Esta pareja estrena estos días apartamento, en esa promesa y juramento que hicieron hace seis meses ante una notaría de Cali, de amarse, compartir y ayudarse. Formalizar su relación tuvo más de un impedimento y llegó hasta la Corte.
Por fortuna, en estos 180 días desde que se dieron el sí en ceremonia privada, en una vivienda en el sur de Cali, con alfombra roja y marcha nupcial, la relación de Luis Felipe Rodríguez y Ramiro Alberto Chávez se ha fortalecido.
Eso sí, cuando Felipe anunció en la portería de la unidad donde viven que se permitiera el ingreso de Ramiro, el vigilante le preguntó si era familiar o cómo qué lo registraba. “Él es mi esposo”, le respondió. El otro quedó unos segundos con una mirada fija, como vacía, mudo. Apenas dijo ‘ahhh’ y luego volteó y siguió en sus labores.

Están próximos a estrenar su nuevo apartamento.
Juan Bautista Narváez/EL TIEMPO
Coinciden en que es la única situación particular que han vivido estos seis meses como matrimonio. Felipe (licenciado en Lenguas Modernas y quien labora en la Alcaldía de Cali como enlace en la oficina de asuntos de la comunidad Lgbti) y Ramiro (administrador de empresas y empleado en un banco) afirman que llegar al matrimonio fue una planeada decisión tras más de cinco años de relación.
“En el 2011 la Corte Constitucional le dice al Congreso que si al 23 de julio de 2013 no ha legislado a favor del matrimonio civil de parejas del mismo sexo, se puede acudir ante jueces y notarios para la unión solemne, como la llaman. Cuando se cumplió esa fecha acudimos a una notaría a pedir el matrimonio. Sabíamos que lo iban a negar, pero se necesitaba ese no para instaurar la tutela", cuenta Felipe.
Esa tutela y otras tres del país llegaron a la Corte, que tres años después, en el 2016, falló a favor del matrimonio de parejas del mismo sexo.
Entonces, empezaron los preparativos para la boda, que se hizo el sábado 9 de septiembre en una vivienda del exclusivo sector de Ciudad Jardín, en el sur de Cali. Ahí, ante la Notaria 5 de Cali, al son de la marcha nupcial, en solemne ceremonia y emoción hasta las lágrimas, se comprometieron como pareja y juraron ayudarse y amarse.
Procueramos que la gente sepa que en el tema de parejas Lgbti hay obreros, comerciantes, diferentes profesionales, con derechos y deberes
Felipe, de 27 años, el menor de cinco hermanos (dos mujeres) cuenta que en su casa sabían que desde el 2103 luchaba por la aprobación del matrimonio igualitario, por lo que no hubo reacción alguna en contra, en tanto que en la Alcaldía es precisamente encargado del tema Lgbti y de inclusión.
Y Ramiro, de 45, el mayor de tres hermanos (dos mujeres) cuenta que desde hace mucho en su casa sabían de sus gustos sexuales. “Una vez tomé la decisión de unirme en matrimonio con Luis Felipe la reacción inicial fue de sorpresa. Mi mamá estuvo un poco reacia, pero mis hermanas le hicieron ver que era una decisión frente a mi futuro. Mi papá siempre me apoyó. Mi madre, una vez aceptó, ayudó en todos los preparativos, todo salió muy bien”.
Al final, familiares, amigos y compañeros de trabajo del banco y de la Alcaldía acudieron a la ceremonia.
Ramiro dice que otro hecho representativo y reflejo de inclusión en las empresas es el haber vinculado a Felipe a la seguridad social y otros derechos en la entidad bancaria donde labora.

Se dieron el sí en ceremonia privada, en una vivienda en el sur de Cali.
Juan Bautista Narváez/EL TIEMPO
Felipe comenta que, ante su exposición en medios, por su trabajo en la administración municipal, no han faltado quienes, con cierta timidez, se han acercado a pedir orientación sobre cómo iniciar los trámites y documentos necesarios. Y no ha faltado uno que otro comentario homofóbico, pero en general la aceptación ha sido la norma.
“Procuramos que la gente sepa que en el tema de parejas Lgbti hay obreros, empleados, comerciantes, profesionales en distintas especialidades, con derechos y deberes”, dice Felipe. Y agrega que procuran respetar los espacios de los demás. La idea es no provocar y por el contrario que se vea como un derecho legal y de respeto hacia otras visiones.
Y en su vida diaria, si bien ha habido una que otra diferencia por gustos y otras cosas, los consejos de las mamás, y de ambas familias en general, han servido para evitar discusiones por cosas menores o de gustos.
Se alternan los oficios como la compra de víveres y quien llegue primero echa la ropa a la lavadora y, al caer la tarde, en su apartamento, se cuentan las cosas del día.
Tras seis meses de pagar arriendo estos días se esmeran en elegir muebles, cortinas, elementos para su apartamento propio en el norte de Cali, su hogar, que afianza y les da solidez y abrigo como pareja.
CALI
Comentar