La masacre de Trujillo, que cobró la vida de al menos 342 personas, entre 1988 y 1994, fue un hecho en el que no solo estuvieron involucrados los paramilitares, sino también narcotraficantes y agentes del Estado en ese municipio del centro del Valle del Cauca.
La semana pasada, Henry Loaiza, quien hacía parte de los siete capos del cartel de Cali, y quien fue condenado por esos hechos, aunque por años negó su participación y se declaró 'chivo expiatorio', escribió una carta en la que dice: “Esta carta no devolverá a sus seres queridos, lo único que busco con este escrito es comunicar y hacer llegar un mensaje sincero de arrepentimiento con respeto por el dolor y sufrimiento causado por mi persona a la población del norte del Valle y que afectaron directamente al municipio de Trujillo".
En una carta, las víctimas le responden que le referencian que los "hechos, en su mayoría, siguen en la impunidad, y la reparación aún sigue siendo deuda del Estado y de los directamente responsables".
Anotan que "en este contexto de los acuerdos de paz, donde adherimos al 'Sí', en una actitud de reconciliación con justicia social, acogemos la solicitud de perdón de Henry Loaiza, como una forma de restituir su dignidad humana, oportunidad de cambio y crecimiento de vida, y para el pueblo en general, que fue víctima, esperamos la aplicación de una verdadera justicia".
Pero le señalan que "El perdón tiene exigencias e implicaciones serias; desde lo ético, un auténtico reconocimiento de los hechos y el respeto a los derechos de las víctimas...Ante el derecho a la verdad, exigimos ampliación de su declaración de lo sucedido en Villa Paola, finca de su propiedad y lugar de martirio. ¿Existe allí un cementerio clandestino?, ¿dónde están los 88 desaparecidos?, ¿cómo devolverlos a sus familias?".
Le preguntan que "ante el derecho a la justicia, se llevan tres sentencias condenatorias en su contra, desde sólo el año 2009; es decir, desde hace seis años: ¿Cómo no quedar en la impunidad?...Ante el derecho a una Reparación integral, ¿cuál es su aporte de reparación, exigencia importante, cuando se otorga un perdón? En la última sentencia, Caso No. 040 del año 2014, con 42 víctimas en su contra, se habla de 100 salarios mínimos que Henry Loayza debe pagar a cada familia, ¿cuándo y cómo hacerlo realidad?".
También señalan que "ante el derecho de Garantías de No Repetición, si Henry reconoce con sinceridad su culpa, debe aceptar su vinculación con las Auc de la época, hoy llamados paramilitares; estructura que sigue vigente en Trujillo, con asesinatos, amenazas, extorsión, reclutamiento de jóvenes y control territorial. Luego, esta estructura paramilitar debe desaparecer, para que todo el pueblo de Trujillo, pueda disfrutar de una paz verdadera, estable y duradera".
Los familiares de las víctimas de Trujillo escriben que "repetimos, las palabras de Jesucristo, “He venido no para los sanos, sino para aquellos que necesitan liberarse”. “Es preciso nacer de nuevo”, le dijo a Nicodemo y esto le expresamos a Henry Loaiza; un verdadero perdón, exige nacer a algo nuevo, para que la Paz se logre con justicia social, respeto a las diferencias, calidad de vida y respeto a los derechos humanos. Es nuestro Deseo de Paz con Justicia Social, para toda Colombia, donde también nosotros como Organización de Víctimas, nos comprometemos a construir con fe, resistencia y esperanza".
CALI
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