La idea que se incubó en un salón de clase en Caicedonia, permitió no solo que se redujeran los residuos del plátano, sino generar un abono orgánico a partir de cáscaras.
El proyecto tiene su trascendencia en el norte y centro del Valle del Cauca, donde el plátano es la fruta de mayor consumo y con mayor productividad, por lo tanto la cantidad de residuos que se genera es mayor.
Fue en el 2014 a través de un proyecto presentado en la feria Bolivariano emprende, de la Institución Educativa Bolivariana de Caicedonia, proyecto que motiva a los estudiantes de décimo y once a realizar productos o empresas innovadoras sobre la protección y el cuidado del medio ambiente.
Dentro de estos parámetros, las estudiantes, Yenny Alexandra Pinzón, Isabela Agudelo, Angélica Salazar e Inndy Quitian quienes estaban realizando un técnico en el Sena de producción agropecuaria, diseñaron Pla-k, fertilizante orgánico que se obtiene de los residuos del plátano.
Las metas son reutilizar el bagazo del plátano cuando se encuentra en estado de descomposición y al mismo tiempo aprovechar las propiedades de este producto.
Las jóvenes innovadoras aseguran que el concepto no es nuevo, pero el producto sí, pues “actualmente en el mercado no se comercializa este producto, pero realmente es demasiado económico realizarlo, pues no se necesita más que las cascaras y agua”, asegura Pinzón.
“El plátano tiene alto contenido de potasio, el boro, los minerales, componentes que ayudan a mejorar, no sólo la tierra, sino también las plantas y productos”.
Su proyecto ocupó el segundo lugar en el colegio y fueron postuladas por la Universidad Javeriana de Cali, a la gala anual de Network for Teaching Entrepreneurshio, de Estados Unidos, donde representaron a Colombia.
“En Estados Unidos, expusimos el proyecto frente a entidades y personas importantes, a las cuales el proyecto les llamó la atención, sobre todo por el hecho de que fuera cien por ciento orgánico y natural, pues hoy en día los fertilizantes tienen muchos químicos y al lanzar este producto, le estábamos enseñando a las personas sobre lo provechoso de los residuos de esta fruta y la importancia del uso de abonos orgánicos”, afirma Isabela Agudelo.
El proceso para realizar este producto dura entre 2 y 3 meses y consiste en tomar los residuos como el pinzote, los ‘hijitos de los plátanos, el tallo y los brotes florales, e ingresarlos en una habitación húmeda, pues esto facilita el proceso de destilado. Cuando el lixiviado orgánico, (el abono), está listo se envasa en recipientes de litro los cuales actualmente tienen un costo en el mercado de $15.000.
El producto genera un ahorro de agua de 10 litros en cada terreno.
“El proyecto llamó la atención de la gobernación, debido al alto impacto que este tiene en el medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos naturales. Es importante apoyar iniciativas como estas, pues son jóvenes que buscan ser emprendedoras y forjar su propia empresa”, afirma María Leonor Cabal, Secretaria de desarrollo económico y competitividad.
Entre los beneficios que este producto le ofrece a la tierra está el aumento de la fertilidad de la misma y el aporte de propiedades como el potasio, manganeso y boro. Las plantas desarrollan defensas contra plagas y enfermedades, crecen con mayor fuerza, las hojas y los frutos tienen mejor calidad. El hecho de que Pla-k sea un producto totalmente natural, disminuye el costo de producción y maximiza los beneficios para el medio ambiente y el consumo humano.
ANA JULIETH SAAVEDRA SÁNCHEZ
CALI