Su vivienda está bien, pero no puede entrar en ella y debe buscar donde vivir. Su negocio funciona sin inconvenientes, pero lleva casi un mes cerrado.
Es absurdo. Eso dice Luis Fernando Urquijo, quien nunca pensó que su vida se fuera a complicar tanto por vivir al lado de la edificación Bernavento, el nuevo ‘Space’ que tiene en vilo no solo a los 48 propietarios sino a los vecinos, que debieron desalojar sus viviendas por el riesgo de colapso del edificio ubicado en la Loma de los Bernal
Urquijo no solo vive en Bernalejas, unidad aledaña a Bernavento, allí también tiene un local comercial en el que funciona un estudio de grabación, fotografía y video. La situación es irónica. Es el edificio el que tiene fallas estructurales pero lo que tambalea es la vida de Urquijo.
“No tengo familia en Medellín entonces no tengo a dónde irme a vivir y me toca estar buscando en donde quedarme. Y aparte con el local comercial tengo una parte acústica invertida que no puedo entrar y sacarla. Entonces tampoco tengo cómo trabajar”, confesó.
La respuesta de los bancos es: ‘A mí no me importa lo que les esté pasando. Nosotros les prestamos una plata y deben responder por eso
Más que desespero, su voz denota frustración. Las reuniones a las que ha asistido en las que el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo (Dagrd) y otras autoridades municipales han explicado el proceso a seguir para derribar Bernavento no le da la tranquilidad necesaria.
“No se puede hablar de que quedamos satisfechos porque si nos dicen que el 23 de junio están tumbando el edificio, eso para nosotros significa que tenemos hasta el 24 de ese mes para buscar dónde vivir y con qué comer”, manifestó el afectado.
Para él, no es una solución, solo información.
Y es que mientras como afectado pide celeridad con el proceso de derrumbamiento, el banco le pide a él la misma celeridad con los pagos de un local que está cerrado.
Federico Gutiérrez sobre Bernavento
El alcalde de Medellín se pronuncia sobre los afectados de la edificación
Con más asombro contó que otra entidad bancaria les recriminó diciéndoles: “Ustedes por qué colocaron un estudio al lado de una edificación que se iba a caer?”
“¿Y uno cómo sabe eso? Obvio que de haber sabido que el edificio aledaño tenía problemas estructurales no nos hubiéramos pasado”, dijo Urquijo.
De ese estudio depende el sustento de cinco personas que siguen a la espera de que les quiten de encima a ese vecino incómodo que se convirtió Bernavento. Las pérdidas económicas, en su caso, ascienden a 45 millones de pesos que ha dejado de facturar. “En este momento no tenemos nada”.

En 2010 reportaron las fallas en el edificio Bernavento.
Esneyder Gutiérrez
Sobre el acompañamiento de la Alcaldía, indicó que es solo presencial pues en materia económica o subsidios no ha habido nada.
“Necesitamos que haya un acompañamiento más directo y diferenciado porque no todos en Bernalejas están mal. Hay quienes tienen a dónde ir o cuentan con recursos para esperar. Pero en el caso de nosotros no es así y tenemos una doble afectación: apartamento y local comercial”, puntualizó.
Según el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) ya hay un cronograma establecido para derribar Bernavento. En mayo 9 se realizará el acta de inicio y empezarán las labores de radicación de los estudios necesarios, como plan de manejo ambiental, movilidad y comunicaciones. Luego, el 15, será el inicio de la elaboración de actas de vecindad, con lo cual comienza el censo y la evaluación de mascotas del sector.
El 21 de junio se llevará a cabo el cargue de material de voladura para dos días después realizar el derribamiento. Luego de ello, se harán inspecciones visuales y con equipos de topografía y monitoreo para verificar las condiciones de riesgo y autorizar la posible ocupación de los edificios con recomendación de evacuación.
El 19 de julio se espera que el lote esté libre de escombros y ya el 21 se firmaría el acta de terminación.

Las principales preocupaciones de los vecinos estuvieron relacionadas con las fachadas, posibles futuras afectaciones y el protocolo antes, durante y después del derribamiento controlado
Esneyder Gutiérrez
Jaime Enrique Gómez, director encargado del Dagrd, les explicó a los afectados que en Bernavento se realizará un derribamiento controlado, que no es lo mismo que una implosión.
“Cuando hablamos de implosión es cuando una estructura cae completamente y queda totalmente destruida en el suelo. En este caso, al decir derribamiento porque no vamos a tener el colapso total de la estructura sino de la parte superior”, explicó Gómez.
La razón, agregó, es que los dos primeros niveles serán necesarios para contener o albergar el material de escombros debido a que el edificio es muy alto y no hay espacio para contener dichos escombros.
En la reunión de socialización hecha con los propietarios de Bernavento y los vecinos de estructuras aledañas como Bernalejas, hogar geriátrico Hábitat, unidad residencial Torres de los Bernal y Lomas del Viento, les aclararon los miedos sobre el procedimiento que realizará la empresa Atila, la misma que se encargó de la implosión del edificio Space, la cárcel de mujeres, uno de los bloques de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), así como de implosiones en la vía Medellín-Bogotá.
Este caso es muy especial por lo que será una implosión en algunos pisos para darle dirección de caída al edificio para que caiga en un sentido y no afecte a los edificios vecinos”.
“Las principales preocupaciones estuvieron relacionadas con las fachadas, posibles futuras afectaciones y el protocolo antes, durante y después del derribamiento controlado. Pero todo fue aclarado”, indicó el director encargado, quien les recordó que horas antes del proceso los no evacuados deberán salir de sus hogares pero podrán volver el mismo día.
De igual forma, voceros de la firma Atila manifestaron que no utilizarán dinamita para el derribamiento sino Indugel.
“Este caso es muy especial por lo que será una implosión en algunos pisos para darle dirección de caída al edificio para que caiga en un sentido y no afecte a los edificios vecinos”, contó el directivo.
El edificio Bernavento fue construido entre 2008 y 2009 para ser entregado y luego habitado en 2010, año en el que fueron detectadas las primeras deficiencias constructivas por parte de los propietarios.
En 2013, los habitantes de la unidad residencial pidieron una evaluación a la estructura y en 2015 se detectó un estado de vulnerabilidad del edificio por lo que en junio de 2016 fue evacuado de manera voluntaria por sus propietarios.
David Alejandro Mercado Pérez
Redactor de EL TIEMPO
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