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Cali

'Colombia es un país de sordos': Gustavo Álvarez Gardeazábal

El escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal se destaca por su sensilbilidad y amplio panorama que tiene sobre la actualidad.

El escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal se destaca por su sensilbilidad y amplio panorama que tiene sobre la actualidad.

Foto:Santiago Saldarriaga

Escritor habla del libro que presentará en la apertura de la Feria Internacional del Libro en Cali.

El nacido en Tuluá pone el 'dedo en la llaga' para hablar sobre la tragedia que se pudo evitar en Armero y los 'oídos sordos' que no escucharon advertencias.
Además hace una mirada al panorama actual de la polarización política en los jóvenes colombianos. 
No ha habido un momento de la vida en el que el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal se hubiese sentido más “inútil”, como aquel 13 de noviembre del año 1985 cuando ocurrió la tragedia de Armero. Sus batallas no fueron suficientes para evitar lo que de antemano sabía que podía pasar: una catástrofe de inimaginables magnitudes que dejaron una cicatriz imborrable en el país.
“Cómo era posible que yo estuviese tres años o más, avisando por mi columna advirtiendo lo que podía suceder, resistiendo el garrote que me daba la gente de Manizales, porque ellos no querían admitir que el volcán iba a estallar porque se les dañaba la feria”, cuenta el escritor vallecaucano.
Gardeazábal recuerda que el doctor Hernando Arango Monedero, quien fue alcalde de Manizales y luego Representante a la Cámara, convocó a un debate al ministro de Minas, de ese gobierno de Belisario Betancourt, quien era Iván Duque Escobar, “el papá del que le ha tocado ahora manejar la pandemia, y este señor le dio unas respuestas muy vagas a la petición que él le hacía, igual a la mía, que le pusieran un sismógrafo a ese volcán, pero fue tan desabrida la respuesta como grande la responsabilidad de ese gobierno”. 
Esta situación lo llevó a darle vida a ‘Los sordos ya no hablan’, una novela que entre la realidad y la ficción reabre un capítulo amargo en la historia colombiana, para cuestionar la ‘sordera’ de una sociedad indiferente. 
“Este es un país de sordos, ejercemos la sordera cada que tenemos la advertencia. Es posible que en eso aparezcan muchos factores de nuestra formación. Cabe recordar que este país se hizo con la cruz y con la espada y como tal nos advirtieron toda la fuerza de la divinidad y el destino y la gente se soporta lo que sucede y cree que no se puede prever lo que la divinidad ha seleccionado para cada quien. Pero también aparece el desconocimiento de las cosas y de minimizar”, cuenta Gardeazábal.
Para el escritor, la primera vez que escribió la novela fue todo un reto, debido a las presiones políticas y literarias del momento.
“Cuando me eligieron por primera vez alcalde popular en Tuluá en 1988 vino otra tanda de garrotazos. He sufrido muchísimo, los he provocado seguramente, pero aprendí a tener caparazón de tortuga y me atacaron muy duro porque yo había traicionado la literatura y me había metido a la película. Como me fue bien, en esas condiciones me sentí tocado y empecé a demostrarles que siendo alcalde puedo escribir una novela”, recuerda la novela que fue publicada en 1991.
El libro, reeditado este año, será uno de los encargados de abrir el telón de la Feria Internacional del Libro, el 15 de octubre, a las 5 p. m. que se hará en formato virtual.
En la era virtual
¿Adelanta otros proyectos?
Ya esta edad voy a cumplir 75 años el Día de las brujas y como no lo puedo celebrar por andar encerrado, lo único es usar los sistemas de ahora de la pandemia: el zoom, meet, skype, para ponerme en contacto. Doy algunas charlas, mañana (hoy) tengo que participar en una clase en la Universidad Los Libertadores, sobre cómo preparo mi podcast diario y seguramente que iré aconsejando a través de ese mismo sistema a quienes no les da miedo pedir el consejo a través de la pantalla, hay cierta reticencia, que prefiere verle la cara a uno, a todos nos ha tocado pagar una cuota alga y yo la he pagado con este aislamiento.
¿Cómo le ha ido con la virtualidad y las redes sociales?
No he tenido problema, pues yo grabo mi podcast aquí, lo paso, lo subo speaker, lo subo a YouTube, a Facebook, lo paso a Twitter, yo no soy el plus en los manejos, pues pertenezco a la generación del dedo índice, mientras que ustedes, que pertenecen a la generación del dedo pulgar, seguramente lo harán mucho mejor, pero a mí no me asusta y lo que hago es tratar de sacarle el mayor rendimiento a lo que hago.
Para poder transmitir y estar al tanto y leer vivo en la finca donde la señal es difícil, tengo un sistema de antenas, tengo una casa en Tuluá, alquilada expresamente con el fin de poder tener una gran antena que me retransmita la señal de mi módem, la montaña de aquí al frente a mi finca y de la montaña abajo aquí donde estoy hablando, se pierde bastante potencia, pero me permite tener información de toda parte. Estoy suscrito a muchísimos medios y a los otros los voy investigando por mi cuenta, yo si leo muchísimo.
¿Qué lo motiva a escribir?
Como vivo al tanto de la noticia y tengo antenas que ahora las llamo Algoritmos; tengo como un algoritmo incorporado y me permite hacer algoritmo perfil rápidamente de otros personajes y a eso se debió el éxito diario de mi columna de ADN por casi 10 años. De la misma manera, los temas que escojo para hablar en mi podcast son interpretados con esa misma rapidez, por eso tal vez se me pide tanto consejo, porque alcanzó a advertirlos con rapidez y es lo que ha hecho que me diga gurú, que soy un brujo, que estoy informado. Hago el tratamiento que hace un algoritmo.

Les aterra leer en pantalla más de 2000 caracteres, entonces tienen una tendencia a ser manejados hacia las polarizaciones

¿Cómo ha visto el tema de la polarización política, en especial, en los jóvenes?
He sido enemigo acérrimo de la violencia en Colombia, he escrito tantos textos sobre el tema, con la esperanza de que el país no volviera a entrar a los elementos constitutivos de esos enfrentamientos, pero llevamos una carrera enloquecida por polarizarse y eso ha sido los antecedentes de los otros momentos en que nos hemos ido a las guerras, -declaradas o no-, guerras. Me preocupa muchísimo, porque cada vez hay más agresividad por lado y lado. Como no profundizan en la información y se quedan con los pocos caracteres del Twitter o los titulares de los diarios y no leen con profundidad porque les aterra leer en pantalla más de 2000 caracteres, entonces tienen una tendencia a ser manejados hacia las polarizaciones y queda fácil llevarlos hacia allá. Hay maestros del caos en este momento en el mundo, que no son más que seguidores de lo que hacía Lenin hace 120 años.
¿Ligereza en la política actual?
La falta de información real permite quedarse con la mentira en el bolsillo derecho, con la verdad en el izquierdo, con no tener idea de dónde se tiene y eso genera liviandad en el criterio y agresividad en el trato. 
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