La explosión de una granada en el barrio el Vallado, al oriente de la ciudad, develó el drama de una familia que viajó de Buenaventura a Cali huyendo de la violencia, pero que en la capital del Valle el menor de sus integrantes perdió la vida.
Se trata de Hannier Yesid Quiñonez Sinisterra, de 13 años, quien en la noche del pasado martes, regresaba de comprar un bombón en una tienda en el momento que estalló el artefacto explosivo en la Carrera 39 D con Calle 56.
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Hannier, amante del fútbol y de la mecánica de bicicletas, era el menor de cinco hermanos de una pareja Bonaverense que desde hace cinco meses emprendió un nuevo rumbo buscando trabajo y mejor suerte en la capital del Valle del Cauca.
“Vivíamos en uno de los barrios más peligrosos del Puerto, allí nos tocó dejar todo tirado, pero cuando nos vinimos a trabajar a Cali, Hannier nos alentaba, él era el más alegre de todos y nos daba apoyaba para salir adelante, no sabemos qué hacer”, relató Jorge Washington Sinisterra, padre del menor.
Hannier Yesid Quiñonez Sinisterra, menor muerto luego de que una granada fuera arrojada en el oriente de Cali.
La familia de Hannier vivía a tres cuadras de donde ocurrieron los hechos, allí el menor le dijo a su mamá que iría al restaurante de su tía para visitarla. Fue a pie porque estaba ‘reparando’ su bicicleta, pues le gustaba desarmarla y armarla parte por parte, pasó a comprar la golosina cuando ocurrió el fatal hecho.
“Un hombre llegó y tiró la granada a un segundo piso, pero esta rebotó en la ventana y cayó en la carretera. Allí estaba mi esposo alimentando a los perros de la calle y el niño iba pasando. La explosión fue tan fuerte que el niño salió corriendo casi dos cuadras, luego se desplomó”, contó Ligia García, una de las afectadas.
El menor, junto a los otros dos heridos, un niño de cinco años y un adulto de 63, fueron trasladados por la comunidad al Hospital Carlos Carmona.
Allí estaba su hermano Heiner Quiñones, quien desde hacía solo un mes había comenzado a trabajar como guarda de seguridad en el centro asistencial, él fue el que lo recibió y, según cuenta, murió en sus brazos.
“No lo puedo creer, lo veo en todas partes. Mi hermanito era todo para nuestra casa, ya iba a terminar quinto de primaria y deseaba pintar su bicicleta”, dijo entre lágrimas Heiner.
Los hechos se registraron en esta calle del oriente de la capital del Valle. Juan Bautista Díaz / EL TIEMPO
Por su parte el General Hugo Casas, comandante de la Policía Metropolitana de Cali indicó que la principal hipótesis apunta a una pelea entre bandas del sector por la venta de estupefacientes.
Y señaló que se ofrece una recompensa de hasta 25 millones de pesos por quien de información que permita dar con captura de los responsables del hecho.
CALI