Por esos siete metros de ancho de la boca del escenario se desplazan los actores que esta noche revivirán la dramática historia de una mulata, hija bastarda de un noble blanco y una joven negra y de sus amoríos con su hermanastro.
Es la zarzuela cubana Cecilia Valdés que la producción del Teatro Colón, de Bogotá, trajo a Cali para que a las 8 de la noche de hoy empiece la celebración de los 90 años de uno de los íconos de la cultura caleña: el Teatro Municipal Enrique Buenaventura.
Uno de los pilares del Municipal, sobre todo, en la última década, es la directora, Patricia Alaeddine, quien resalta el significado en las artes en Cali. Ella ya perdió la cuenta del número de obras en el escenario, con recordadas ovaciones, porque son miles desde que el Municipal fue inaugurado en aquel 30 de noviembre de 1927.
La idea del teatro nació cuando se quemó el Teatro Borrero en la carrera 4 entre calles 10 y 11. No había dinero en el municipio y se creó una lotería.
El Municipal fue inaugurado en aquel 30 de noviembre de 1927.
La idea del teatro nació cuando se quemó el Teatro Borrero en la carrera 4 entre calles 10 y 11

Álvaro Muñoz está al frente del manejo de las luces con dos grandes reflectores y dos consolas.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
Es en ese escenario donde esta semana ensayaban los actores de Cecilia Valdés, una comedia lírica en un solo acto y que se remonta al siglo XIX, desde el palco de luces. Y en el tercer piso estaba el caleño Álvaro Muñoz, al mando dos consolas de luces y atento a mover dos reflectores, cada uno de 1.200 vatios, para que sigan a los artistas.
Don Álvaro dice que en todo el Municipal hay alrededor de 200 equipos para iluminar el escenario y están también dispuestos desde los palcos de primera y segunda fila. Don Álvaro está orgulloso de trabajar en el Municipal. “Yo lo hago con amor”, dice al referirse a jornadas laborales de más de 12 o 16 horas, solo con el propósito de que cada montaje quede perfecto.

Carlos Sánchez es la persona encargada de la tramoya en el teatro, la estructura de poleas y contrapesos para manejar las escenografías, de arriba a abajo.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
Detrás del telón de boca que recibe al público y el de boca tipo guillotina, que sube y baja, está Carlos Sánchez, quien ha sido testigo de 24 años de historia de los 90 del Municipal.
Don Carlos es el tramoyista del Municipal, quien está pendiente de manejar el sistema de poleas y contrapesos para que las escenografías y efectos en las producciones suban y bajen a tiempo, cuando cada escena lo amerita, mientras el público asistente (todos en 1.021 sillas distribuidas en todo este patrimonio nacional) aprecia esos momentos cruciales en las obras.

Ella es María Eugenia Pérez, una de las pocas luminotécnicas en la ciudad. También está pendiente de la tramoya.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
La caleña María Eugenia Pérez es una de las pocas luminotécnicas en la ciudad y también apoya en la tramoya a don Carlos y en las luces a don Álvaro. Ella lleva 9 años en el Municipal y dice con orgullo que conoció al mismo Enrique Buenaventura.

Paula Ramírez lleva más de dós décadas, viendo el crecimiento del teatro.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
A lo largo de 24 años, Paula Ramírez también ha visto el crecimiento del teatro, empezando como acomodadora en la silletería para luego seguir evolucionando hasta convertirse en la jefe de espectáculos de todo el Municipal. Ellos, detrás de bambalinas, son parte fundamental como los actores, escenógrafos, encargados de sonido y hasta la orquesta en el foso del teatro, con capacidad para 45 músicos para que el público se sienta emocionado con cada puesta en escena.

Este es uno de los 27 camerinos del Municipal.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO

Una de las fotografías que se exhiben en el teatrino del Teatro Municipal. Es el área más nueva. La exposición es parte de las actividades de la conmemoración de los 90 años del Municipal.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
CAROLINA BOHÓRQUEZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CALI
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