El Valle huele a café. Solo en Candelaria y Zarzal no se siembra. En los restantes 39 municipios del departamento reverdecen las plantas. Y aunque en Buenaventura no hay cultivos, también se cuenta como cafetero, porque por ahí se exporta el 50 por ciento del grano colombiano.
Hoy, en el Día Nacional del Café, el director del Comité Departamental de Cafeteros, Héctor Fabio Cuéllar, el hombre que se toma 12 tazas diarias, dice que la caficultura tiene más futuro que presente.
Está convencido de que un mediano plazo se hablará en el mundo entero de la calidad del grano vallecaucano. Cali también es cafetero y desde Pichindé y La Leonera hay tazas que se exportan a mercados tan exigentes como el japonés.
“No se trata de ser el primero sino el mejor, vamos a ser los mejores por algo vital: lo sostenible, un consumidor en cualquier sitio del mundo prefiere productos amigables con el medio ambiente, con principios de sostenibilidad y ese es el Valle”, dice.
Este es el diálogo con el dirigente cafetero
¿Qué tiene Cali para que de un café especial?
La influencia de un café de altura con las corrientes del Pacífico, eso da una característica especial a esas tazas, son productores que han hecho un gran esfuerzo para atender un mercado exigente como el japonés, son cafés muy bien seleccionados.
¿Qué precio ha alcanzado el café del Valle?
En subastas hemos logrado de 4,50 a 4,70 dólares la libra. Cuando alguien paga eso es porque es un café de muy buena calidad, allí hay esfuerzo importante. Hoy, el productor que quiera exportar un volumen grande o pequeño lo puede hacer, en el Valle está la tostadora, propiedad de las cooperativas, con participación del Comité, Cafexcoop.
¿A qué mercados se llega?
Exportamos a Estados Unidos, Europa; en procesados llegamos a 13 destinos, hay pequeños lotes en empaques de 35 kilos empacados en fique, pero también de cinco kilos empacados al vacío, para mercados muy exigentes, Inglaterra, Noruega, España, Francia, Chile. Tenemos un representante de El Cairo que exporta a Chile, creo que el apoyo de la organización permite que este productor tenga muchas oportunidades
¿Qué tanto exporta el Valle?
Al año 850.000 sacos, tenemos una pequeña planta de café donde procesamos 115.000 libras para el mercado nacional y una marca de café de las cooperativas ‘Ginebras’, para el mercado local, la marca propia ‘San Matías’, va al mercado externo; también maquilamos a muchos productores con sus marcas.
¿Cuál será la estrategia para aumentar los recolectores?
Estamos en la construcción de un proyecto con la OIM para la generación de empleo. Nos acompañará, sin duda, el Sena, para capacitar personal en Cali. Si lo capacitamos, carnetizamos y apoyamos, pues generamos un espacio de trabajo y solucionamos la escasez de mano de obra en época de cosecha en la zona cafetera.
¿Cuántas personas capacitarían?
Creemos que entre 500 o 600, pero se podrá ir ampliando. Aquí no se trata de ir a buscar el recolector, como normalmente sucede, al Cauca, Nariño, Quindío, Risaralda; hay que capacitarlos en competencias para que enfrenten esa responsabilidad, lo propio podríamos hacer en las ciudades intermedias. El segundo paso es cómo formar empresarios, vía asociaciones, para que esas asociaciones trabajen, por ejemplo, en fumigación, para que ellos puedan trabajar en el tema de la siembra, es facilitarle un poco el trabajo a ese productor cafetero; alrededor de iniciativas como esas, veo oportunidades. Lo que buscamos es que el productor permanezca en el territorio y mejore sus condiciones con estas alianzas.