Juan Esteban Montoya, de 22 años, quien estuvo tres días a la deriva en alta mar, sufriendo cómo perdía a su hermana María Camila y a los otros viajeros del naufragio, fue dado de alta.
Marcia Giraldo, la mamá de los Montoya, residente en Houston (Estados Unidos) a quien los hermanos pretendían visitar al embarcarse desde Bahamas, archipiélago en la Costa Atlántica, lo esperó a su salida del hospital y espera que sea su alivio ante la pérdida de su hija.
Marcia, la mamá, tiene por un lado el dolor inmenso de perder a su hija María Camila y por el otro el agradecimiento por abrazar a su hijo después de 11 años. "ES un milagro de vida".
Los hermanos viajaron en plan de paseo a Bahamas, pero terminaron en una embarcación que los llevaría en escasas dos horas hasta Miami. Iban 38 viajeros, la mayoría sin salvavidas ni comida.
El bote zarpó en la noche del sábado 22 de enero desde la isla Birmi. Viajaban entre 38 y 40 personas.
Pero la nave se volcó. Juan Esteban, después de abrazar largamente a la mamá, dejó conocer que luchó con el alma para intentar la salvación de su hermana, pese al agite del mar, la oscuridad y las horas.
La abogada Naimeh Salem, experta en inmigración, dijo que se tuvo la atención en salud de Juan Esteban, que estuviera en libertad y pudiera reencontrarse con la mamá.
Anotó que no se entrará en detalles de lo ocurrido, porque se debe esperar. Hasta ahora no hay cargos y así no hay ninguna investigación criminal.
La abogada dijo que el joven está dolido y confundido e hizo todo lo que pudo para animar a su hermana María Camila hasta que ella se perdió en el mar. Lo mismo fue pasando con todos los viajeros.
Fueron tres días a la deriva para Juan Esteban, montado en la única parte de la nave que estaba a la superficie, hasta cuando lo rescató la Guardia Costera de Miami.
Cuenta que lleva marcas de los agites del mar y el esfuerzo para no salir despedido del bote.