En 1914, en el municipio de Candelaria, en la hacienda La Palestina, don Roberto Cruz Lozano fundó un trapiche que logró sobrevivir a la crisis de los años 30, a la crisis del sector panelero desencadenada desde hace ocho años y al fenómeno de ‘El Niño’.
Pero hoy, 100 años después, la situación es otra, la demanda ha reaccionado, al igual que los precios que registran una recuperación del 52,4 por ciento en lo corrido de este 2016.
‘La panela es una esmeralda en bruto’, decía Tomás Cruz Domínguez, uno de sus hijos. Hoy, la empresa se encuentra en manos de la tercera generación, pero la cuarta ya ha empezado a explorar nuevas posibilidades para este producto con el que se endulza el café en las tierras cafeteras, con el que los vallecaucanos endulzan sus limonadas y con el que se crían a miles de colombianos.
Ahora, La Palestina, con ese centenar de años, apunta hacia la panela líquida.
Al frente del negocio se encuentra Alfredo Cruz Velasco.
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¿Cuál es ha sido la estrategia para mantenerse vigente durante 100 años?
Mucha disciplina, constancia, fe, arduo trabajo como el que hemos tenido en las tres generaciones y ser muy social en un país con tantas dificultades sociales
¿Cuántos empleos generan?
Generábamos 650, hasta hace ocho años, pero se vino la crisis panelera y uno de los trapiches de la familia, Cañadulce, que está dentro de la misma hacienda La Palestina, tuvo que cerrarse, con el dolor en el alma. Con las importaciones innecesarias de azúcar se generó mucha competencia desleal, teníamos perdidas millonarias mes a mes, así que nos concentramos en una sola fábrica y bajamos los empleos a 350. Hoy, cuando los precios a nivel nacional y la demanda han reaccionado, pues estemos teniendo un momento para desquitarnos de las multimillonarias pérdidas de los últimos ocho años.
¿Cuánto perdieron con la crisis panelera?
Fueron más de 4.000 millones de pesos perdidos.
¿Lograron recuperarlos?
Lo importante es que aguantamos, porque hemos sido muy conservadores en las tres generaciones y hemos sido alérgicos a los pasivos, cuando empezó la crisis en el 2008, a diciembre 31 de ese año estábamos con cero pasivos, eso nos permitió aguantar ocho años. Pero por más aguante, la mitad de los recursos se los tuvimos que prestar al sector financiero y el resto nos tocó a los accionistas, teníamos un compromiso con tantas familias que dependen de nosotros.
Por el fenómeno de 'El Niño' la caña panelera escasea. ¿Cuánto tiene sembrado La Palestina?
Tenemos 600 hectáreas propias y 600 hectáreas de cultivadores independientes, la mayoría minifundios, tienen desde media hectárea hasta 10 hectáreas; tenemos 96 proveedores de minifundio a quienes les damos asistencia técnica, fertilizantes, programas para el control de malezas y les prestamos dinero, a baja tasa de interés, para que produzcan, cada vez, una caña de óptima calidad.
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¿Cuánto produce el trapiche?
Hemos logrado una molienda de 220 toneladas diarias, el máximo de producción, 10 toneladas por hora, que es lo que nos permite la Ley 40 del 90, la Ley Panelera.
¿Cuáles son ahora los desafíos?
El compromiso de pasarle a la cuarta generación lo que nosotros heredamos temporalmente, nuestra misión ha sido multiplicar lo que heredamos y formar muy bien la cuarta generación. Gracias a Dios ya tenemos tres profesionales y ya nació la quinta generación. Los desafíos inmediatos es ponerle valor agregado a la panela, sacar diferentes productos, hay un desarrollo importante que se vendrá en cosmetología, panela líquida, granuladas saborizadas; bebida de panela, ya hay dos miembros del grupo familiar que han lanzado bebidas saborizadas en el mercado. Será la manera, en el futuro, de soportar las crisis, no depender de la panela tradicional únicamente, sino ir al compás de las exigencias del consumidor moderno.
¿Van a insistir en las exportaciones?
Hemos hecho exportaciones menores a Estados Unidos, Canadá y Europa. Hay un potencial grande, lo que pasa es que por políticas equivocadas neoliberales que teníamos, pues estuvimos revaluados 10 años; hace 10 años estábamos en 3.000 pesos, luego caímos a 1.750 y con una tasa de cambio tan desfavorable y con los costos tan altos que nos impone la producción nacional, el mismo Estado, era imposible exportar, no éramos competitivos, ahora la tasa de cambio ha mejorado las condiciones, indudablemente.
¿Qué esperan de la política económica?
No quiero hablar solo para el sector panelero, estamos golpeados tanto campesinos, agricultores, agroindustriales y el 80 por ciento de los industriales de este país. Ni el Gobierno colombiano, ni los futuros pueden seguir importando, innecesariamente y subsidiado, todo en lo que el país es autosuficiente y excedentario, eso ha destruido el verdadero empleo lícito estable que es el generador de la verdadera riqueza de una nación; ningún país importa lo que produce y mucho menos en lo que es autosuficiente y excedentario y eso ha venido sucediendo en el país desde el 7 de agosto de 1990 hasta hoy, eso es una equivocación muy grande porque. Sin trabajo no podrá existir la paz, trabajo es paz.
CALI
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