Un movimiento masivo de viajeros no visto hasta ahora vive desde hace unos meses la frontera colombo-ecuatoriana, en el sur del país.
Se trata de venezolanos, algunos hombres solos y otros con sus familias, que huyendo a la crisis económica y enfrentamientos en su país, buscan mejores oportunidades.
Según Migración Colombia, 26.000 de ellos la cruzaron en julio pasado, el más alto número registrado en los últimos 10 años.
Y en agosto, por el Puente Internacional de Rumichaca, han pasado otros 12.000 la mayoría hombres, pero pueden se estima que pueden ser muchos más.
Para el capitán Nelson Perdomo, del Distrito de Policía Ipiales, los venezolanos que hacen tránsito por esta zona limítrofe en el sur del país tienen como destino Ecuador, Perú y Chile.
“Sabemos que hay muchos pasos por la frontera por los cuales tanto venezolanos como ecuatorianos pueden pasar sin ser vistos por las autoridades”, advierte el capitán Perdomo.
“Se sabe que mucha gente de esa nación pasó de forma ilegal”, agrega.
La frontera colombo-ecuatoriana es muy extensa y por ella se han abierto más de 50 trochas o caminos por donde pasan.
“Tratamos de controlar todos esos pasos, pero es muy complicado”, dice el capitán Perdomo.
En Ipiales, muchos de los venezolanos en tránsito a los países del sur del continente, de manera temporal, acuden al tradicional rebusque, mientras pueden continuar su recorrido hacia sus destino final.

A los terminales de Pasto e Ipiales llegan venezolanos indagando los costos para pasar a Ecuador. Hay ayudas temporales para quienes están legalmente.
Mauricio De La Rosa
Mientras reúnen recursos económicos suficientes para lograr su propósito, en Ipiales, en promedio, pernoctan entre cinco y seis días.
Mario Lozano, despachador de Flota Guaítara, en la terminal de transportes de Pasto, comenta que en las últimas semanas aumentó el arribo de pasajeros venezolanos procedentes de Cúcuta y Maicao.
“Se los nota muy ansiosos de llegar a Rumichaca, no están muy bien informados y algunos hasta nos piden que les rebajemos el valor del pasaje porque están cortos de recursos”, dice.
El secretario de Gobierno de Ipiales, Jorge Montenegro, expone que aquellos venezolanos que estén en condiciones de legalidad y puedan demostrarlo se les brinda el acceso al hogar de paso, una estadía hasta por tres días, se les suministran elementos de aseo y se les garantiza alimentación.
Según el funcionario, cada día, en promedio, cruzan la frontera entre 500 y mil venezolanos.
“Hasta ahora no se han presentado inconvenientes con ellos”, dice.
"En alguna ocasión, personas del sexo femenino se habían establecido en un lugar de lenocinio, estaban comercializando la actividad del sexo, pero no más", comentó el secretario de Gobierno de Ipiales.
Por lo general llegan a la ciudad en la madrugada, cuando realizan sus trámites gratis de migración en la frontera y después buscan un hospedaje para resguardarse del intenso frío.
La Policía les brinda orientación y les sugiere que regularicen su paso por el país, para saber dónde están, qué actividad realizan y en qué estado de salud se encuentran.
“Muchos de ellos le temen a la Policía porque creen que los vamos a deportar, entonces huyen o se esconden”, cuenta el capitán Perdomo.
“No es así, no hay operativos para capturarlos porque conocemos muy bien su situación”, explicó.
PASTO
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