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Colombia

La ruta de la recuperación petrolera

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Se diseñó y ejecutó una estrategia que le permite hoy a la industria tener indicadores positivos.

A comienzos de 2010, Colombia tenía un panorama optimista frente a la producción de petróleo. Para esa época, se extraían a diario 770.000 barriles de crudo y su precio oscilaba en los US$80 por barril. La estabilidad del sector y los indicadores mostraron a la industria como eje de la economía nacional y motor del desarrollo del país. Sin embargo, producto de factores de la economía internacional, el precio del crudo empezó a descender dramáticamente hasta llegar a US$27 en 2016. Este hecho prendió las alarmas y de inmediato requirió un replanteamiento de la política del sector. Para ello, fue designado el abogado y geólogo Orlando Velandia, quien lideró un proceso de ajustes y toma de decisiones a fin de superar la más aguda crisis del sector en los últimos 30 años; hoy su gestión sigue dando sus frutos.
La ruta de la recuperación hidrocarburífera comenzó con la revisión de las condiciones contractuales en que estaban desarrollando su actividad las empresas y la forma y el procedimiento mediante el cual la agencia venía pactando los contratos. Empezó entonces, una alta cirugía para ajustar el rumbo jurídico. De esta manera, comenzó la revisión de todos los esquemas contractuales y luego de un arduo trabajo jurídico con un grupo de funcionarios del gobierno nacional, se adoptaron una serie de mecanismos de flexibilización en los contratos. De esta forma se despejó el horizonte para que el país retornara a escenarios competitivos internacionales y se mantuviera la inversión de empresas nacionales y extranjeras.
Esta estrategia fue diseñada y ejecutada por la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, no solo ampliándole a las compañías el tiempo para cumplir sus obligaciones exploratorias, fortaleciendo las garantías suscritas en los contratos mediante el respaldo con cartas de crédito por el 100 por ciento de su valor, sino que además, estas garantías se fueron liberando al ratificarse que cumplían a cabalidad con los compromisos adquiridos.
La determinación de confiar en las empresas que respondieron jurídica y financieramente, permitió que la inversión extranjera continuara creyendo en el país, y cuando empezó la recuperación de los precios, estuvieran fortalecidas para dinamizar la actividad e incrementar la actividad exploratoria.
Este proceso tuvo un efecto paralelo y es que la producción de crudo no disminuyó. Mientras que a inicios de 2010 se producían 770.000 barriles de petróleo a un precio de US$80 por barril; en 2016 el precio no superó los US$43, pero la productividad aumentó a 887 mil barriles. Actualmente, el sector continua su recuperación y los reportes efectuados por las empresas sumados a la estadística técnica de la ANH permiten prever que a finales de este año la producción diaria superará los 860.800 barriles. De hecho, recientemente, el Banco Mundial, ratificó que Colombia fue el país que mejor se preparó para enfrentar la crisis petrolera mundial.

Claves de un futuro promisorio

Para asumir los retos que implicaba sacar a flote la industria petrolera, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, (ANH) también se fortaleció. La infraestructura tecnológica se reforzó, así como la seguridad informática, aspectos que permitieron mayor certeza jurídica, estadística y financiera para flexibilizar los contratos. Un modelo de gestión que hoy permite al sector toma de decisiones efectivas que posibilita a comunidades, empresas y gobierno diversos beneficios.
A ello se sumó, el desarrollo de una nueva provincia hidrocarburífera en el mar Caribe colombiano para fortalecer la suficiencia energética, incorporar a las comunidades, solucionar sus dificultades y hacerlos partícipes del desarrollo social que se deriva de los ingresos generados por el petróleo. En este sentido, se robusteció la Estrategia Territorial de Hidrocarburos, ETH, una política pública que produjo como resultado diálogos democráticos, solución de conflictos y mejoramiento de las condiciones de vida de la población en zonas donde se extrae crudo.
La perspectiva es alentadora. Las modificaciones que se hicieron en los dos últimos años a las políticas en la ANH tienen a Colombia con indicadores significativos que en el corto plazo la convierten en una región exploratoria a nivel internacional. De hecho, cifras recientes muestran que el país ya es el tercero a nivel de Latinoamérica en exploración hidrocarburífera. Un objetivo que se está consolidando mediante mecanismos de alta calidad que le van a permitir a los inversionistas tener información prospectiva en áreas offshore, onshore y en nuevas cuencas en regiones convencionales.

Las nuevas fronteras

El gobierno inició el camino al Offshore (costa afuera) con los descubrimientos de una provincia gasífera en la región del Golfo de Morrosquillo, a cargo de Ecopetrol y Anadarco, que deja al país ad portas de un escenario global de la más alta competitividad, con un desafío muy importante en términos de infraestructura y transporte de esa riqueza natural, que podría empezar a aprovecharse en unos ocho años.
En cuanto al petróleo continental (Onshore), la prospectividad anuncia potencial en 23 cuencas sedimentarias, conocidas como Cuencas Frontera, en regiones no tradicionales como el Valle, Putumayo, el norte y el sur del país, que se sumarían a las ya existentes en los Llanos Orientales y el Magdalena Medio. El país podrá enterarse al respecto a través de la ANH, que publicará en su Mapa de Áreas, los nuevos territorios donde se suscribirán contratos de exploración y explotación.
“Nuestra Agencia debe seguir siendo técnica, apoyada en el mejor capital humano disponible y preparada para asumir el enorme reto que plantean los hidrocarburos en materia fiscal y social. Pocos países gozan del privilegio que nosotros tenemos al garantizar la seguridad energética, esto es producir directamente los hidrocarburos que nuestra refinerías necesitan para así generar los combustibles que utilizan todos los colombianos a diario, desde el gas natural y el GLP en los millones de hogares y el diésel, gas y gasolina en nuestros vehículos, y las regalías que las regiones necesitan para su desarrollo social. Más del 50 por ciento de esta inversión local es financiada con los recursos derivados del petróleo y eso es algo que no se nos puede olvidar”, concluye Orlando Velandia Sepúlveda, presidente de la ANH.

El impulso que necesita el sector

Los recursos petroleros de Colombia están distribuidos en 23 cuencas sedimentarias y solo se han aprovechado cinco de ellas, lo que otorga un área cercana a los 600.000 km2, con un enorme potencial de yacimientos. Para tal efecto, la Agencia Nacional de Hidrocarburos culminará este año un estudio “yet to find” para definir la viabilidad real de los nuevos recursos naturales. Así mismo, la agencia trabaja para lograr la optimización de los yacimientos descubiertos y en desarrollo, con el fin de mejorar ostensiblemente el factor de recobro, que en Colombia es muy bajo, pues de cada 100 barriles confirmados, solo se extraen a la superficie 19. Cabe anotar, que por cada punto porcentual que el país logre aumentar en su factor de recobro, ingresarán unos 500 millones de barriles a sus reservas
“Dentro del Acuerdo 2 de 2007, la nueva forma de asignar tareas es un elemento dinamizador, acabamos de aprobar los términos de referencia para el proceso competitivo, que es el mecanismo novedoso de asignar áreas en Colombia. Para ello, la ANH ha hecho importantes inversiones en conocimiento geológico para alistar prospectos y publicarlos en el mapa de áreas y que las compañías vengan a ofertar por ellas en un proceso continuo y competitivo”, dice Orlando Velandia Sepúlveda, presidente de la entidad, precisando que la industria se mide por el número de taladros en operación que pasó de 27 en tiempos de crisis a 121 en todo el país.

Balance de la ANH

- En más del 30 por ciento de los 54 pozos exploratorios perforados el año anterior se han reportado hallazgos.
- Las 20 áreas, que suman más de 1,5 millones de hectáreas, serán ofertadas a inversionistas.
- La Minuta Offshore permite convertir los contratos de evaluación técnica a contratos E&P.
- 42 proyectos de recobro mejorado incorporaron unos 78 millones de barriles a las reservas.
- En 2017 se incrementaron las reservas en 429 millones de barriles con un factor de reposición del 138 por ciento, el mejor en muchos años.
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