En medio de un centenar de sacerdotes que avanzaban entre nubes de incienso, el arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, pidió perdón este jueves por un caso de pederastia ocurrido en el oriente de la capital del Valle hace una década y que afectó a cuatro menores de edad.
“Pedimos que abusados y ofendidos nos perdonen”, dijo monseñor.
El acto –desarrollado en el marco del Día Nacional por la Reconciliación y el Perdón– tuvo lugar en la pequeña iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, ubicada en el barrio Alfonso Bonilla Aragón, en el Distrito de Aguablanca, el mismo sitio en donde los niños sufrieron el acto violento.
Sin embargo, ni ellos ni sus familiares estuvieron presentes. Para monseñor Monsalve, es comprensible que los afectados no hayan asistido, pues en su momento sufrieron, además de lo ocurrido, los reclamos de los fieles por la captura del párroco.
“Ahora se trata de sanar heridas; hago votos por estas familias, queremos que esto se supere, y hacemos todos los esfuerzos para que los adultos nunca abusemos de los menores ni de los débiles, para que la Iglesia sea un espacio seguro de acompañamiento y protección”, afirmó el arzobispo.
En enero pasado, el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali ordenó la reparación y petición de perdón a los menores y sus familias.
Nada más deformado, ofensivo e hiriente, como conducta que vincule a la institución eclesial, que el criminal abuso de un o una menor
El caso se remonta al 18 de julio del 2009, cuando la madre de dos de los niños, quienes entonces tenían 10 y 12 años, fue a buscarlos a la casa cural porque no aparecieron.
Los menores hacían parte de la banda de guerra del barrio, por lo que solían ir hasta la sede parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria a practicar.
Cuando retornaron a casa, luego de durar varias horas desaparecidos, uno de ellos le contó a la mamá lo que había pasado con el párroco William Mazo, contra quien posteriormente presentaron una denuncia por abuso sexual que además incluía como víctimas a otros dos menores.
En el 2012, con base en los testimonios de las pequeñas víctimas y fotografías presentados por la Fiscalía, un juez de Cali condenó a Mazo a 33 años de prisión por el delito de acceso carnal abusivo en menor de 14 años, agravado y en concurso homogéneo.
Durante la eucaristía estuvieron presentes un centenar de sacerdotes en representación de las cerca de 180 parroquias de la ciudad y los pequeños integrantes del Coro de la Escuela Desepaz, ubicada en el Distrito de Aguablanca.

Durante la eucaristía estuvieron cerca de 100 sacerdotes de la ciudad.
Juan Pablo Rueda Bustamante / EL TIEMPO
“Los niños y niñas, sus familias y acompañantes legales pueden ver con certeza en la Iglesia, en los pastores de su comunidad de fe, en nuestra rotunda decisión de afrontar y superar esta crisis, el más claro signo de esperanza. Estos niños y niñas del Coro Desepaz que nos acompañan con sus cantos, mensajes y bellas música, representan esta apuesta de todos por un presente distinto y un futuro mejor”, dijo Monseñor.
Durante el acto de perdón Monseñor pidió por el eterno descanso de Yaneth Blandón, madre de los pequeños abusados y quien murió muy joven a consecuencia de un cáncer.
“Quiero citar su alma, su espíritu y pedirle este perdón, implorando al Señor Jesús la paz para ella: Concédele Señor el descanso eterno y brille para ella la luz perpetua. Descanse en paz”.
CALI
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