La bugueña Dora Lilia Gálvez no fue asesinada ni abusada sexualmente. Su muerte se debió a la ruptura de un aneurisma en el cerebro.
Este fue el informe oficial que entregó el director nacional del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, en Bogotá.
El parte dejó sin palabras a funcionarios de la Alcaldía de Buga y a ciudadanos que habían sido testigos de movilizaciones en esta ciudad y en Cali contra la violencia hacia la mujer, tras clamores de justicia porque las autoridades regionales estaban investigando un presunto crimen.
“La causa de la muerte corresponde a la ruptura de un aneurisma de la arteria comunicante anterior, por ende, la manera de la muerte se determina como una muerte natural”, dijo Valdés. “Esto aclara mucha de las situaciones que se presentaron inicialmente, cuando a partir de un diagnóstico clínico se indicó que había sido ultrajada sexualmente, que había sido violentada y que había tenido signos de violencia. Se aclara que la muerte entonces correspondió a una ruptura de la arteria cerebral, la arteria comunicante anterior y que producto de esa ruptura entró en un estado de hipertensión endocraniana manejado en la clínica durante 22 días”, dijo Valdés.
Explicó que “en el cuerpo no se encontró ningún signo de violencia sexual, ni ningún tipo de trauma que pudiera estar asociado a ello, solamente el hallazgo de un aneurisma”.
“Inicialmente, el diagnóstico por el servicio de urgencias orientaba a eso (aparente violación), pero en ningún momento fue un diagnóstico forense, fue una impresión diagnóstica del servicio de urgencias de la clínica. En el abuso sexual no hay nada obvio. Fue una impresión diagnóstica al ingreso al servicio de urgencias, que posteriormente, la historia clínica del mismo servicio en la UCI aclaró”, dijo.
Funcionarios de la Alcaldía, al conocer el parte de Medicina Legal, sostuvieron que los primeros reportes clínicos señalaban que Dora tenía golpes en la cabeza, en el tórax, así como quemaduras y que existían señales de haber sido abusada. La Fiscalía y la Gobernación habían manejado tres hipótesis con respecto al supuesto crimen. Sobre las presuntas quemaduras, en Medicina Legal respondieron que “el problema es que en la historia clínica tomaron algunas heridas como tal”.
“Nos basamos en informes de las instituciones de salud de Buga y se tomaron acciones para prevenir la violencia contra las mujeres”, dijeron en la Alcaldía de Buga.
Dora, de 44 años, fue encontrada por su hijo el 6 de noviembre, en una casa que ella pintaba en el barrio Sucre, de Buga. Había sido llevada al hospital Divino Niño y luego, al San José, donde su muerte, el 30 de noviembre, fue atribuida a un trauma craneoencefálico severo.
CALI
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