado en redes sociales de quienes rechazan esta fiesta es el respeto por los 71 muertos, entre ellas miembros del club deportivo Chapecoense, equipo que disputaría la final de la Copa Suramericana contra Atlético Nacional hoy.
Frases como “Por los animales, por los niños, por la naturaleza, y ahora, principalmente por guardar luto y dar honor a las personas que sufrieron la tragedia”, imploran los usuarios de redes sociales. “La alborada no debe realizarse. Es el momento de reflexionar frente a esta costumbre de inicio de diciembre que pone en riesgo la vida de muchos seres y que hoy con esta tragedia en Rionegro no tendría presentación celebrar. #fuerzachapecoense #noalborada #noalapolvora”, se lee en Facebook.
La alborada en Medellín se celebra desde hace mucho tiempo, pero cogió fuerza en el 2003 cuando se desmovilizaron 855 integrantes del grupo paramilitar Bloque Cacique Nutibara de las Auc.
Max Yuri Gil, sociólogo y experto en violencia urbana, contó que el 30 de noviembre de ese año, cinco días después de que los paramilitares entregaran las armas, en los barrios populares, donde hacían presencia, celebraron con pólvora, no solo la desmovilización sino también las guerras que les ganaron a las bandas y a las guerrillas urbanas.
Una fiesta patrocinada por ‘Don Berna’, el comandante del bloque que se celebró más en las comunas 8, 13 y 16, así como en los corregimientos de Altavista y San Antonio de Prado demostrando que, a pesar de estar desmovilizados, el poder continuaba.
De ahí en adelante, cada 30 de noviembre, los combos y mafiosos celebran la llegada de diciembre.
Pero no solo se convirtió en una fiesta de grupos armados, la gente del común, de los barrios también celebra con quema de pólvora, explicó Gil.
Para John Mario Muñoz, doctor en Gobierno e investigador del fenómeno del paramilitarismo, la subcultura mafiosa en Medellín, legado de la época de Pablo Escobar, facilitó la expansión entre los habitantes.
Según el experto, adaptación y aceptación se debe al desconocimiento generalizado sobre los orígenes de la celebración. “La gran mayoría de las personas no conocían ni conocen la historia de la alborada, entonces eso facilitó que a la gente le gustara y que quedara como una tradición de bienvenida a diciembre”, explicó el experto.
También tiene que ver con la cultura fiestera y bullosa, propia de los narcotraficantes que trata de imponer su forma de celebrar por encima de todo.
“Pero aquí es desproporcionado el asunto, tanto que genera todo tipo de reacciones en la ciudad”, agregó Muñoz.
A pesar de la prohibición impuesta por la Alcaldía de Medellín, que dará sanciones administrativas y penales e incentivos a las personas que denuncien la quema de pólvora, el experto cree que la medida no será efectiva pues, según él, en la mayor parte de la ciudad no existe un control efectivo del Estado a estos asuntos.
El experto explicó que la medida podría generar un mínimo de modificación en el comportamiento, pero el problema va más allá de la penalización. En las comunas, por ejemplo, no hay control. La gente sabe que no puede denunciar ya que existe una especie de coerción violenta.
La influencia que aún tiene Pablo Escobar en Medellín hace que sus seguidores festejen, paralelamente, el aniversario de la muerte del capo. “Eso se sigue celebrando porque el mundo criminal tiene esa forma de celebrar: ostentosa, ruidosa, que lo vean. Y eso se ha dado y se va a dar mucho más”, puntualizó.

Buscan reducir pólvora

Para bajar en diciembre el uso de la pólvora, las autoridades empezaron a multar el manejo, comercialización, distribución, fabricación y transporte de pólvora en Medellín desde el pasado 22 de noviembre.
Las personas que incumplan la norma deberán pagar entre 600.000 y 12 millones de pesos.
En diciembre del año pasado, en Medellín se reportaron en 87 casos de lesionados con pólvora, de esos el 66 por ciento fueron niños y jóvenes entre 14 y 24 años. Además, hubo amputación en siete casos.
MEDELLÍN
Redacción El Tiempo
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